En la universidad están de asambleas y cabildos abiertos (Por Miguel Clariá)
Las familias salen a la calle y también se manifiestan (Por Carola Cinto)

Descontento en las calles

Cómo vive una familia argentina la crisis en Chile

06/11/2019 | 06:13 | Marcela Perticará es santafesina pero hace 17 años que vive en Santiago con su esposo y sus tres hijos.El pasado 25 de octubre decidió participar de la multitudinaria marcha en la ciudad capital. “La clase media también se ve afectada”, dijo a Cadena 3

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En la universidad están de asambleas y cabildos abiertos (Por Miguel Clariá)

Las familias salen a la calle y también se manifiestan (Por Carola Cinto)

Hace algunos días que Chile ya no es la misma. Las líneas de subte ya no funcionan como lo hacían en octubre, ni las calles están tan ordenadas. Cada semana, miles de personas vuelven a manifestarse en los alrededores de Plaza Italia en contra de las medidas tomadas por el presidente, Sebastián Piñera.

Muchos alumnos de las universidades aún no volvieron a las aulas, ni Marcela Perticará pudo volver a dar clases de Economía laboral. Ella se crió en Santa Fe pero hace 17 años que decidió, junto a su esposo, instalarse en Santiago de Chile, después de doctorarse en Economía en la Texas A&M University (Estados Unidos).

El 25 de octubre, Marcela y Pablo decidieron llevar a sus hijos por primera vez a una movilización. Junto a Santiago, de 15 años, y Rodrigo, de 12, tomaron el metro que pasa cerca de su casa y viajaron hasta Plaza Italia, el punto a donde tendría lugar una de las movilizaciones más convocantes del país desde el retorno de la democracia. Se bajaron cuatro estaciones antes porque el lugar estaba colapsado.

“Muchos de nosotros, incluso los que estamos en segmentos socioeconómicos no tan desfavorecidos, sentimos el compromiso social de acudir y mostrar que compartimos el descontento sobre cómo está organizada la economía y las instituciones que existen en el país. Muchos de nosotros sentimos la necesidad de mostrar apoyo”, contó Marcela a Cadena 3.

Marcela Perticará.

La crisis en Chile no distingue clases sociales ni edades. Marcela es directora del departamento de Economía de la Universidad Alberto Hurtado, una de las más prestigiosas de la ciudad. Su esposo, Pablo, también es docente de la misma institución y sus hijos asisten a una escuela privada.

“Si bien es cierto que mi familia y mis amigos tienen un nivel socioeconómico acomodado, somos súper conscientes que estas instituciones contra las cuáles está protestando el pueblo de Chile, nos afectan también a nosotros", reconoció.

En el caso que alguno cayera gravemente enfermo, como con un cáncer o una enfermedad autoinmune compleja, muchos de nosotros no tendríamos capacidad de pago de los tratamientos. Eso es una realidad. No es solamente la clase baja, sino también la clase media o alta que puede verse afectada.

Cómo se vive entre los adolescentes

Santiago, el hijo mayor de Marcela, le pidió a sus padres acudir a una marcha. No sólo porque le interesaba lo que estaba pasando, sino también porque todos sus compañeros del secundario estarían en el lugar.

“Él después se quedó solo con sus compañeros, sin nosotros. Fue lindo ir con ellos para mostrarles lo que pasaba. Veían los carteles, escuchaban los cánticos y entendían de qué se trataba el descontento aunque aún no estén afectados por la situación”, comentó.

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Además de poder ver el compromiso de los más jóvenes a través de los ojos de su propio hijo, Marcela también lo vive en carne propia con sus alumnos de la universidad.

La Universidad Alberto Hurtado es una institución especializada en Ciencias Sociales: no hay carreras de Ingeniería o Salud pero sí hay de Filosofía, Psicología y Economía.

Desde el lunes posterior a la multitudinaria marcha, los alumnos de la universidad se mantienen de paro aunque los profesores no han dejado de asistir a sus lugares de trabajo y a compartir asambleas con sus estudiantes. En esos encuentros, dialogan, comparten experiencias y pactan un esquema de trabajo.

“La situación es de excepción con respecto a otros años porque el paro es de todos ahora. Nos comprometimos con los alumnos a, independientemente de cual sea el resultado, darles todas las facilidades para cumplir el semestre. En ese sentido, hay cierto apoyo de los docentes a los alumnos porque entendemos que no es viable volver a la normalización como pedía el Presidente”, indicó. 

Si bien esta universidad es privada, el estudiantado es "bien heterogéneo".

"El 40% es primera generación de estudiantes. Estos días hemos tenido cabildos abiertos, reuniones y ellos han tenido un mayor peso en estas movilizaciones".

Esta situación se repite en todas las universidades chilenas que ya llevan perdidas varias semanas de clases y que estarían analizando extender el semestre hasta enero del 2020.

Qué puede suceder

La situación no parece encontrar un bálsamo que calme el clima que se está viviendo en todo el país. Si bien la masividad de las marchas parece haber amedrentado, este mismo lunes la Mesa de Unidad Social -que congrega a más de 100 organizaciones sociales- volvió a convocar a otra movilización que rebalsó Plaza Italia.

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Si bien el presidente Sebastián Piñera removió a parte de sus ministros y convocó a un debate sobre la necesidad de elaborar una nueva Constitución, sus actos fueron tildados como “tibios” por parte de una ciudadanía que reclama principalmente por un sistema de salud y educación más justo.

“Lamentablemente el Presidente se perdió la gran oportunidad de lograr una vuelta más rápida a un nivel de actividad normal cuando hizo el cambio de gabinete. Hay dos pedidos principales de la gente: cambios fuertes en salud y educación, también en las pensiones. Justamente, dos de los ministerios a donde no hubo cambios fueron Salud y Educación. Ese fue un error. Me pareció una pataleta por no querer dar el brazo a torcer”, comentó Marcela.

Tengo la impresión que el Gobierno está esperando el cansancio en las manifestaciones. Algo similar que lo que pasó en las protestas estudiantiles que cuando se acercaba el fin del semestre, esas protestas se diluían. Pero ahora no va a pasar porque esto es más allá de lo estudiantil. Es super transversal. 

Y agregó: "A mí lo que me preocupa es que este Gobierno sigue en una burbuja y no es capaz de entender qué es lo que origina este malestar”.

En Chile, un remedio para combatir una enfermedad reumática puede costar hasta 1.200 dólares por mes. La cuota de una escuela privada para un adolescente puede rondar los 700 dólares y un plan de salud familiar alrededor de los 900 dólares. Según un estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas de Chile, el 50% de la población cobra alrededor de 540 dólares.

Informe de Carola Cinto-Entrevista de Miguel Clariá.