La Mesa de Café
05/04/2021 | 12:25 | Cecilia Viberti, hija de uno de los pilotos, reveló los nuevos indicios que podrían esclarecer un misterio de 55 años. "No es una cuestión de duelo, es la búsqueda de la verdad", dijo.
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Hace 55 años desapareció en Costa Rica un avión con cadetes de la Escuela de Aviación Militar de Córdoba que realizaban el viaje final de instrucción.
Desde entonces, una cadena de pruebas falsas y años de rastreos infructuosos construyeron una muralla de misterio alrededor de la tragedia del TC-48, con un saldo de 68 muertes.
Cecilia Viberti, hija de Esteban, el segundo piloto de la aeronave Douglas DC-54 desaparecida, indicó en La Mesa de Café que una nueva expedición por la selva arrojó resultados que podrían encauzar la incasable búsqueda de la verdad.
"Hemos podido gracias a Missing.aero (organización suiza) acceder a una tecnología, que para nosotros sería imposible pagar. Para esta búsqueda ellos utilizaron las fotos satelitales de último momento y permitieron encontrar siete anomalías", explicó.
El objeto de la búsqueda fue trazar un mapa con siete puntos que eran desconocidos, y que sirvieron de guía en la selva cerrada, con árboles de más de 50 metros de altura.
"Estas anomalías pueden o no ser del avión, pero había muchos factores que coincidían y que era como que las piezas del rompecabezas encajaban y daban una alta probabilidad de que sean pero hasta llegar al lugar y verificar las anomalías no lo podemos saber", agregó.
Sin embargo, las dificultades climáticas y las lluvias torrenciales durante 14 días seguidos no permitieron a los exploradores encontrar nuevos indicios en la zona.
Por eso los familiares esperan que en los próximos días, Missing.aero junto al explorador y montañista José Campos emitan un comunicado con las conclusiones de las fotos que trajeron para ver como continua el trabajo.
Una vida buscando rastros
Ante las sospechosas explicaciones oficiales de la Fuerza Aérea Argentina sobre el accidente, Cecilia Viberti decidió junto a un grupo de familiares tratar de resolver el mayor accidente de aviación de la historia argentina.
"Ya no es una cuestión de duelo, yo sé que no hay sobrevivientes, que no los vamos a encontrar. En realidad es la búsqueda de la verdad, de saber lo que pasó. Porque fuimos muy engañados por la información oficial", relata.
Es algo que no me lo puedo explicar, es como explicar una pasión
"Yo hablé con los familiares y me dijeron que nunca les entregaron nada. De todo eso que encontraron, lo único que llego a nuestras manos es el documento del cadete, y se corroboro con los análisis correspondientes que nunca estuvo en agua salada", aseguró Viberti.
En ese sentido remarcó que su teoría es que esos objetos fueron lanzados por "el segundo avión de la misión", el T-43, en un sobrevuelo y que según varios testimonios el avión "habría caído en tierra".
"El contacto con la gente de Missing.aero me hizo aprender en no caer en los vicios de la búsqueda. Todo eso de que hubo sobrevivientes son conjeturas, y las conjeturas son ilimitadas", aseveró.
Y agregó: "La leyenda en Costa Rica cuenta que hubo sobrevivientes o que los mataron los indios. Los familiares podemos conjeturar hasta el infinito, pero hasta que no lleguemos hasta el avión, o lo que vayamos a encontrar, no podemos afirmar nada".
A 55 años de la desaparición de su padre, 54 cadetes, 8 tripulantes y 5 oficiales, Cecilia Viberti se sincera y confirma que "fue un largo proceso" y que al duelo ya lo tiene hecho.
"Ahora aprendí a ser una investigadora, para que no me toque la cuestión personal. A mí se me llega a perder algo, y doy vuelta la casa hasta encontrarlo", concluye.
Entrevista de Miguel Clariá.