"En la actualidad, el individualismo atraviesa los modos de la expresión de la fe", advirtió el padre Fabián Bellay

Centenares de fieles conmemoraron, este jueves, el día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María en distintos puntos del país, con epicentro en la Basílica de Luján, ubicada en esa localidad de la provincia de Buenos Aires.

En Rosario, una ciudad que desde hace algunos años está atravesada por la violencia y la inseguridad, el padre Fabián Bellay consideró en Informados al Regreso por Cadena 3 Rosario que se deben formar “redes en las cuales el bien empiece a nacer en nuestra ciudad”.

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“Pediría, sobre todo, a toda la dirigencia política que se pueda sentar en una misma mesa: sector político, privado, organizaciones sociales, iglesias. Nos tenemos que sentar y decir vamos a trabajar en diez puntos a lo largo de diez 20 años, independientemente de la línea política, ideología o religión. En este momento, la paz se da si hay vínculos de paz, atravesados por la justicia y la equidad. Dios es omnipotente pero el límite es nuestra libertad”, afirmó.

A la hora de hacer un balance de este 2022, en una jornada especial, el sacerdote que hace un trabajo gran social en la ciudad sostuvo que “es bastante negativo, todos lo vemos”.

“Por un lado, uno ve muchos elementos en el 2022 que nos tiran para atrás. Y también muchos argumentos que, a lo largo de todo este año, nos hacen ver a los demás como enemigo. Y me parece que hoy el camino es empezar a buscar, entre todos, puntos de encuentro. El mal está organizado, tenemos que empezar a organizar el bien”, dijo Bellay.

Y agregó: “El punto de encuentro es la fe, que hace que encuentre en el otro un hermano y que descubra en él la presencia de Dios. Tenemos que encontrar un punto de apoyo que nos lleve a la fraternidad. Quizás alguno lo hace desde la militancia o el compromiso con el bien común”.

Consultado por las formas de contrarrestar esta realidad adversa y si esto se da en un marco de crisis de la fe, el cura expresó que “el único camino posible ante tantas malas noticias que vivimos, es el compromiso como respuesta, no hay magia”.

“Es verdad que hay una cultura de no involucrarse. Me involucro yo con Dios y el conmigo, y eso no requiere mucho compromiso. Es el individualismo llevado a la fe. Pero fijate las instituciones barriales, clubes y demás, están vacías también del compromiso de lo comunitario, lo colectivo. La espiritualidad es tan de la esencia humana que no podemos escapar a eso, pero el individualismo atraviesa los modos de expresión de la fe también, en esta época materialista y consumista”, concluyó.