Una tribu con demasiados aspirantes a caciques

La implosión del Frente de Todos rompió la unidad del liderazgo.

Es que Cristina ya no tiene el monopolio de la jefatura.

Ahora la desafía Alberto y Sergio Massa, siempre oscilante, va a viene entre ellos.

Siempre le fue bien cuando pescó en aguas turbulentas.

Conclusión: una jefa, supuestamente la dueña de los votos, un Presidente con una gestión cada vez más complicada, pero que quiere ir por más contra lo que piensa la jefa que lo puso en ese lugar y un tercer socio que está al salto.

Ese es, así de simple, el escenario del oficialismo.

Dejemos para otro momento las consecuencias que esa pelea está teniendo con la incursión de los bloques cristinistas en el Congreso metiéndose en cuestiones económicas.

En el medio, los gobernadores con su poder territorial, que temen terminar complicados en una pelea que les es ajena. Por eso, orejean las cartas, aunque ya parece que la mayoría tomó una decisión: separar las elecciones provinciales de las nacionales.

Y en la oposición, ¿qué pasa?

También un liderazgo desgranado, el de Mauricio Macri, que quiere volver, y una larga lista de aspirantes a quedarse con la candidatura presidencial.

Papel y lápiz para anotar:

Del lado del PRO, se suman las aspiraciones de Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de Gobierno de Buenos Aires.

Y de Patricia Bullrich, le jefa formal del PRO, que coquetea bien a la derecha con Javier Milei.

Los radicales no se quedan atrás.

Al menos hay dos en fila: Gerardo Morales, el gobernador de Jujuy, y el neurocientífico Facundo Manes.

Seguramente esta grilla tendrá subas y bajas, pero por allí parece que se va a resolver la situación.

Ahora bien, en la oposición también hay miradas diferentes sobre las recetas para salir de la crisis.

Lo que ya casi nadie duda es que, cayendo como estamos, no habrá otra chance que adoptar políticas de shock.

Todos se acuerdan el sincericidio de Carlos Menem:

“Si yo decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie”.

Ahora, no sea que, por buscar los votos, los argentinos no tengamos en claro cuánto esfuerzo más tendremos que hacer para salir a flote.