Reconocimiento mundial
09/10/2019 | 07:16 | John Goodenoough, Stanley Whittingham y Akira Yoshino investigaron por separado las innovaciones de este producto. "Las baterías recargables revolucionaron nuestras vidas", dijo la organización.
El premio Nobel de Química 2019 que entrega la Real Academia Suecia de Ciencias fue para los investigadores John Goodenough, Stanley Whittingham y Akira Yoshino, por el desarrollo de baterías de iones de litio.
Los tres científicos son favoritos en esta categoría desde hace años y cada uno de ellos investigó por separado las innovaciones de este producto.
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"Esta batería ligera, recargable y potente ahora se usa en todo, desde teléfonos móviles hasta computadoras portátiles y vehículos eléctricos. También puede almacenar cantidades significativas de energía solar y eólica, haciendo posible una sociedad libre de combustibles fósiles", destacó la organización.
Y agrega: "Las baterías de iones de litio han revolucionado nuestras vidas desde que ingresaron al mercado en 1991. Han sentado las bases de una sociedad inalámbrica, libre de combustibles fósiles, y son de gran beneficio para la humanidad".
Las baterías de iones de litio se utilizan a nivel mundial para alimentar los dispositivos electrónicos portátiles que se usan para la comunicación, trabajar, estudiar y escuchar música entre otras actividades.
Su desarrollo tuvo lugar durante la crisis del petróleo en la década de 1970.
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Stanley Whittingham trabajó en aplicar métodos que podrían conducir a tecnologías de energía libre de combustibles fósiles. En la investigación de superconductores descubrió un material extremadamente rico en energía, que utilizó para crear un cátodo innovador en una batería de litio. Sin embargo la batería que desarrollo -con un gran potencial, un poco más de dos voltios- era demasiada explosiva para ser viable.
Luego en 1980, John Goodenough demostró que el óxido de cobalto con iones de litio intercalados puede producir hasta cuatro voltios. Este fue un avance importante y conduciría a baterías mucho más potentes.
Con el cátodo de Goodenough como base, Akira Yoshino creó la primera batería de iones de litio comercialmente viable en 1985. En lugar de usar litio reactivo en el ánodo, usó coque de petróleo, un material de carbono que, como el óxido de cobalto del cátodo, puede intercalar iones de litio .
El resultado fue una batería ligera y resistente que podía cargarse cientos de veces antes de que su rendimiento se deteriorara. La ventaja de las baterías de iones de litio es que no se basan en reacciones químicas que descomponen los electrodos, sino en iones de litio que fluyen de un lado a otro entre el ánodo y el cátodo.