La Mesa de Café
04/09/2019 | 09:33 | La mujer tuvo muerte cerebral y la mantuvieron con vida artificialmente. Eliska llegó al mundo cuando su mamá fue desconectada.
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Una noticia conmovió al mundo entero cuando se conoció la historia de Eliska, una beba que nació luego de permanecer cuatro meses en el vientre de su mamá muerta.
Su mamá, Eva, sufrió una hemorragia cerebral debido a una malformación genética y fue internada. Ese mismo día se le diagnosticó muerte cerebral y los familiares decidieron que Eva sea mantenida con vida de manera artificial para que la bebé pudiera terminar su desarrollo.
El pasado 15 de agosto, Eliska nació en el Hospital Facultativo de Brno, en República Checa. Pesó 2,130 kilos y una altura de 42 centímetros. Ese mismo día, se certificó la muerte de su mamá.
Si bien este no es el primer caso en el mundo, hay muy pocos de esta naturaleza y entrará en los anales de la medicina mundial ya que el período que la bebé permaneció en la panza de su mamá fue muy prolongado.
"Hay varios casos más como este. No hay muchos pero deben ser unos 20 o 30. Es correcto que en este caso particular hubo un periodo muy prolongado en el que se ha mantenido a la madre con vida", dijo a Cadena 3 el doctor Savino Gil Pugliese, jefe del Programa de Cirugía Fetal del Hospital Privado de Córdoba.
Según trascendió en el comunicado del hospital checo, el embarazo se desarrolló "muy bien" y "como si no hubiera pasado nada" para la niña.
"La madre tuvo muerte cerebral y por eso tuvo que estar conectada a un respirador, tener una sonda para eliminar la orina y vías para la alimentación. Todo eso que hacemos es una invasión a la mamá y que puede traerle problemas de tipo infeccioso", contó Gil Pugliese.
En ese mismo comunicado se describe que toda la familia simuló condiciones normales para el desarrollo del embarazo: ponían canciones, se le hacían masajes a la madre y hasta su abuela le leía cuentos.
"Son cuadros muy complejos y mucho tiene que ver con la familia. En este caso, por su actitud, se trata de un entorno muy favorable. Como toda decisión en la que el paciente no puede decidir, la familia es la que tiene que determinar hasta donde se llega. La madre se vuelve en un medio para lograr el objetivo de tener un niño sano", explicó el médico.
Al ser consultado si está comprobado que este tipo de acciones ayudan al desarrollo normal del bebé, Gil Pugliese afirmó: "Esa parte del cuidado no está descripto en otros casos porque no es algo que esté estandarizado para este tipo de pacientes. Uno piensa que eso sería lo mejor y lo más natural porque esa es la manera en que el feto genera un vínculo con su mamá".
Además detalló que desde la semana 20, el feto comienza a escuchar el latido y la voz de su mamá.
"Ahí se genera un nexo entre ambos. En estos casos, los de afuera intentan generar eso. A partir de la semana 28, el bebé empieza a racionalizar y a asociar sonidos y sentir".
Actualmente, la bebé está al cuidado ahora de su tía, que la está amamantando, y de su padre.
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