Crisis institucional
12/11/2019 | 22:20 | El ahora ex presidente de Bolivia lo señaló tras la autoproclamación de Jeanine Áñez como mandataria de ese país. Dijo que la senadora es de "derecha golpista".
Seis horas después de que Evo Morales iniciara su asilo en México con la promesa de mantenerse firme en la lucha política, su adversaria Jeanine Áñez se proclamó presidenta de Bolivia en una sesión legislativa sin quórum, en la que prometió tomar las medidas necesarias para "pacificar el país".
Áñez, de la Unidad Demócrata, mencionó varios artículos de la Constitución y de los reglamentos parlamentarios que, a su parecer, forman el andamiaje jurídico que la habilita para asumir la jefatura del Estado.
"Se ha consumado el golpe más artero y nefasto de la historia. Una senadora de derecha golpista se autoproclama presidenta del Senado y luego presidenta interina de Bolivia sin quórum legislativo, rodeada de un grupo de cómplices y apañada por FFAA y Policía que reprimen al pueblo", escribió en Twitter Evo Morales apenas terminó el acto de proclamación.
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Áñez era hasta este martes la vicepresidenta segunda del Senado, pero quedó primera en la línea de sucesión después de las renuncias de Morales, del vicepresidente Álvaro García Linera y de las demás autoridades de las cámaras legislativas.
En la primera de sus dos apariciones públicas en pocos minutos, la legisladora dijo que asumía la presidencia del Senado con el aval de un artículo reglamentario y luego, en otro recinto, anunció que pasaba a ocupar la jefatura del Estado por la "vacancia" que crearon las renuncias y el abandono del país de Morales y García Linera.
"Asumo de inmediato la presidencia del Estado y prometo tomar medidas para pacificar el país", dijo Áñez, de quien se espera que conduzca un proceso de transición hacia nuevas elecciones.
Sostuvo que Morales y García Linera "abandonaron el territorio" boliviano y lograron asilo político en México, lo cual fuerza a "activar la sucesión presidencial para resguardar la vida, integridad física de los bolivianos y garantizar el orden publico".
Otro de los escenarios en los que se centró la atención de los bolivianos fue México, adonde apenas llegó como asilado Morales agradeció al presidente Andrés López Obrador por haberle "salvado la vida".
"Este golpe de Estado ni los atentados contra mi vida me harán cambiar de ideología. Seremos siempre antiimperialistas. Esta es una lección más para aprender y fortalecer las luchas por soberanía, inclusión, dignidad y libertad con identidad de los pueblos en Bolivia y el mundo", apuntó.
"Digo a mis hermanos y hermanas que mientras tenga la vida, seguiremos en la política; mientras tenga la vida, sigue la lucha y estamos seguros de que los pueblos del mundo tienen todo el derecho de liberarse", añadió.
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Un tercer punto de observación estuvo en las calles de la capital boliviana, por cuyas calles céntricas avanzó una multitudinaria manifestación llegada desde El Alto, a unos 20 kilómetros de distancia, para pedir por la reivindicación de los símbolos indígenas, a los que consideran ofendidos después de la renuncia forzada de Morales.
Los manifestantes, que portaban miles de wiphalas (banderas multicolores del movimiento indígenas) y algunos de ellos palos, avanzaron pacíficamente por el centro de La Paz y se instalaron en la plaza mayor San Francisco, donde dieron sus muestras de apoyo a Morales.
La movilización fue sobrevolada por aviones de la Fuerza Aérea Boliviana, en un contexto de militarización de la capital boliviana ordenada con el alegado propósito de prevenir actos de violencia.
Después de la renuncia de Morales, algunos policías que se habían amotinado en medio de las protestas arrancaron de sus uniformes la representación de la whipalas y las quemaron, en gestos que llenaron de indignación a las comunidades indígenas.