La Mesa de Café
16/10/2019 | 09:36 | Esteban "Tito" Dómina, dialogó con Cadena 3 y recorrió parte de las memorias que guarda el flamante Monumento Histórico Nacional. "El barrio se desarrolló a partir de su construcción", dijo.
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En el perímetro, ya se pueden ver algunas obras (Por Miguel Clariá)
Este martes, el Gobierno publicó el decreto 707/2019 que convirtió al Penal de San Martín, de la ciudad de Córdoba, en Monumento Histórico Nacional.
La noticia fue recibida con gran alegría por gran parte de los vecinos del barrio, quienes esperaban que las seis manzanas pudieran ser refuncionalizadas y abiertas al público.
El penal de San Martín es, sin dudas, un emblema de la ciudad y de barrio San Martín. Fue construido en 1887 por el arquitecto Francisco Tamburini con un diseño muy particular: es un panóptico que confluye en tres pabellones y una capilla octogonal.
"La ciudad de Córdoba tiene 29 Monumentos Históricos. Esta distinción cambia totalmente el estatus del lugar y del edificio. A partir de ahora, la Comisión Nacional de Monumentos Lugares y Sitios Históricos tendrá que aprobar cada una de las obras y establecerá los límites de cualquier intervención", dijo a Cadena 3 Esteban "Tito" Dómina, concejal e historiador.
Pero no sólo la arquitectura hace que el penal sea considerado como un edificio histórico, sino también las historias que ocurrieron dentro de esos pasillos.
El santo Cura Brochero era un asiduo visitante de la capilla octogonal que está dentro del penal. Pero no sólo él, sino también Carlos Gardel, quien visitaba a los presos y les cantaba en vivo.
Junto con esas memorias marcadas por la música y el culto, también se conserva la parte trágica de la historia. La unidad penitenciaria número uno fue un centro de detención militarizado durante la dictadura.
En la memoria más reciente, tampoco se puede obviar el motín del 2005 por el que murieron 8 personas.
"La situación en los penales era muy cruda producto de la superpoblación. Esto derivó en el intento de fuga masiva que duró 24 horas en 2005. Se vivieron momentos de terror. Los vecinos se encerraban en sus casas y no atinaban salir a la calle. Tengo entendido que esto terminó de definir el traslado de la cárcel".
Traslado del penal
Tras 10 años de ese fatídico intento de fuga, en 2015 cerró la cárcel y los internos fueron trasladados. Esto generó una grieta entre los vecinos que deseaban que esto sucediera y los que argumentaban que el penal era una garantía para la seguridad del barrio.
Luego de varios años de tratativas e intercambios de carpetas, ya se pueden ver obreros trabajando en la zona: hasta el momento, se ha construido una vereda perimetral y se ha trabajado sobre la fachada. También se mejoró la trazabilidad de las veredas del patio interno y se colocaron asientos de hormigón. Alrededor de las seis manzanas se pueden observar materiales de construcción.
La Mesa de Café.