Mariana y Diego, padres adoptivos: “Eran nuestros hijos, sin saber su historia"

Mariana y Diego son una pareja que buscaba adoptar un niño. Atravesaron un largo proceso hasta que lograron la adopción plena. Esperaron dos años y cinco meses para que sus hijos de 8 y 13 años hoy lleven su apellido y la certeza de que ellos serán sus padres.

Desde el Juzgado de Familia de San Miguel aseguran que necesitan familias que estén dispuestas a adoptar a chicos y adolescentes ya que las familias adoptantes siempre tienen preferencia por hacerse cargo de un bebé.

“Muchas veces las familias tienen miedo porque no conocen cuál es la historia previa o por qué situaciones pasaron los chicos, nosotros nos tiramos a la pileta y fue lo mejor que pudimos hacer”, aseguró Diego en La Mesa de Café.

Cuando comenzó el proceso los chicos tenían 6 y 11 años respectivamente. “Cuando los conocimos ellos ya conocían a todo el personal que trabaja en el Juzgado, ya habían pasado por otros procesos”, aseveraron sus padres.

Mariana, la mamá adoptiva de los chicos, afirmó que “éramos sus padres sin conocer su historia, todo el tiempo teníamos la incertidumbre si finalmente íbamos a ser su familia o no, éramos padres sin serlo, ahora somos una familia con todas las letras”.

Los niños en esta situación judicial viven en una total incertidumbre, hasta que encuentran una familia que los contiene y los cuida. Es un período complejo que atraviesan tanto los chicos como los padres.

“Por fin lograron tener un apellido, ahora tienen 8 y 13 años. Es necesario tener el apellido para saber que no van a pasar más por Tribunales o audiencias, el más grande ya no quería tener más audiencias, estaban cansados de esperar”, resaltó Mariana.

Diego, con la emoción en sus voz describió el momento donde les confirmaron que finalmente tenían la adopción plena. “Nosotros como todos comenzamos buscando un bebé pero al poco tiempo ampliamos la búsqueda, incluso nos anotamos en la planilla para adoptar un nene con síndrome de Down”.

“La jueza que nos tocó actuó con el corazón y nos facilitó mucho las cosas, y eso es algo que vamos a agradecer siempre”, afirmó.

“Tuvimos una Navidad maravillosa, comenzó el 24 con el almuerzo de lo que fue un gran encuentro familiar. No me lo esperaba en este momento y realmente estoy muy feliz”, concluyó.

Lo primero es el derecho del niño de ser adoptado y es una expresión de deseo que todos tengan la oportunidad en la vida de tener una familia.

Entrevista de Miguel Clariá.