Al ángulo
08/10/2021 | 14:20 | Carlos Eduardo de Campos da Silva vive en el interior de Marília, en Sao Pablo. Asiste a la escuela de fútbol Passe Certo, que trabaja con niños en riesgo social.
Carlos Eduardo de Campos da Silva vive en el interior de Marília, en Sao Pablo, Brasil, y a los siete años una aparente mala praxis casi lo deja en estado vegetativo.
Actualmente tiene 18 años, pero cuando tenía siete días de nacido, su madre Leila Cristina lo llevó a un centro de salud por una fisura en el ombligo.
Según la mujer, le dieron una dosis mayor de medicamento y eso le provocó un paro cardiorrespiratorio que luego atrofió sus músculos.
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Los médicos pensaron que quedaría en estado vegetativo y que nunca caminaría, ni hablaría.
Pese a todo pronóstico Carlinhos, como lo llaman sus allegados fue creciendo y comenzó a practicar el deporte más popular del mundo.
Fue así que llegó hasta la Escuela Passe Certo, donde comenzó a entrenar y en donde convirtió el mejor gol del mundo. En un video que se viralizó en redes y que compartió el club desde su Instagram se lo ve al joven besar la pelota, acomodarla y clavarla al ángulo.
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“Siempre me apasionó el fútbol. Un día llegué al campo con mi madre, le preguntó al profesor si podía entrenarme y él le dijo que sería un honor. A partir de ese momento vi que soy como todos los demás”, dijo en una entrevista a un medio brasileño.
Carlinhos juega de centro delantero y dice que su fuerza es el balón parado. Sueña con representar a su país en unos juegos Paralímpicos y utiliza el aliento de sus compañeros de equipo para mantenerse fuerte.
“Ellos los que me dan fuerzas. Los veo celebrando los goles que marco, abrazándome, animándome, me da fuerzas. Solo lucha y atravesarás cualquier tipo de barrera. Se necesita fuerza de voluntad para lograr lo que queremos”, concluyó.