Crisis en la región
07/03/2020 | 12:44 | Según informes policiales, unas 4.200 personas participaron de la protesta. 59 carabineros resultaron heridos. Lo hechos más violentos se registraron en las inmediaciones de la plaza Italia.
Unos 35 manifestantes detenidos y 59 carabineros heridos fueron el saldo de la protesta de este viernes por la noche en Santiago de Chile, de la que según informes policiales participaron 4.200 personas.
Lo hechos más violentos se registraron en las inmediaciones de la céntrica Plaza Baquedan, rebautizada como Plaza Dignidad por los manifestantes que sostienen las protestas desde el estallido social del último octubre, donde los manifestantes se enfrentaron con efectivos de las Fuerzas Especiales de Carabineros, que reprimieron la manifestación.
Durante los enfrentamientos un camión hidrante quedó reducido a cenizas al recibir el impacto de un cóctel molotov. Aunque los funcionarios lograron extinguir el fuego, los manifestantes volvieron a incendiarlo, informó la agencia DPA.
Desde el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) se informó que tres jóvenes sufrieron lesiones oculares en estos disturbios y fueron trasladados de urgencia para ser atendidos.
Este tipo de lesiones, producto de los disparos de postas de goma a quemarropa es una de las características de la represión ejercida por Carabineros, que concentra múltiples acusaciones por violaciones a los derechos humanos durante estos episodios.
El INDH condenó además "la violenta e inexplicable agresión que sufrió esta tarde en Plaza Italia uno de los observadores del INDH. Este hecho se suma a otros observados y grafican el uso desmedido de la fuerza por parte de Carabineros". Las protestas en Chile estallaron el 17 de octubre contra la cuarta subida del precio del metro en pocos meses y crecieron rápidamente hasta denunciar la desigualdad social y plantear la necesidad de elaborar una nueva Constitución.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, que llegó a declarar el estado de emergencia desplegando a las Fuerzas Armadas, pidió perdón por no escuchar el clamor de los chilenos y propuso una "agenda social".
Con el objetivo de atenuar los reclamos, el mandatario remodeló su gabinete e inició un diálogo con los partidos políticos, tanto opositores como oficialistas, para avanzar en el temario de la nueva Constitución, por la que habrá un plebiscito el 26 de septiembre para definir la composición del cuerpo que se encargará de redactar la nueva carta magna, para reemplazar la actual, que sigue vigente desde el gobierno del dictador Augusto Pinochet.