La Mesa de Café
21/12/2020 | 11:42 | Sofía Catena, genetista y futura pediatra de Miami, habló en Mesa de Café tras vacunarse la semana pasada y contó por qué hay cierta reticencia de algunos colegas norteamericanos con la vacuna.
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Sofia Catena -M.P. 139.396- se vacunó el martes, aunque aclaró que recién a tres semanas de la segunda dosis, que recibirá en enero, alcanzará el pico de inmunidad. “Por lo menos hasta febrero no estoy a salvo. De todas formas, nada va a cambiar con los cuidados, simplemente voy a estar un poco más tranquila”, expresó.
“Podíamos elegir ser voluntarios, nos mandaron una encuesta preguntándonos y el martes a la mañana empezaron a vacunar”, narró y agregó: “Lo único que pasó fue que el miércoles me dolió un poco el brazo, que es algo usual cuando me vacuno”.
Según explicó, tras un estudio realizado a 50 mil personas con esta vacuna, es recién en la segunda dosis que se experimenta mayor cantidad de malestares.
Respecto al escepticismo de algunos médicos estadounidenses hacia la vacuna, opinó que “pueden darse el lujo de esperar”.
“Contamos con todo para protegernos, ropa descartable, mascarillas de excelente calidad, por lo que se pueden dar el lujo de esperar unos meses. Todo está muy bien organizado y planteado. En otros países creo que uno sin insumos lo piensa dos veces. A mí me da seguridad, porque sé que el virus se comporta de manera errática”, explicó la pediatra del Jackson Memorial Hospital de Miami.
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El coronavirus en los niños: cómo los afecta
“Trabajo con una gran cantidad de niños contagiados, por suerte les va bastante bien, pueden tener tos o fiebre, que son síntomas comunes a cualquier virus”, señaló.
“Pero lo que nos preocupa es lo que ocurre un mes después: hubo niños que tuvieron secuelas que requirieron mucho tiempo de terapia intensiva, fallos multiorgánicos, consecuencias cardíacas y pueden terminar teniendo enfermedades crónicas por una infección viral”, indicó.
Sofía, quien fue madre hace un par de años, contó además cómo le afectó personalmente atender a tantos niños en situaciones críticas.
“Me afectó un montón en lo personal después de ser mamá, en algunas cosas para mejor, pero también estoy mucho más sensible y no puedo dejar de ver a mi hijo en cada caso que tengo”, relató.
“Tenemos chicos con fiebre alta, que en los neonatos siempre es una emergencia, es un bajón para la familia no poder ver a sus bebés”, dijo.
Y agregó que en el ala pediátrica empezaron a atender a adultos debido a la alta tasa de contagios: “Empezamos a ver pacientes de hasta 30 años porque nos pidieron ampliar la edad de atención en pediatría, porque en general a los chicos les va mejor con el virus”.
“En el verano teníamos 600 pacientes internados en toda la red de hospitales Jackson Memorial, ahora unos 150. Está habiendo más casos de la gente joven, que son quienes menos se cuidan, pero Miami no está tan mal como otros estados”, concluyó.
Entrevista de Miguel Clariá.