Belén Casetta y su odisea rumbo a Tokio: “Nada es imposible”

Acostumbrada a saltarlos en la pista de atletismo, Belén Casetta tuvo que sortear una serie de obstáculos durante la pandemia, que por momentos parecieron no tener fin. En diálogo con La Central Deportiva (Cadena 3 Santa Fe FM 101.7), los repasó ya con la tranquilidad de poder encarar el entrenamiento que los Juegos Olímpicos merecen.

Precisamente, con la mira puesta en Tokio 2021, a principios de año la marplatense viajó a Kenia, la Meca del Atletismo, para perfeccionar su preparación. "Desde las 5 de la mañana hasta las 7 de la tarde ves pelotones de gente corriendo. Es impresionante. Hay pistas de tierra por todos lados", describió, como si fueran potreros de fútbol en Argentina.

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Sin embargo, su estadía en la cuna de de los mejores maratonistas del mundo se interrumpió abruptamente a causa de la pandemia. Comenzó su odisea.

"Me llamaron desde el ENARD y me dijeron que vuelva porque iban a cerrar el aeropuerto de Ezeiza", relató Casetta. Tuvo que dejar el complejo donde estaba alojada en la ciudad africana de Iten y arrancó el regreso a casa. Hizo escalas en Nairobi y Addis Adeba (Etiopía), donde tomó un vuelo a San Pablo.

Corriendo contrarreloj por el cierre de las fronteras, y como si fuera poco, quedó varada en Brasil. Había conseguido por medio del ENARD uno de los denominados vuelos de repatriación de Aerolíneas Argentinas, pero se demoró por culpa de un enjambre de abejas en uno de sus motores. Una película de terror que, sin embargo, la atleta piensa en canalizar positivamente: "Trato de tomar todos estos obstáculos como una fortaleza. Tengo mucha energía acumulada para descargar en competencia".

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Una vez llegada a Mar del Plata, Casetta advirtió que "La Feliz" parecía un pueblo fantasma, como casi todas las grandes ciudades en la etapa más cerrada de la cuarentena. En esas condiciones, su preparación a Tokio se hizo cuesta arriba. "Pude hacer sólo cuatro entrenamientos en Mar del Plata y casi clandestinamente", describió la atleta, a la vez que confesó que no se sentía cómoda gestionando permisos para correr cuando la mayoría de la gente estaba confinada en su casa.

Pasaban las semanas, el gobierno nacional no autorizaba la práctica deportiva y la preocupación crecía. De hecho, fue una de las figuras que expresó su enojo en redes sociales por el tiempo perdido de cara a los Juegos Olímpicos. No sería el último problema.

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"Mi intención era entrenar en Cachi (Salta), pero el intendente de allá no me permitió el ingreso por las restricciones del covid", contó Belén. No obstante, surgió un plan B. Una alternativa de la que se mostró agradecida. "El gobierno de Tucumán me autorizó a entrenar en Tafí del Valle, así que me subí al auto y manejé diecinueve horas desde Mar del Plata", describió.

De esta manera, previa cuarentena en San Miguel de Tucumán e hisopado negativo, Casetta entrena todos los días a 2 mil metros de altura. Una escala más en un largo camino que tiene como destino final Tokio. "En la pista, son 35 obstáculos los que hay que pasar en una carrera", expresó. En su caso, ya tuvo que sortear varios más. Pero está convencida: "Nada es imposible".

Entrevista de "La Central Deportiva"