Diario de un confinado
27/04/2020 | 11:09 |
Adrián Cragnolini
Ayer en España se abrieron los corrales del confinamiento para que millones de chicos menores de 14 años pudieran salir a pastorear después de una invernada de un mes y medio.
La sola de presencia de los chavales en veredas y en algunos de los parques habilitados refrescó el ánimo de los mayores, que venía dando muestras contagiosas de fastidio y melancolía.
Reforzada por el carácter dominical de la jornada y por el buen tiempo en casi toda la península, desde la mañana tempranera hasta casi la puesta de sol, fue incesante el ir y venir de los niños, unos disciplinadamente asidos de las manos de su progenitor, otros saltando y corriendo alrededor.
El gobierno mostró su satisfacción por el desarrollo del primer día de condicionada libertad infantil y la enmarcó como una muestra de normalidad, sin incidentes de importancia.
Sin embargo, con el paso de las horas, las redes sociales empezaron a componer una galería de imágenes de la irresponsabilidad ciudadana: unas imágenes de un parque en Valencia, otras de una barriada en Huelva, luego de unas captadas en Cataluña, todas con flagrantes muestras del incumplimiento de las recomendaciones de los expertos sanitarios. Grupo de padres charlando entre sí sin guardar las distancias, sus niños mezclándose entre ellos, un padre sentado en un muro bajo, sin guantes ni mascarilla, varios mayores sin preocuparse de que sus retoños anduviesen tocando mobiliario urbano, explícitamente vedado por las disposiciones oficiales.
La indignación social se fue incendiando hora a hora, por algunos insensatos el resto entrábamos en el peligro de tener que dar un paso atrás.
El personal sanitario fue, con toda la razón, el más ofendido. Muchos de ellos, si recuerdan, fueron victimas del acoso de sus estúpidos vecinos que los conminaban a buscarse otro sitio donde irse a vivir.
La venganza, que es una sopa que se toma fría, no tardó en llegar, en este caso de @farmaciaenfurecida quien proponía dejar este cartel en la puerta del vecino tonto:
"Sabemos que tienes hijos y los has estado paseando sin respetar las medidas. Por el bien del edificio, quédate a dormir en el parque con ellos".
Hubo quien propuso que a partir de hoy, sean los niños los que saquen de paseo a sus padres. Visto lo visto, no es tan descabellada la idea.
Seriamente, ha llegado el momento de demostrar compromiso social y responsabilidad cívica. Ya no podemos seguir endosando a Papá Gobierno todos los errores de esta emergencia.
La falta de sensatez quedaba disimulada puertas adentro del confinamiento.
Ahora, que está llegando el momento de recuperar las calles, nuestra actitud responsable, empàtica y solidaria tiene que ser máxima.
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