Es imprescindible bajar impuestos y empujar la inversión

La ley ómnibus que presentó el gobierno de Javier Milei vino a revolucionar el mercado. Es una ley que tiene aspectos salientes muy positivos, que siguen en la línea del último Decreto de Necesidad y Urgencia, sobre desregulación de la economía.

No nos podemos oponer a una ley que va a llevar a Argentina a acercare más al mundo, que va a desregular mercados, que va a facilitar trámites y que, realmente, tiene una cantidad de ítems tan importantes y diversos que hacen complejo explicarla.

Sin embargo, me voy a parar en algunos puntos que parecieron negativos, como por ejemplo los aumentos de impuestos, e específicamente en de las retenciones en trigo, maíz y soja.

Esto termina perjudicando el flujo de fondos de los productores, que vienen de tres años de sequía, tienen este un fuerte aumento en los insumos básicos y, bajo precio internacionales, pagan demasiado por el alquiler.

Con este aumento de retenciones los dejarían en negativo.

Nadie está planteando negarse a ayudar al Estado. Lo que estamos observando es que la ecuación económica del agricultor hoy está en negativo.

Ootro tema en el que somos críticos¬ es el de la moratoria, que se parece más a un plan de pago que a una moratoria.

Y, tercero, en el blanqueo, que debería ser más generoso porque con este que proponen no creo que haya muchas personas que quieran adherir.

Quiero ser claro en el mensaje: los ajustes tienen una velocidad rápida, son como un auto de Fórmula 1, que se instalan sin demoras en la sociedad. Se puede decir: vamos a aumentar el combustible y el combustible aumenta y genera el impacto en la gente.

En cambio, la inversión es lenta.

Mientras el ajuste es una liebre, la inversión es una tortuga.

Por eso, creemos que habría que tomar medidas más favorables a la inversión para que llegue lo más rápido posible, genere empleo y agregue valor en los salarios de los trabajadores. Si fallamos en capturar la inversión, el plan puede fracasar.

No queremos que Javier Milei fracase porque realmente tanto el DNU como la ley ómnibus son transformaciones económicas que nos colocarán en el primer mundo.

Hacía muchísimos años que no se discutían cosas tan importantes, como iniciativa a la actividad privada, desregulación, apertura de los mercados y realmente es un sueño prácticamente cumplido.

Pero para que sea realmente cumplido hay que empujar la inversión y, para eso, es necesario que se bajen tributos y que se den beneficios especiales para aquel que quiera poner la plata en la República Argentina.