Ruptura histórica
31/01/2020 | 19:57 | En 2014 los escoceses votaron en un referéndum por permanecer en el Reino Unido. Ahora, con la salida de este último de la Unión Europa, Edimburgo vuelve a plantear la cuestión y se acerca a la UE.
La salida del Reino Unido de la Unión Europea reavivó el debate por la independencia de Escocia, que se creía resuelto tras un histórico referéndum celebrado hace casi seis años.
En aquella oportunidad, el 18 de septiembre de 2014 un 55 % los escoceses votó por para seguir formando parte del Reino Unido, y la cuestión quedó aparentemente zanjada al afirmarse que solo habría un referéndum "en esta generación".
No obstante, con la consumación del Brexit, el asunto cobra otro cariz, ya que para los nacionalistas escoceses, la salida del Reino Unido de la UE representa un cambio sustancial en los acuerdos constitucionales de Escocia con el Gobierno del Reino Unido.
Es por ese motivo que en los últimos días se volvió a hablar del 'Scexit', acrónimo compuesto por dos palabras en inglés: Scotland (Escocia) y Exit (Salida), siguiendo la lógica del Brexit.
La líder escocesa, decidida
La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, ha intensificado en los últimos meses la presión por un nuevo referéndum de independencia.
Así se lo hizo saber incluso al primer ministro británico Boris Johnson después de las elecciones generales de diciembre, en las que su Partido Nacional Escocés (SNP) obtuvo una aplastante victoria en toda Escocia.
No obstante, Johnson señaló que Londres no transferiría poderes a Edimburgo para celebrar otro referéndum, argumentando que esto "continuaría el estancamiento político que Escocia ha visto en la última década".
Fue entonces cuando Sturgeon redobló la apuesta y acusó al Gobierno conservador de Johnson de ignorar la voluntad del pueblo. "El problema para los Tories es que cuanto más tiempo intentan bloquear la democracia, más demuestran que la unión de Westminster no es de iguales, y alimentan el apoyo a la independencia", publicó en Twitter.
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Este miércoles en un nuevo paso independentista, el Parlamento escocés aprobó una moción para exigir la celebración de un nuevo referéndum de independencia respecto del Reino Unido. Los diputados aprobaron la medida con 64 votos a favor y 54 en contra.
Reino Unido no, Unión Europa sí
Pero así como los escoceses se reparten en mitades casi iguales sus deseos de independizarse o no de Londres, una clara mayoría desea permanecer en la Unión Europea. Así lo hizo saber el 62 % de los que votaron en el referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la UE celebrado el 23 de junio de 2016.
Lograr un nuevo plebiscito de independencia no parece algo sencillo en la actual coyuntura, pero incluso si se llevara a cabo pronto, para una potencial transición los escoceses deberían esperar como mínimo hasta el 31 de diciembre, cuando el Reino Unido completará su salida de la Unión Europea.
Según explica la BBC, si quisiera formar parte de la Unión Europea como país independiente, Escocia primero debe abandonar la UE junto al Reino Unido en diciembre e inmediatamente después postularse para unirse nuevamente al bloque. Esto no desalienta a los ministros de Escocia, que parecen dispuestos a encarar este proceso "tan pronto como sea posible", según cita el medio inglés.
A partir de su hipotética independencia del Reino Unido, Escocia debería atravesar todos los trámites como cualquier otra nación que pretenda unirse a la Unión Europea.
Pequeñas rebeldías
Lo concreto es que Escocia por ahora se ve obligado a seguir los pasos que marca el Reino Unido para abandonar la UE. No obstante, en ese contexto el Ejecutivo escocés tomó una medida simbólica a modo de protesta. La primera ministra bajó la orden de que la bandera europea siga flameando en el Parlamento local, incluso después del viernes, cuando entre en vigor el Brexit.
La oposición puso el grito en el cielo y acusó a Sturgeon de estar "obsesionada con las banderas", así como con la independencia: "Este es otro cínico y obvio ejemplo de oportunismo político", señaló el líder de los conservadores.
Ese no fue el único acto de rebeldía escocesa. Este lunes el Gobierno solicitó al Ejecutivo británico la creación de un sistema propio de visados para gestionar la llegada de inmigrantes. Con esto planea contrarrestar la baja natalidad y el impacto de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, según The New European.
Se trata de pequeños pasos, pero con el objetivo del 'Scexit' de fondo. De momento, al menos un nuevo referéndum en esta generación, parece más cercano que hace un par de años.