La mesa de café
08/12/2022 | 10:27 | Los exámenes, el cierre del año escolar, el calor. Los chicos también sufren angustia y estrés. El pediatra Enrique Orchansky explicó a Cadena 3 cómo los afecta y las formas para ayudarlos a atravesar la crisis.
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El Síndrome de Burnout es un término clínico que hace referencia a un estado de agotamiento psicofísico, y que prolongado en el tiempo puede llegar a alterar la personalidad y la autoestima de quien lo padece.
Lejos de lo que se pueda pensar, no es un trastorno exclusivo de los adultos. Los exámenes, el cierre del año escolar, la ola de calor, entre otros factores, hace que niños y adolescentes también sufran angustia y estrés. Pero a diferencia de los adultos, a los chicos les cuesta mucho más recuperarse.
“Los chicos vienen con la cabeza quemada desde marzo del 2020, sobre todo los más pequeños”, dijo a Cadena 3 Enrique Orchansky, pediatra (MP 13.688).
“Después de dos años trágicos de aislamiento, pérdida e incertidumbre, los chicos pensaban que se terminaba el mundo y que nos moríamos todos. Ellos piensan así, de manera concreta y literal”, explicó.
Según el experto, tanto niños como adolescentes vienen acumulando un alto nivel de angustia desde la pandemia. “Este año lo empezaron quemados. Desde mi punto de vista de pediatra, no de pedagogo, este año se desperdició. Este año debería haberse destinado al reencuentro con la gente y los vínculos”, opinó.
“En septiembre de 2022, cuando volvieron al colegio, desconocieron el aula, desconocieron a sus compañeros y se dieron cuenta de que había cambiado todo”, destacó.
Orchansky detalló que hubo varios factores que colaboraron para aumentar la presión con la que debieron cargar tanto niños como adolescentes.
“Ya empezaron el año cansados”, remarcó. “Además, desde el punto de vista médico, este fue un año en el que se enfermaron mucho. Y no me refiero al Covid, fue un año de enfermedades comunes intensas”, añadió.
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“A eso hay que sumarle que, a fin de año, se vuelve a repetir la historia de que tienen que dar cuenta de que han aprendido”, continuó.
“La evaluación no es solamente lo que sabe el alumno, se evalúa a toda la institución. Los chicos están agotados. Se lo evalúa en el peor momento físico, emocional e intelectual y se pierden la oportunidad. E como evaluar a un atleta después de que corrió una carrera de 42 kilómetros”, destacó.
“En los exámenes, los chicos no van a mostrar si aprendieron o no. van a mostrar que están agotados”, aseveró.
Para este experto, la situación de los adultos con los que los niños y adolescentes conviven a diario también afecta su situación. “Ellos siguen viendo caras de adultos preocupados y angustiados por situaciones económicas que no pueden resolver”, explico.
Para ayudarlos a atravesar esta crisis, Orchansky sugirió la intervención de varios agentes, uno de ellos, el sistema educativo. “El nivel ministerial debería revisar seriamente y aplicar un sistema de evaluación que se adecue a lo que estamos viviendo”, dijo. “Todas las evaluaciones se hacen en julio y diciembre, cuando están más que agotados”, cuestionó.
A nivel familiar, el experto sugirió “respetar la velocidad de aprendizaje de cada niño e intentar insertarlo a la escolaridad con los brillos que tenga”. “Basta de decirles lo que no saben. Rescatemos las cosas que les salen bien. Estamos formando una generación con la conciencia de que les falta algo, y la verdad es que esto colabora muy poco a la salud emocional de ellos”, sugirió.
“Se tiende a pensar que, comparados con los adultos, los chicos la tienen fácil, y no es así”, aseguró.
Para finalizar, y de cara a la época de vacaciones, el pediatra recordó que debe ser un periodo en el que se mantengan activos. “Las vacaciones deben ser un cambio de actividades. Los padres deben cambiar el concepto de infancias cómodas y darles la enseñanza no formal. Son un periodo para enseñar lo que no enseña el colegio”, reflexionó.
Entrevista de Siempre Juntos.