La verdadera historia de Quasimodo, el Jorobado de Notre Dame

Quasimodo es el personaje principal de la obra literaria Nuestra Señora de París, del escritor francés Víctor Hugo y que luego fue popularizado por Disney en la película “El Jorobado de Notre Dame”.

Lo cierto es que en la novela se lo describe como un niño jorobado, de rostro contrahecho abandonado cerca de la catedral Nuestra Señora de París y que habita en ella tocando las campanas.

Por su trabajo en el campanario era sordo y tenía una deformidad en su rostro por lo que apenas podía usar un ojo.

Estas características, durante años llevaron a suponer que podía tener una enfermedad o condición genética que le provocaban alguna deformación.

Hay quienes sostienen que el personaje tenía la enfermedad de Scheuermann, un trastorno esquelético autolimitado, también conocido como cifosis de Scheuermann y cifosis idiopática juvenil de la columna vertebral. Otras teorías sostienen que fue la tuberculosis la que inspiró las características del personaje.

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En tanto que, en psicología también se suele acuñar el término Complejo de Cuasimodo para definir un trastorno de la personalidad como consecuencia de la reacción a una deformidad en el aspecto físico.

Sin embargo, más allá de todas estas teorías lo cierto es que “Quasimodo” sí existió y habría sido un escultor jorobado y solitario que trabajaba para el gobierno francés y se encontraba en la catedral cuando la novela fue escrita en el siglo XVIII.

Esta revelación apareció en una autobiografía del escultor británico del siglo XIX Henry Sibson (1795-1870), encontrada en una casa de Penzance (Cornualles) donada a Tate en 1999. En ella Sibson, quien trabajó en la reparación de la Catedral de Notre Dame de París hace referencia a un “solitario escultor jorobado” que también fue contratado por el gobierno y “no le gustaba mezclarse con sus compañeros”.

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Los especialistas suponen que podría ser la misma persona en quien Víctor Hugo se inspiró para crear el personaje ya que la fecha de la novela y las memorias de Sibson coincidían.