Gabriel Migliónico y el gol que no gritó: "Tengo un vacío"

A 19 años de la reinaguración del estadio Brigadier López, el involuntario protagonista principal de esa noche habló con La Central Deportiva (Cadena 3 Santa Fe 101.7). Gabriel Migliónico, autor del único gol de un partido que duró apenas unos minutos, detalló los pocos pormenores de los que tiene memoria.

El remozado Cementerio de los Elefantes explotaba de gente y presentaba su nueva tribuna en el sector este. El sabalero jugaba ante Nueva Chicago. Iban 10 minutos del primer tiempo. Tiro libre a favor del local que ejecutó el uruguayo Javier Delgado en forma de centro. Su compatriota anticipó de cabeza al arquero del Torito de Mataderos y convirtió un gol histórico, que no pudo festejar. Los puños de Jorge Velázquez no encontraron el balón e impactaron de lleno en la sien de Migliónico. “No recuerdo nada del partido ni de la concentración. Por más que me muestran las imágenes, tengo un vacío”, expresó el mediocampista.

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

El charrúa cayó desplomado en el césped y tras intentar reanimarlo allí, fue llevado de urgencia, primero al Hospital Cullen y luego a un sanatorio privado. El impacto fue tal, que el árbitro Oscar Sequeira decidió suspender el encuentro tras acordarlo con los entrenadores de ambos equipos.

Hoy en la distancia, Migliónico aseguró que ya no le produce nada ver las imágenes. “Al principio no lo quería ver al gol. Después, con el tiempo, lo vi. Es impactante ver cómo caigo”, relató. Sin embargo, reconoció que se quedó con las ganas de poder gritar ese gol: “Me hubiese gustado haberlo podido festejar y correr a abrazar con todos, como el gol que hice en el clásico contra Unión”. No sólo se quedó con ese deseo atragantado, sino que ni siquiera sabía que había marcado un tanto a favor del sabalero. “Me enteré a la madrugada que había hecho un gol, cuando me fue a visitar (Jorge) Fossati al sanatorio”, reconoció.

Por último, destacó que no guarda ningún tipo de resentimiento con el arquero. “Con Velázquez tengo contacto hasta hoy. Tuvo la mala fortuna de llegar un segundo más tarde que yo. No le recrimino nada, al contrario, es una persona maravillosa que puso a disposición desde el primer momento”, sentenció el mediocampista que además recibió de regalo al día siguiente de aquella noche, las camisetas de varios jugadores de aquel plantel del club de Mataderos.