La Mesa de Café
24/08/2021 | 12:23 | Florencia Durán es kinesióloga y trabaja en un orfanato. Contó en Mesa de Café cómo es vivir en un contexto donde conviven la pandemia, la pobreza, la inestabilidad política y catástrofes naturales.
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Florencia Durán es una kinesióloga cordobesa que, a sus 28 años, decidió cumplir su sueño de hacer trabajo comunitario. Por esta razón, se movilizó para poder viajar a Kenscoff, Haití, donde vive desde enero.
“Desde chica quise hacer trabajo comunitario. Por suerte conocí a Norma López, que hace 14 años que vive acá y me ayudó a venir”, contó la joven.
Según dijo, actualmente forma parte de una organización llamada Pequeños Hermanos que ayuda a niños y adolescentes vulnerables. Su labor consiste específicamente en asistir a chicos discapacitados en un orfanato.
“Desde que llegué vi mucha pobreza y mucha contaminación. Las casas, las estructuras son de gente que no tienen recursos ni los servicios básicos cubiertos”, describe respecto al contexto en el que se encuentra.
Además, se refirió a la inseguridad a la que se encuentra expuesta por ser blanca en un país donde eso significa tener dinero y ser potencial víctima de secuestro.
“Tengo la suerte de que la organización me cuida mucho. El predio está rodeado de muros y cuando tengo que ir a la ciudad, voy con un chofer”, contó.
A pesar de todo ello, Florencia está decidida respecto a su labor en el lugar y no la atemorizan los riesgos. “Me motoriza la vocación. Uno piensa que cambiar el mundo es una utopía, pero cada uno puede aportar su granito de arena para que ese mundo sea mejor”, expresó.
Luego de siete meses en el país, ya se encuentra cómoda y puede comunicarse con fluidez. “Me costó bastante, pero a los tres meses me empecé a comunicar bien y ahora ya puedo tener una conversación fluida”
Según dijo, tiene pensado quedarse hasta diciembre y luego decidir quedarse un poco más o regresar a Argentina. “Me encariñe muchísimo con los chicos del orfanato, pero también extraño a mi familia y amigos”.
En este sentido, concluyó: “Lo que más extraño son los afectos. Después, cuando estás acá, uno se va dando cuenta que las otras cosas no son importantes”
Entrevista de Miguel Clariá.