Inundación en Buenos Aires
15/10/2019 | 23:25 | Los trabajos se concentran en las zonas más afectadas como González Catán, Gregorio de Laferrere y Virrey del Pino. Aún quedaban unos 5 mil evacuados.
Audios
"Nos llevó hasta las cama", dijo una evacuada (Informe de Orlando Morales)
Inundados piden ayuda en González Catán (Silvia, centro vecinal de El Ceibo.
"Es lamentable que cada vez que llueve sucede lo mismo", dijo un comerciante.
Una planta potabilizadora, 60 efectivos de Gendarmería Nacional y buzos de rescate de la Policía Federal fueron enviados por el Sistema Nacional de Gestión Integral de Riesgo (Sinagir) a la localidad bonaerense de Virrey del Pino, partido de La Matanza, afectada por las inundaciones.
Gendarmería puso a disposición 60 hombres, dos camiones y una cocina de campaña; mientras que la Policía Federal, dos botes, buzos de rescate y vehículos.
La Prefectura Naval, por su parte, colabora con dos botes y más buzos de rescate.
La Secretaría de Protección Civil y Abordaje Integral de Emergencias y Catástrofes facilitará vehículos para el traslado de los recursos provistos por el Ministerio de Salud y Desarrollo Social de Nación.
El Gobierno bonaerense también asiste con cuatro botes, una moto de agua y siete móviles, y también coordinó la participación de 11 timoneles con la condición de guardavidas.
Además, el Ministerio de Desarrollo Social bonaerense coordina un operativo con 100 personas de diversos organismos como SAME y Defensa Civil, que recorren los barrios más afectados de Virrey del Pino -Los Álamos, La Palangana y Barrio Esperanza- para entregar agua, alimentos y productos de limpieza.
Por otro lado, el personal de la Dirección de Bomberos de la Superintendencia de Seguridad Siniestral puso a disposición efectivos de diferentes cuarteles.
El Ejercito Nacional sumó cuatro camiones, una planta potabilizadora, una cocina de campaña, botes y más personal para la operación en La Matanza.
Juana, una de las vecinas afectadas, contó a Cadena 3: "Nos llevó hasta las cama, los colchones. Somos seis".
Hay quienes se niegan a abandonar sus hogares, pese a tener entre uno y dos metros de agua en el interior, por temor a robos y saqueos. Permanecen en el techo de sus viviendas custodiando lo que el agua les dejó.
Evacuados
Unas cinco mil personas continuaban evacuadas en la localidad bonaerense de La Matanza, tras el temporal del fin de semana.
La intendenta de La Matanza, Verónica Magario, aseguró que "todos los recursos del Municipio están puestos a disposición de las familias afectadas".
En tanto, Daniel Bodegó, encargado del Destacamento 3 de Bomberos de Gregorio de Laferrere, donde se centralizó el operativo de rescate, explicó este martes que "por el momento la situación del agua está controlada: en algunos lugares tuvo un leve descenso y en otros se mantiene, pero el lunes a la noche el servicio meteorológico informó el cese de alerta de crecidas, por lo que hay que esperar que el agua vaya descendiendo lentamente".
"El jefe de bomberos advirtió que el retorno de los evacuados "va a llevar unos días", porque hay mucho barro y suciedad acumulada en la localidad y afirmó que eso se logrará "siempre y cuando el clima ayude".
Respecto a los evacuados, Bodegó explicó que siguen "rondando los cinco mil", pero en lo que va de la jornada "sólo se registró un solo pedido adicional de evacuación que ya fue realizado".
Asimismo, confirmó que las inundaciones afectaron a unas 20 mil personas, que permanecen en sus hogares, y que había evacuados en 20 escuelas de las localidades de Virrey del Pino, González Catán y Laferrere.
"Igualmente, los equipos de rescate están haciendo una minuciosa recorrida por los barrios verificando que no quede gente que quiera abandonar su domicilio y no tenga cómo hacerlo", agregó.
En tanto, en una recorrida realizada en el barrio El Ceibo, el agua bajó, pero la mayoría de las calles de tierra siguen inundadas, a pesar de lo cual muchos vecinos se resisten a dejar sus casas por temor a los robos y para no dejar abandonados a sus animales domésticos y de corral.
En diálogo con Cadena 3, la presidenta del centro vecinal de barrio El Ceibo, Silvia, contó que el agua "subió un metro" en las viviendas inundadas.
"Gendarmería vino con lanchas, pero no nos trajeron agua mineral. No se acercó nadie. No nos atendieron. El barrio completo está afectado", dijo.
"La Municipalidad quería que la gente se vaya al colegio, pero yo no lo hago para que no aprovechen los ladrones", agregó.
"Hace 20 años vivimos acá. Siempre tuvimos el mismo problema", se lamentó.
El panorama que se presentaba a la vista era el del típico "día después" de este tipo de contingencias naturales: gente que iba de un lado a otro con la ropa mojada hasta las rodillas, fachadas de vivienda tapadas de colchones puestos a secar, pilas de ropa, muebles y electrodomésticos elevados sobre muebles o tacos de madera, a pesar de que por momentos volvía la llovizna y el cielo se tornaba amenazante.
"Perdimos muchas cosas y acá no vienen a ayudar. No nos ofrecen nada", se quejaron Irene y Ramón, que desde hace 12 años viven con sus padres en una vivienda de Leopardi y Danel que, remarcaron, "se inundó toda".
Según los jóvenes, el agua alcanzó el medio metro de altura y por eso tuvieron que llevar a sus tres hijos a la planta alta, donde vive la abuela, mientras ellos dos durmieron en una obra en construcción de Ciudad Evita, donde el hombre trabaja de sereno.
"La ropa mojada con agua contaminada de los nenes no sirve más. Y tenemos suerte de que no se enfermen", reflexionó la mujer.
Ramón se lamentó también por los daños que sufrió la vivienda que, con esfuerzo, levantó: "Hace varios años yo construí una parte de mi casa con materiales que me daban. Ahora no nos ayudan con nada".
Como ellos, otros vecinos se quejaron de que "nadie viene a verlos". Aseguraron que no están recibiendo comida y que, si no van a los centros de evacuados, no les ofrecen "ni una manta, ni un colchón".
En tanto, en la esquina de Arrecifes y Leopardi, un grupo de vecinos solidarios y autoconvocados instaló una mesa al aire libre, donde revolvían guisos en ollas y repartían mate de leche, chocolate caliente, pan y facturas a todos los que se acercaban en busca de un desayuno.
Al frente de esta especie de "cocina de campaña", se ubicó Jose Samañego, de 63 años, quien decidió reclutar voluntarios y provisiones para "dar una mano" a los vecinos y servir "un guiso calentinto" a quienes lo necesiten.
"Lo hacemos siempre, pero en estos momentos que los vecinos nuestros lo necesitan hay que esforzarse más", dijo Samañego.
Niños con sus padres se acercaban en ojotas, zapatillas mojadas e incluso descalzos en busca de algo caliente y, al pasar, algunos comentaron: "Si vamos a algún albergue, nos roban lo poco que nos queda".
"Vivo acá desde los cuatro años y es una situación realmente extrema. Nunca vi algo así. Yo no me inundo, pero la gente acá la pasa muy mal", concluyó José Samañego.
Informe de Orlando Morales-Entrevistas de Alejandro Bustos