Microgravedad
11/06/2020 | 11:25 | El llamado condensado de Bose-Einstein fue observado durante un experimento que se realizó en la Estación Espacial Internacional.
Sólido, líquido, gaseoso, plasma y condensado de Bose-Einstein (BEC, por sus siglas en inglés) son los cinco estados de la materia, o al menos los primeros de la lista, pues la ciencia experimenta con otras exóticas formas.
Los tres primeros se enseñan en primaria, el cuarto puede que nos suene, pero ¿el quinto? Pues con esta forma de agregación trabajan en la Estación Espacial Internacional (EEI) donde se explota el entorno de microgravedad del espacio para realizar experimentos.
Un condensado de Bose-Einstein se forma cuando un grupo de átomos se enfría hasta cerca del cero absoluto (-273 ºC).
Los científicos creen que los BEC contienen pistas calves sobre fenómenos misteriosos como la energía oscura, la energía desconocida que se cree que está detrás de la expansión acelerada del Universo.
Pero los BEC son extremadamente frágiles. La más mínima interacción con el mundo externo es suficiente para calentarlos más allá de su umbral de condensación.
Esto hace que sea casi imposible que los científicos estudien en la Tierra, donde la gravedad interfiere con los campos magnéticos necesarios para mantenerlos en su lugar para la observación.
Un equipo de científicos de la NASA dio a conocer este jueves los primeros resultados de los experimentos de BEC a bordo de la Estación Espacial Internacional, donde las partículas se pueden manipular sin restricciones terrestres.
El Cold Atom Laboratory (CAL) se lanzó a la ISS en 2018. Este dispositivo del tamaño de una valija enfría átomos de rubidio y potasio en una cámara de vacío, utilizando luz láser para ralentizar su movimiento.
“La microgravedad nos permite confinar átomos con fuerzas mucho más débiles, ya que no tenemos que apoyarlos contra la gravedad”, dijo a la AFP Robert Thompson, del Instituto de Tecnología de California, Pasadena.
Los BEC en los laboratorios terrestres suelen durar unos pocos milisegundos antes de disiparse. A bordo de la EEI, duraron más de un segundo, ofreciendo al equipo una oportunidad sin precedentes para estudiar sus propiedades.
La microgravedad también permitió que los átomos fueran manipulados por campos magnéticos más débiles, acelerando su enfriamiento y permitiendo imágenes más claras.
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