Tensión en España
04/11/2019 | 20:20 | Fue mientras el monarca presidía un acto de entrega de premios. "¡Cataluña no tiene rey!", gritaron los manifestantes en un ruidoso cacerolazo. El hecho se produjo a una semana de las elecciones generales.
El rey Felipe VI sufrió este lunes en carne propia la presión del movimiento independentista que repudió su presencia en Barcelona, en el marco de su estrategia de agitar el debate por el conflicto secesionista en medio de la campaña para las elecciones del domingo próximo.
Mientras el monarca presidía un acto de entrega de premios acompañado por la reina y sus dos hijas en el interior del Palacio de Congresos de Cataluña, afuera, en las calles, miles de manifestantes protagonizaban un ruidoso cacerolazo y coreaban gritos como "¡Fuera, Borbón!", "¡Cataluña no tiene rey!" o "¡Independencia!".
Algunos manifestantes quemaron fotos del monarca, quien, pese al clima de tensión, pudo evitar el contacto con los independentistas gracias a un fuerte operativo de seguridad en torno al lugar del evento, que los mantuvo alejados unos cien metros.
No ocurrió lo mismo con los invitados a la ceremonia organizada por la Fundación Princesa de Girona, que anualmente premia a jóvenes innovadores y emprendedores, y este año decidió trasladarse al Palacio de Congresos de Cataluña, en Barcelona, con la intención de dar más pompa a su décimo aniversario.
Algunos de los asistentes al acto fueron increpados cuando intentaban acceder al Palacio de Congresos con insultos y acusaciones de "fascistas". Uno de ellos fue el líder municipal del Partido Popular (PP), Josep Bou, quien desistió de entrar ante el acoso.
En contraste con el ambiente de hostigamiento exterior, los reyes y sus hijas fueron ovacionados con gritos de "¡Viva el rey" y "¡Viva la princesa de Girona!", al inicio de la ceremonia de entrega de premios que lleva el título de la heredera de la Corona.
La princesa Leonor debutó hablando en catalán con un discurso que tuvo un guiño activo hacia Cataluña, con la mención también a "la importancia de la historia y cultura catalanas".
A su turno, Felipe VI lanzó un mensaje político al afirmar que en Cataluña "en la realidad de hoy no pueden tener cabida ni la violencia ni la intolerancia ni el menosprecio a los otros".
Ésta era la primera visita que hacía Felipe VI a Cataluña desde la sentencia que impuso duras penas a los líderes del fallido proceso de secesión de 2017, que puso a los independentistas en estado de ebullición permanente y derivó en graves enfrentamientos entre manifestantes y policías entre el 15 y el 18 de octubre.
"No tenemos ni rey ni miedo", fue el lema lanzado por los Comités de Defensa de la República (CDR) ante la presencia del rey en Barcelona con motivo del acto que fue planeado con mucha antelación, sin que sus organizadores supieran que iba a coincidir con la campaña electoral ni un momento tan convulso para Cataluña.
Al margen de que la figura del rey ha sido siempre rechazada por el independentismo, Felipe VI se convirtió en el "enemigo" de los secesionistas cuando, tras el referendo de autodeterminación de 2017, pronunció un discurso que allanó el camino de la intervención de la norteña región.
Los partidos independentistas intentaron que la Junta Electoral Central (JEC) aplazara la ceremonia de la Fundación Princesa de Girona por considerar que era un acto "electoralista", pero no lo consiguieron.
El temor era que se produjeran nuevos disturbios violentos, mientras en Madrid los cinco principales candidatos a la presidencia del gobierno se enfrentaban en su único debate electoral en la TV pública.
Sin embargo, no se pudo evitar que la imagen del rey acosado por las protestas allanara el camino del debate, en el que el presidente en funciones, el socialista Pedro Sánchez, es el rival a batir por todos.
"Una vez más, los violentos en Barcelona atacan a la Corona y a los invitados a la entrega de los Premios Princesa de Girona, entre otros a Josep Bou", escribió el líder del conservador Partido Popular, Pablo Casado, en Twitter, y abogó por un "nuevo gobierno que ponga orden y recupere la concordia".
"¿Dónde está el Estado? ¿Dónde está el Gobierno?", se preguntó por su parte Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, mientras el ultraderechista Santiago Abascal acusó directamente a Sánchez de "abandonar de forma miserable a la Corona".