Cómo se implementará el plan para que los presos trabajen en las cárceles

La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, lanzó en el Complejo Penitenciario de Ezeiza el programa "Manos a la obra", que implementará el Servicio Penitenciario Federal (SPF) en todo el país con el objetivo de que todos los presos trabajen en las cárceles.

Fernando Soto, director nacional de Normativa y Enlaces Judicial del Ministerio, explicó que los presos no pueden ser obligados a realizar trabajos en forma forzosa y que el mantenimiento del lugar donde viven, su celda y las inmediaciones, forma parte del tratamiento penitenciario. "No se paga en este caso un sueldo, sino que es parte del tratamiento de detención", apuntó.

El plan busca que quienes trabajen en el mantenimiento de sus celdas lo hagan de manera más exhaustiva y bajo control. "Si no lo hacen, van a tener una sanción. Eso está desde hace siempre", afirmó Soto en La Mesa de Café.

Sin embargo, destacó que el trabajo voluntario de algunos internos en otras áreas, como la cocina o peluquería, sí es remunerado. "Quienes trabajan porque quieren, cumplen una responsabilidad. Si no, no se les paga el sueldo. Los jueces les dieron a los presos esa posibilidad y tiene que haber una contraprestación", aclaró.

Bullrich también se refirió a la posibilidad de que los jueces consideren que los presos deben cobrar sin cumplir responsabilidades. "Si los jueces entienden que los presos tienen que cobrar sin ninguna responsabilidad, trabajen o no, o trabajen irregularmente sin cumplir sus pautas, vamos a apelar. Seguramente va a haber una catarata de amparos y habeas corpus. Consideramos que eso es una inconstitucionalidad".

Y añadió: "La Constitución de 1994 dice que las cárceles nacionales deberán ser sanas y limpias, no para castigo a los recluidos en ellas, sino por seguridad. No habla de rehabilitación".

Soto subrayó que el trabajo en las cárceles puede reducir la violencia y el ocio. "De hecho, internacionalmente se ha estudiado que en las cárceles que hay trabajo, hay menos motines, menos altercados", añadió. Además, mencionó que muchos internos desean trabajar para no caer en la "cultura del ocio".

"La mayoría de la población carcelaria quiere trabajar con más o menos dedicación. Antes había talleres penitenciarios, talleres metalúrgicos, de carpintería. Todo eso lo fueron rompiendo los sucesivos motines y nunca más se reparó. Hay un gran detrimento, hace más de 20 años, casi 24 años, que no se hacen cárceles federales", agregó.

Soto dijo que el trabajo penitenciario debería incluir la posibilidad de aprender un oficio, pero criticó la falta de oportunidades en el sistema actual: "Está tan desvirtuado esto que se les dieron talleres a los presos, y con eso le bajan, de acuerdo con la ley vigente, le bajan la pena".

Por último, respecto a si el Gobierno tiene a la vista algún modelo penitenciario en el mundo donde los internos trabajan, estudian y se reinsertan, Soto dijo que hay muchos casos en Europa, Estados Unidos, El Salvador e, incluso, en Argentina (Chubut).

Entrevista de Miguel Clariá.