Diario de un confinado
16/03/2020 | 11:17 |
Adrián Cragnolini
Hola a los que leen...
El escenario es mi casa en Madrid. Dentro de ella, humanos, animales, plantas y cosas.
En el primer grupo, Rosa mi pareja, Rodrigo su hijo casi veinteañero y un servidor.
Los cuadrúpedos son Tango, cuasi labrador, Zamba, gata bengalí hipoalergénica y Gioconda otra felina blanquinegra con manchas de pelo caprichosamente distribuídas.
Hay geranios, rosales, ficus, amor de hombre y unas pocas más cuyo nombre no recuerdo.
Las cosas... son objetos que irán apareciendo sin cobrar roles protagonicos.
Todo este conjunto de materia se mezclará con sentimientos, reflexiones, anécdotas conflictos y humores para llevar a describirles a uds como llevamos este confinamiento tan inesperado como necesario.
Se levanta el telón.
Día 1
Primer día laborable desde que el candado del estado de alerta ha cerrado España.
No cierra del todo bien ese candado
Se filtran vivos que compran tres barras de pan en tres salidas diferentes, Kaspar Hausers que parecen haber salido hoy del chiquero donde paraban haciendo como que “no sabían nada”.
Nos piden que respetemos el metro de distancia con el prójimo, pero hoy en los trenes de Madrid iban como sardinas en lata.
Bajo a Tango a dar su vuelta por la calle. Paseo urbanita de rigor, solo por el cemento, los parques están cerrados. Volviendo a casa lloriquea un poco, extraña no haber olido pasto.
Responsabilidad social, Tango, no escuchas la radio?
No sé cuando veré a Rosa hoy, cada día viene más tarde del hospital, y sigue laburando frente a la computadora. Me lo dice con la mirada, ve venir el tsunami y está en primera linea de playa. Ojalá fuera una playa.
Me llegan testimonios de compatriotas varados y desesperados por volver a su tierra. Muchos de ellos creo que nunca la amaron tanto.
Hoy hice poco ejercicio de mantenimiento. Me condeno a una ensalada. Falso castigo: me encantan las ensaladas, y si son creativas, mejor.
Uy, me olvidaba, a los de sangre roja nos ataca el coronavirus, a los de sangre azul, el “Corinavirus”. La película podría llamarse “El rey campechano, la amante danesa y unas propinas árabes”
Hasta mañana, abrazos desde el zulo madrileño...