La Mesa de Café
10/09/2019 | 09:34 | Israel Palma es mexicano y fue detenido cuando ingresó a Estados Unidos ilegalmente. En su estadía en la cárcel, imitaba voces de ex presidentes y se comunicaba con otros convictos.
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Bien podría ser una historia digna de Netflix aunque todavía no lo sea. Israel Palma es un mexicano que, como muchos de sus coterráneos, decidió cruzar la frontera desde Baja California para llegar a tierras estadounidenses.
"Yo intento ir allá a ganar dólares y tener un futuro mejor. Estaba intentando cruzar de Baja California a California", dijo a Cadena 3 Palma.
A diferencias de muchos otros, él logró pasar la frontera y comenzó a trabajar pero luego fue detenido y llevado preso.
"Me envían a una detención que no es una cárcel a donde nos ponen en un subterráneo u hoyo. Ahí es donde te clasifican. No ves la luz natural durante 15 días. Me guardaron con otras 30 personas", contó Palma quien vino a Argentina para participar del Encuentro Nacional de Locutores en Huerta Grande.
Los primeros tres días fueron de una histeria colectiva a donde el resto de los detenidos golpeaban las paredes y las puertas de metal.
"Se lamentaban y gritaban. Yo no podía dormir. En esa desesperación decidí tomar el conducto de aire. Empecé imitando a Vicente Foz, ex presidente de México, y empiezo a comunicarme con otras celdas", contó.
En su primera comunicación, Palma -en la voz del ex presidente- les dijo a los otros presos: "Mexicanos y mexicanas, por favor no se preocupen que mañana les vamos a dar papeles pero para el baño".
"Esto causó impacto y todos pararon la histeria. Ahí fue cuando empezó esta pasión por hacer radio y la magia del ducto de aire. Yo hacía de entrevistador y ellos me respondían".
El ducto era su micrófono y también su aparato receptor del otro lado.
"Los mexicanos nos reímos de todo. Yo les decía: ''Por favor, usted no se vaya pero no se vaya eh?''". Tratamos de buscar el lado positivo y conectarnos a través de la música, de comunicarnos, si sabía que alguien estaba cabizbajo le mandábamos un saludo".
Una vez que salió de la cárcel, pudo reencontrarse con toda esa gente que se comunicaba con él a través del conducto y ponerle rostro a esas voces que se acompañaron el tiempo que estuvieron recluidos.
"Salimos vinculados pero salimos hermandados. Cuando terminamos el proceso de clasificación, nos llevan a pasillos generales y todos preguntaban quien era el loco que se la pasaba cantando, que nos mandaba saludos. Ahí nos conocemos y hay miles de historias. Hay gente que me decía que no tenía ganas de seguir con su vida. Estas locuras aliviaron nuestro sufrimiento".
Luego de esa experiencia, Palma volvió a México y actualmente trabaja en Tijuana en una estación de radio que se llama Grupo Cadena.
"Hablamos de todo lo que hacen los políticos y tenemos un segmento curioso en el que contamos cuentos. Lo hacemos cuando los padres llevan a los niños a la escuela. Contamos fábulas que tienen un mensaje", comentó.
La Mesa de Café.