Tensión internacional
22/12/2019 | 15:57 | El gobierno anunció que se unió al foro político creado para buscar una solución a la situación social y humanitaria en el país bolivariano. Es una contraposición al Grupo de Puebla.
El gobierno interino de Bolivia anunció este domingo su ingreso al Grupo de Lima, el foro regional integrado por más de una docena de países americanos que desde mediados de 2017 procura ayudar a la solución de la crisis institucional y humanitaria en Venezuela.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia comunica el ingreso de Bolivia al Grupo de Lima”, afirmó un comunicado publicado en el sitio web de la cancillería, citado por la agencia noticiosa estatal ABI.
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De ese modo, Bolivia “contribuirá a lograr una solución pacífica, democrática y constitucional a la crisis en Venezuela, que debe ser guiada por el pueblo venezolano”, según la breve nota.
El Grupo de Lima fue formado en agosto de 2017 por la Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú.
Posteriormente se sumaron Guyana y Santa Lucía, mientras México enfrió su participación en el Grupo -aunque no se retiró formalmente de él- a partir de la asunción del presidente Andrés López Obrador, en diciembre de 2018.
El foro desconoció el mandato iniciado a comienzos de este año por el presidente Nicolás Maduro, reconoció al mandatario interino designado por el parlamento, Juan Guaidó, y admitió un representante de este.
A fines de febrero pasado, el Grupo de Lima fue la primera instancia que rechazó taxativamente la posibilidad de una intervención militar extranjera en Venezuela, hasta entonces -e incluso durante algún tiempo después- mencionada o no descartada como alternativa por sectores de la oposición venezolana e internacional al chavismo.
Bolivia se había mantenido al margen del Grupo de Lima pues su presidente hasta el 10 de noviembre pasado, Evo Morales, era uno de los principales aliados internacionales del chavismo.
Pero Morales renunció entonces y dos días después marchó al exilio, jaqueado por denuncias de fraude en las elecciones del 20 de octubre, y el régimen que lo sucedió, encabezado por la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez, modificó radicalmente la política de Bolivia con respecto a Venezuela.