Un club con 22 argentinos revoluciona el fútbol neozelandés

La Central Deportiva

Un club con 22 argentinos revoluciona el fútbol neozelandés

13/10/2021 | 14:48 | Waiheke United queda en una isla paradisíaca y en su plantel también hay futbolistas uruguayos y chilenos. Ascendieron cinco categorías en ocho años, pero el cupo de extranjero hace peligrar su futuro.

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Un club con 22 argentinos revoluciona el fútbol neozelandés

“Nunca pensamos llegar tan lejos. Hace siete años estábamos en una liga social y hoy estamos viendo cómo jugarle al Auckland City. Cuesta despertarse de este sueño”.

La frase corresponde a Alan Llunes, uno de los veintidós futbolistas argentinos que forman parte del plantel de Waiheke United, el club que revolucionó Nueva Zelanda.

Un amigo suyo, Facundo Calvo, fue quien lo llamó en 2013 para ir a la isla de Waiheke, un lugar tan recóndito como soñado. Convocaron a amigos y viajeros para contagiarles la locura y así empezó a girar una rueda que no se detuvo más.

“El club se fundó en 1987. Antes se juntaban a jugar a la pelota por amor al arte. Llegamos nosotros, con la pasión sudamericana, y se fue gestando esto. Al principio, divulgábamos la voz para los que quisieran venir a jugar, pero ya hace unos años que empezamos a hacer pruebas de jugadores y lamentablemente hay que decirle que no a algunos”, explicó Llunes en diálogo con La Central Deportiva (Cadena 3 Santa Fe 101.7).

Hasta 2013, el “Waihe” tuvo un andar intrascendente. Pero la irrupción de la legión argentina cambió su historia. Cinco ascensos en ocho años para llegar hasta la NRFL Premier, la máxima división del norte de ese país. El fútbol neozelandés se divide en tres regiones: norte, centro y sur. Por encima de estas tres ligas amateurs se encuentra la New Zealand Football Championship (NZFC), una competencia semiprofesional que es la principal liga del país pero que tiene un formato cerrado. No hay ascensos ni descensos.

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Un aspecto que distingue a Waiheke United de otros clubes del país, es que sus futbolistas son todos voluntarios. Ninguno cobra dinero por jugar. “Todos vivimos de otro trabajo”, expresó Llunes. En su caso particular, además de ser el capitán del equipo, se gana la vida siendo chef.

El progreso del club también trajo algunos inconvenientes, porque hay más requisitos que cumplir. “El año que viene se implementaría el cupo de extranjeros. Es algo difícil para nosotros. Estamos viendo si pueden extender el cupo. Si no, nos tendremos que adaptar”, contó Alejo Villasana, otro de los argentinos que forman parte del plantel. De todos modos, agregó que “los clubes de la región hacen fuerza por nosotros porque les damos un valor agregado a la liga”.

El equipo tiene una interesante mezcla de nacionalidades. “Somos veintidós argentinos, dos uruguayos, dos chilenos, un inglés y un alemán. El resto del plantel son kiwis (nativos de la región)”, describió Villasana. No obstante, la influencia albiceleste sobre los demás es inevitable. “El director técnico es australiano y ya toma mates. Además se puso de novio con una argentina”, contó Llunes entre risas.

Muchos futbolistas llegaron como a la isla como turistas, viajeros o trotamundos buscadores de una oportunidad de trabajo. Generalmente arriban con una visa Working Holiday y los que no logran asentarse, luego de un año se van. Por eso es muy común que la plantilla de Waiheke United se renueve permanentemente.

Uno de los que conoció al club en esas circunstancias es el arquero uruguayo Sebastián Ciganda. “Llegué a Nueva Zelanda en 2016 con una visa Working Holiday. Recorrí toda Nueva Zelanda y cuando llegué a la isla a fines de 2017 me enamoré del club. En el verano de 2018 empecé a ir y justo llegó un director técnico nuevo. Hice la prueba y quedé”, relató el portero que tuvo que soportar las gastadas de una veintena de argentinos después del triunfo de la selección nacional sobre Uruguay en las Eliminatorias.

Pero a pesar del meteórico ascenso deportivo, lo que más sorprende a los lugareños es el aguante de quienes acompañan al equipo de local y de visitante. En la pequeña isla de 8 mil habitantes y 92 kilómetros cuadrados, los hinchas se hace notar con banderas, bombos, bengalas y cánticos. “Nuestra hinchada tiene todo el color. Es como estar jugando en Sudamérica”, relató Ciganda. A tal punto que, cuando juegan de visitante, los rivales hacen convocatorias especiales a sus simpatizantes, con el único fin de contrarrestar en las gradas la algarabía del “Waihe”, un club más argentino que el dulce de leche.

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