Compromiso ambiental
20/09/2019 | 13:09 | Con 16 años su nombre empieza a sonar entre los candidatos al Nobel de la Paz. El lunes asistirá a la cumbre mundial de Naciones Unidas sobre el clima.
Greta Thunberg es la joven sueca de 16 años que se convirtió en ícono de la lucha contra el cambio climático.
Su activismo se hizo popular en agosto del año pasado cuando empezó a faltar a clase los viernes para expresarse en las puertas del Parlamento sueco con un cartel que expresaba: "Huelga escolar por el clima".
Desde entonces se transformó en referente de la causa y su nombre ya empieza a sonar entre los posibles candidatos para el Nobel de la Paz 2019.
Hija de una cantante lírica y un productor, instaló en todo el mundo los "Fridays For Future" ("Viernes por el Futuro") sumando a miles de seguidores y logrando dar discursos ante líderes mundiales.
"Planeo continuar hasta que Suecia se conforme al Acuerdo de París sobre el clima, y eso puede llevar un tiempo", dijo a finales de 2018 a AFP TV.
En julio, ante quienes ponían en duda su legitimidad para encarnar el combate contra el cambio climático dijo ante el Parlamento francés: "No están obligados a escucharnos, después de todo solo somos niños".
En agosto viajó desde Europa a América en el velero cero emisiones Malizia, propiedad del príncipe de Mónaco, Pierre Casiraghi y ahora participa de la multitudinaria marcha de Nueva York contra el Cambio Climático.
En tanto que este lunes participará de la cumbre mundial de Naciones Unidas sobre el clima, en la misma ciudad.
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Según contó, su interés por el tema se despertó cuando tenía ocho o nueve años cuando sus profesores le dijeron que debían ahorrar papel y apagar las luces. "Cuando pregunté por qué me dijeron que había algo llamado cambio climático y calentamiento global, provocado por los humanos", recordó.
Desde ese momento también dejó de comer carne, beber leche y comprar cosas nuevas, a no ser que fuera "absolutamente necesario".
"Son tan solo algunos pequeños cambios en mi vida diaria", comentó.
Sus padres y su hermana menor también adaptaron estos hábitos cuando Greta cayó en depresión atormentada por la causa y las amenazas que el calentamiento global entraña. Con once años dejó de comer, empezó a faltar a clase y dejó de hablar.
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Su madre que viajaba por todo el mundo dejó de tomar aviones y sólo actúa en los países nórdicos.
Al año siguiente a Greta le diagnosticaron síndrome de Asperger. "Mi cerebro funciona un poco diferente, así que veo el mundo desde otra perspectiva", explicó Thunberg a la AFP.
"Soy muy directa, digo las cosas como son y cuando decido hacer algo, lo hago sin dudar", explicó.