Calles vacías en España por el coronavirus.

Diario de un Confinado

Día 15: Congelados

30/03/2020 | 10:21 |  

Adrián Cragnolini

Una ciudad de tres millones de habitantes con el ritmo de un pueblo de cinco mil.

Así está Madrid hoy, congelada, a dos semanas de la entrada en cuarentena y estrenando una segunda fase con medidas más restrictivas aún. Congelada la ciudad y congelados los madrileños en esta mañana de “friazón” que incluso traería nieve al caer la tarde. Palabra de meteorólogos.

Acabo de darme una vuelta por la estación ferroviaria de Atocha, no sin antes haber pasado dos controles gracias a mi acreditación de prensa. Atocha es como Retiro y Constitución juntas y esta hora de un lunes miles de vidas se entrecruzan rumbo a sus trabajos o sus colegios o universidades. Hoy en los andenes andan algunas palomas correteando la soledad. Llegan los trenes, abren sus puertas y ni vomitan ni engullen pasajeros. Uno sube en el vagón 3, dos bajan del vagón 5. Tres policías toman café en vasos de plástico mientras caminan controlando casi sin tener nada que controlar. Los saludo para poder usar la voz, llevo casi una hora sin abrir la boca.

Desde hoy solo funcionan los llamados “servicios esenciales”, una vuelta de tuerca más en el operativo encierro para matar de hambre al virus. Menos contactos, menos bicho. Y aunque sé que escupo para arriba, la labor de la prensa, aunque la información es esencial, bien podría limitarse bastante más en la circulación urbana. Tengo razones.

Salgo a la calle, volviendo a casa. Me pasa un tipo onda businessman subido a un patinete. Regreso andando por el Paseo de las Delicias, de las pocas calles con onda verde. La frecuencia de paso de coches me permite medir al menos diez segundos de silencio entre motor y motor. Estiro la mirada sobre la vereda y solo en la cuadra siguiente veo a un peatón. Desengancho de la memoria juvenil la calle Libertad de aquel Río Tercero a la hora de la siesta de un día de enero. No es la primera vez en cuarentena que creo estar en un sueño, inquietante y largo.


LA HORA DEL PLANETA

Pasó desapercibido, como tantas cosas oscurecidas por el coronavirus. Y de oscurecer se trataba la celebración del sábado pasado, que consistía en un apagón eléctrico voluntario mundial, en lugares públicos y hogares, durante media hora, de 8 y media a 9 y media de la noche.

Mi amigo Eduardo, porteño con vida en Madrid e hincha del calamar, me vuelve a dar una muestra de su humor corrosivo:

-Bolú, te imaginás con la tensión que debe haber en algunas casas después de dos semanas de encierro, si llegan a apagar la luz seguro hay una masacre.

¿COMO QUEDÓ EL NEMAN GRODNO?

¿Cómo que no conocen al Neman Grodno?

Me extraña araña.

El Neman Grodno le ganó ayer por 2 a 0 al Vitebsk en un vibrante partido de la no menos apasionante liga de fútbol de...Bielorrusia.

¿Y qué quieren, si es el único país europeo donde el fútbol resiste al coronavirus?

Hay que estar muy desesperado para buscar una emisión pirata en internet con el vulgar propósito de ver rodar la pelota en vivo. Si tenemos alguno cerca, comprendámoslo, la reclusión hogareña también tiene estas cosas.

A todo esto, les hago saber que la figura principal del Isloch Minsk Raion, uno de los líderes de la liga, es el guineano Momo Yansane.

Descolgala del ángulo Coccolo, ésta no te la sabías.

¡Hasta mañana!

Quédense en casa, y pregunten por los demás.