70 años de Santa Isabel

La accidentada visita de Charles de Gaulle a Córdoba

12/03/2025 | 10:33

El 6 de octubre de 1964, el presidente francés visitó la Fábrica Santa Isabel en medio de un clima de tensiones políticas y sociales. Este evento marcó un hito en la historia automotriz argentina y la relación con Francia.

Redacción Cadena 3

Marcos Calligaris

Este 12 de marzo de 2025, la Fábrica Santa Isabel de Renault cumple 70 años de historia, un emblema de la industria automotriz argentina. Y entre los diversos eventos que marcaron su trayectoria, uno de los más emblemáticos fue la visita del general Charles de Gaulle el 6 de octubre de 1964, en el marco de su gira por América Latina. La llegada del líder francés a Córdoba, sin embargo, no estuvo exenta de tensiones políticas y sociales que reflejaban la efervescencia del momento en Argentina.

Un contexto turbulento

En 1964, el país era gobernado por Arturo Illia, elegido en elecciones condicionadas por la proscripción del peronismo. La resistencia peronista, no obstante, era encabezada por dirigentes gremiales como Augusto Vandor y Gerónimo Izetta, y mantenía una fuerte presencia en las calles. A esto se sumaba el clima de Guerra Fría, con un sector de las Fuerzas Armadas obsesionado con la supuesta amenaza comunista.

Charles de Gaulle, por su parte, no era un visitante más. Héroe de la Segunda Guerra Mundial y defensor de la "grandeur" francesa, su figura inspiraba respeto y admiración, pero también generaba interpretaciones políticas contrapuestas. 

Perón, exiliado en Madrid, había instruido a sus seguidores a recibirlo con fervor: "Él hace la misma política que yo. Recíbanlo como si fuera yo", fueron sus concisas indicaciones. La consigna "De Gaulle y Perón, un solo corazón" estaría presente durante toda la visita.

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La Llegada a Córdoba y la visita a Santa Isabel

El 6 de octubre de 1964, De Gaulle aterrizó en el aeropuerto de Pajas Blancas, donde fue recibido por Illia y el gobernador Justo Páez Molina. Su recorrido incluyó una visita a la fábrica IKA-Renault en Santa Isabel, símbolo de la cooperación industrial entre Argentina y Francia. 

En la planta, De Gaulle fue recibido con ovaciones por los trabajadores, quienes aplaudieron al general y al presidente argentino en una demostración de respeto y admiración.

Mientras la comitiva recorría la fábrica en un Cadillac descapotable, un operario, en un gesto espontáneo, hundió su mano en grasa y la estrechó con Illia, quien debió limpiarse con un pañuelo. Esta escena, narrada por el periodista Juan Marguch, ilustraba el contacto directo del mandatario con los trabajadores, aunque pronto sería eclipsada por hechos más convulsos en el centro de la ciudad.

Una ciudad en llamas

A medida que la caravana con el presidente galo avanzaba por Córdoba, las manifestaciones peronistas crecían en intensidad. Era una manera de visibilizarle al líder francés y al mundo el descontento por la proscripción de Perón. 

Frente a la sede de la CGT, un manifestante rompió con un palo una ventanilla del Cadillac, hiriendo levemente a Illia con fragmentos de vidrio y una mujer lanzó panfletos dentro del auto presidencial pidiendo la mediación de De Gaulle para obtener el retorno de Perón. El episodio marcó un punto de tensión en la visita y mostró por enésima vez la capacidad de movilización del peronismo.

Pero lo peor estaba por venir. En las inmediaciones del Palacio de Justicia, donde se ofrecería un almuerzo en honor a De Gaulle, la Policía de la Provincia intentó dispersar a la multitud con disparos al aire. 

Lo que siguió fue un violento enfrentamiento: detonaciones, gases lacrimógenos y una batalla campal que dejó varios heridos y más de cincuenta detenidos, entre ellos los líderes gremiales Vandor e Izetta.

Desde el interior del banquete, De Gaulle permaneció imperturbable. No era la primera vez que enfrentaba situaciones hostiles; su temple lo había llevado a resistir atentados en Francia y le permitió mantener la calma en medio del caos cordobés. Finalmente, a las 15:05, el avión presidencial despegó rumbo a Paraguay, cerrando una visita que quedó marcada en la historia de la ciudad.

A pesar de los disturbios, la visita de De Gaulle a la Fábrica Santa Isabel marcó un hito y simbolizó el reconocimiento de la Argentina como un actor relevante en la industria automotriz y en la relación bilateral con Francia. 

La planta, que hoy cumple 70 años, sigue siendo un referente de innovación y desarrollo. Y a 61 años, la visita de De Gaulle se sigue recordando como una de las más trascendentes de la historia de Córdoba. También como un botón de muestra de cómo la política, la industria y la historia pueden entrelazarse en un mismo escenario.

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