La Central Deportiva
16/09/2020 | 15:26 | La cordobesa recordó su final en Las Leonas y le apuntó al entrenador. Dijo que hizo un año de terapia por su culpa y aseguró que la diferencia con Vigil es que “a Cacho le interesa la persona”.
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Sole García: "Fui a un año de terapia por Retegui"
“Solcito es una piedra preciosa, pero hay que convertirla en una esmeralda”. Sergio Vigil lanzó esa frase a la madre de Soledad García y la convenció. Cachito ya veía en esa adolescente de 14 años a una futura crack del hockey sobre césped. Una carrera con 18 medallas y dos premios como Mejor Jugadora Joven del Mundo (2002 y 2004) son la muestra de que el Head Coach no estaba equivocado.
A los 19 años, Soledad (aunque su primer nombre es Agustina) ya disputó un Juego Olímpico. Fue en Sidney 2000, donde Argentina alcanzaría la presea plateada. Si bien se reconoce de personalidad fuerte, en diálogo con La Central Deportiva (Cadena 3 Santa Fe FM 101.7), dijo que de entrada supo ocupar su rol.
“Cuando llegué a Las Leonas, arriba mío tenía a monstruos como Karina Masotta, Vanina Oneto, Jorgelina Rimoldi y Lucha Aymar”, explicó. Era la más chica de todas, por lejos. La que le seguía en edad, le llevaba 4 años de diferencia.
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Pese a ser la niña mimada por todas, Sole reconoció que las más grandes le generaban mucho respeto. “Estaba sola frente al arco, pero yo le pasaba la bocha igual a Masotta y Oneto”, confesó. Con el pasar de los años, y otro rol dentro del equipo, también entendió que las goleadoras como ella también pueden ser un poco más egoístas.
La cordobesa, nacida en la capital mediterránea un 12 de junio de 1981, fue parte de una generación que inició un ciclo muy exitoso para el hockey argentino. “Un juego olímpico es un sueño. Yo viví tres y en los tres gané medallas” (una de plata en Sidney 2000 y dos de bronce en Atenas 2004 y Beijing 2008). En ese sentido, aseguró que “Las Leonas pusimos la vara muy alta y las generaciones que siguieron la mantuvieron”.
El boom del hockey femenino nos malacostumbró a buenos resultados siempre y, por eso, García pidió que más paciencia para las nuevas jugadoras del combinado albiceleste.
“Cuando no entran a un podio se las castiga o se las empieza a comparar con nosotras. Acá lo importante es no perder la esencia que mantuvieron a Las Leonas 20 años en la elite del deporte”, expresó.
Hoy Sole está asentada con su familia en Río Cuarto, donde a fines de enero asumió como Head Coach del club Urú Curé. Su ambicioso proyecto se vio interrumpido por la pandemia, pero claramente denota en sus palabras la intención de volcar a las jóvenes su propia experiencia. Esa que fue germinando al lado de muchos entrenadores que se cruzaron por su camino como jugadora.
“Todos los entrenadores te dejan algo, lo bueno y lo malo. Uno aprende lo que hay que hacer y lo que no te gustaría que te hagan”, afirmó la ganadora de dos Mundiales y tres Champions Trophy con la selección nacional. En ese marco, no dudó en elegir a Vigil como su gran mentor. “Cacho hizo todo lo posible para hacerme explotar de la mejor manera y convertirme en la jugadora que fui y que él no pudo disfrutar”.
Incluso, reconoció que en su nueva función, le envía mensajes para despejar alguna duda que la arrebata. “Muchas lo seguimos eligiendo a Cachito porque siempre nos habló con el corazón y estuvo interesado en nosotras como personas y no sólo como jugadoras”, reflexionó.
Esa consideración que Sole tiene por Vigil, no está ni cerca de ser la misma que tiene por otro emblemático entrenador de Las Leonas: Carlos Retegui. La cordobesa pudo haber disfrutado de un cuarto juego olímpico, de no ser por el hecho de haber quedado fuera de la lista de Londres 2012, inesperadamente.
“Nunca tuve una devolución del Chapa de por qué me sacó. Estuve más de un año con terapia. Me dolió mucho la forma. Nunca me avisó, me enteré de casualidad. Hoy trabajo de esto y sé que a un jugador no hay que hacerle lo que el Chapa me hizo a mí”, disparó. Por si hacía falta aclararlo, consultada sobre qué le hizo Retegui, la respuesta fue contundente: “Mentir, decir una cosa por otra”.
Sole hoy lo puede charlar sin problemas, aunque reconoce que hasta hace un par de años todavía lloraba por eso. “No lo quiero matar al Chapa, ni tampoco justificar porque la vorágine lo llevó a hacer eso, pero salió a decir muchas cosas por la tele y a mí nunca me atendió el teléfono”, concluyó.
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