Una argentina que profundiza la importancia de lo emocional en la educación

La docente, investigadora y conferenciante argentina, Alejandra del Fabro, especializada en neurociencia y educación emocional, ha compartido su experiencia y perspectivas sobre la educación durante una entrevista con Cadena 3 en el Colegio Argentino de Madrid. Del Favro comenzó a enseñar inglés a los 15 años y desde entonces ha estado vinculada al campo de la docencia e investigación.

"Empecé a dar clases de inglés cuando tenía 15 años. A partir de ahí creo que se despertó mi amor por la docencia", afirmó Del Fabro. Posteriormente fundó una academia de idiomas en Buenos Aires y se adentró en el ámbito de las neurociencias aplicadas a la educación.

La especialista destacó que las escuelas son una porción de la sociedad y lo que ocurre en ellas también sucede en las empresas y familias. Además, resaltó que todos respondemos más o menos igual ante los estímulos debido a nuestro sistema nervioso central.

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Sobre el descontento generalizado con el sistema escolar tradicional, comentó: "No nos gustaba la escuela porque estaba muy alejada de nuestros intereses". Sugirió que los maestros deberían intentar conectar los contenidos académicos con los intereses individuales de cada alumno para hacer el aprendizaje más relevante y motivador.

La experta también habló sobre la importancia del desarrollo emocional dentro del sistema educativo. "El estudiante no es un recipiente que hay que llenar, sino una antorcha que hay que encender", afirmó. También señaló cómo se puede observar este trabajo: "Se nota que los niños aprenden a escuchar atentamente a los compañeros, aprenden a retrasar la gratificación inmediata".

Alejandra hace hincapié en el papel crucial que juegan los docentes en fomentar las habilidades emocionales entre sus alumnos. "Es muy importante también que los docentes aprendan sobre estas cuestiones", dijo Alejandra. "Primero porque el primero que se ve beneficiado es el docente, porque mejora su calidad de vida, claramente, y mejora sus habilidades emocionales al estar practicándolas."

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Del Fabro abogó por una revisión urgente de lo que estudian los maestros y señaló la necesidad imperiosa de restaurar la autoridad del docente. También destacó cómo el respeto por la figura del profesor debe comenzar desde casa: "El primer agente socializado y educador del niño es la familia."

Finalmente, remarcó la necesidad del regreso de la filosofía a las aulas como una herramienta para fomentar el pensamiento crítico y creativo entre los estudiantes. "La sabiduría no es producto de la escolarización, sino del intento de adquirirla durante toda la vida (...) Yo creo que hay que tener creatividad para ser feliz, básicamente", concluyó.