Una nueva voz en Cadena 3
06/03/2020 | 09:11 | El mendocino, de 41 años, es el nuevo integrante de Juntos. Asegura que aprendió a hacer radio sin Google ni Wikipedia y que llegar a Cadena 3 es "una forma de reinventarse".
En la localidad de Bowen, Mendoza, la comunidad ucraniana es muy importante.
A principios del siglo 20 uno de los que llegó a esa ciudad del departamento General Alvear fue el abuelo de Gabriel “El Alambre” Jarmolczuk.
“Como otros, llegó al país con un solo objetivo: trabajar. Y esa energía yo la llevo bien adentro”, cuenta el locutor que esta semana se sumó a la mesa de Juntos, el programa que conduce Mario Pereyra. Y los ejemplos de ese apego por el trabajo los colecciona desde su adolescencia.
Antes de ingresar al colegio secundario, “El Alambre” se presentó a trabajar en un secadero de frutas. “Quería ahorrar para comprarme una guitarra, cuando le conté al dueño –que conocía a mis padres- él me regaló una que su hija no usaba y con lo que ahorré recuerdo que le compré dos veladores a mi mamá”.
Quizás allí esté el punto de inicio de su relación con la música –que se fue profundizando con su pasión por la radio–. “Aunque nunca toqué la guitarra (risas)”, aclaró.
“En una ciudad chica, hace 30 años, sólo llegaba la AM y la tele empezaba al mediodía. Hasta los 15 años crecí escuchando tango y folclore y cuando era adolescente me quedaba toda la noche escuchando la radio”, recuerda.
Los primeros pasos en los medios fueron en su pueblo, después en San Rafael, como guionista radial y pisando los 20 llegó a la ciudad de Mendoza.
“Me lo propusieron y me dije: es un desafío que no puedo perderme”. Rápidamente se transformó en referente de las mañanas de la FM Estación del Sol donde su programa (“Ahora que el jefe no está”) lideró la audiencia mendocina durante 19 años.
¿Cómo lo logró? “Cuando se abre el micrófono no hay que opinar por opinar, debe sonar espontáneo pero detrás de eso debe haber mucho trabajo y, además, soy consciente que los medios tienen una responsabilidad social”, responde.
“El Alambre” asegura que aprendió a hacer radio sin Google ni Wikipedia y que la fórmula para llegar a ser el conductor es dedicarle tiempo. “Nadie nace creativo y quien dice eso miente. La suerte no está del lado de quien menos entrena. La cuestión es trabajar muchas horas previas para que brille un minuto de aire”.
De México a Córdoba
En el mejor momento de su carrera decidió hacer un cambio. “Tenía casi 40 y dos décadas como conductor radial; sentía que tenía mucho para dar en otro lugar”, comenta.
Con un estilo fresco y una relación cercana al mundo del rock, a Jarmolczuk no le faltaron propuestas. “Tuve dos de radios porteñas que rechacé”, dice.
Pero la discográfica Pop Art lo tentó con la posibilidad de potenciar a artistas de rock argentino en México.
Recogió el guante y se tomó un avión hasta el DF, donde empezó a promocionar a diferentes bandas de nuestro país. Entre ellas, a los cordobeses de Los Calligaris, a quienes conoció hace varios años en una graciosa situación en Mendoza.
“Estaba contento con esto y en diciembre me llamaron de Cadena 3. Me sorprendió pero al mismo tiempo me entusiasmó”, se sincera.
“Tengo una profunda admiración por Mario Pereyra; es alguien que ha sabido estar varias décadas siendo líder del aire y eso demuestra su apego al trabajo y a saber entender al público”, explica.
Y rápidamente destaca el carácter federal de Cadena 3: “Yo subía a un taxi en Mendoza y estaba la radio puesta, entonces le preguntaba al conductor por qué escuchaba una radio de Córdoba y me contestaba: ‘Me da las noticias de Mendoza antes que otros y además me entero de lo que pasa en todo el país”.
Asegura que este nuevo desafío no lo asusta pero admite que es obvio que tiene “algo” de miedo, aunque reconoce que es una forma de reinventarse. “Es natural por el lugar que ocuparé, pero soy consciente que todo será gradual”, responde.
"Mi estilo ha sido y será siempre el mismo: ser lo más genuino posible, ser natural. No soy un conformista pero sé entender que todo lleva un proceso y que en los medios es un error ser cortoplacista”, comenta.
La receta del "Alambre" parece repetirse: enfrentar a cada desafío con la seriedad del trabajo y con una pizca de inconsciencia.
La misma que tuvo su abuelo para recorrer más de 13.000 kilómetros hace poco más de un siglo.
Entrevista de Guillermo López