La otra mirada
13/05/2020 | 08:49 |
Fernando Genesir
Audios
El juego del gran bonetón
El transporte interurbano de pasajeros, que realiza recorridos de media distancia, cumple hoy 30 días consecutivos de paro por salarios adeudados.
La medida de fuerza comenzó por la deuda con los choferes del 25% del salario de marzo y ya se suman los sueldos de abril.
Desde el gremio de Aoita, sostienen que hay diálogo, que hay avances, que hay negociaciones, que hay voluntad para regularizar la situación cuando lleguen los fondos nacionales o provinciales.
Pero los fondos no aparecen, los sueldos no se pagan y el paro sigue.
Repito: 30 días de paro.
Y muchísima gente de las localidad del Gran Córdoba que no pueden viajar.
El transporte urbano de la ciudad de Córdoba cumple hoy el sexto día de paro en reclamo por el 50% del salario que se adeuda del mes de abril.
La UTA ratificó ayer la continuidad de la huelga en todo el país hasta que los trabajadores cobren de manera completa el sueldo.
Primero hubo negociaciones, después pasaron las audiencias, luego las advertencias de medidas de fuerza y finalmente el paro.
La UTA habla de "intransigencia patronal".
Los empresarios responden que no tienen plata para pagar.
Hoy a las 13 horas habrá una reunión virtual entre el gremio, los empresarios y el Ministerio de Trabajo para buscar una salida.
Pero mientras tanto el dinero para los sueldos no aparece, y el paro sigue.
Y hay cada vez más gente se queda sin colectivos para poder ir a trabajar.
Ayer, uno de los choferes que manifestaba en Pilar, mostraba un cartel que decía "Somos olvidados por el Gobierno".
Esa frase resumen la situación de los choferes y también de los pasajeros, que están atrapados sin salida.
Con la pandemia y la cuarentena el transporte es una de las actividades más afectadas.
Básicamente porque desde el primer día le faltan clientes, le faltan pasajeros.
Y entonces, la ecuación no cierra.
Ya sin cuarentena, el sistema de transporte público de pasajeros necesitaba de subsidios para funcionar.
Sin tarifas y casi sin pasajeros, la necesidad del auxilio estatal es aún mucho mayor.
Como decimos siempre, la plata para el pago de sueldos de los choferes sale del corte de boletos o de los subsidios.
No hay otra. No hay magia.
Los empresarios no pueden fabricar billetes en los talleres de sus empresas.
Lo llamativo es la poca reacción del Estado o de los Estados: Nacional, provincial y municipal.
30 días de paro, los choferes sin cobrar, la gente sin viajar, y ninguna solución.
Un conflicto eterno.
En algún momento el ministro de Transporte, Mario Meoni, había confirmado un fondo adicional para las provincias.
No obstante, el útlimo aviso desde la Nación es que no enviarán fondos extras para el pago de salarios, trasladando la solución del problema a las provincias y municipios.
El argumento de este cambio de postura es que el Gobierno Nacional está mandando este mes una asistencia financiera por 30 mil millones de pesos a todas las provincias para que cumplan con sus compromisos en todo concepto, incluido el transporte.
Es decir, que si las provincias quieren aportar al transporte, saquen de ese paquete que envía la Nación.
Con lo cual, la pelota ahora está en la cancha de las distintas jurisdicciones.
Pero tanto la Provincia como la Municipalidad de Córdoba ráidamente avisaron que no tiene ninguna chance de aportar dinero para solucionar el conflicto.
Es una especie de juego de gran bonetón: con miles de pasajeros menos, se ha pedido gran parte de la recaudación de las empresas, y éstas no tienen fondos para pagar los sueldos, y entonces esperan más auxilio del Estado. ¿Quién pone la plata? El Estado nacional, el Estado provincial, el Estado municipal. Todos parecen decir ¿Yo señor? No señor.
¿O será que no tienen mucho interés en que se levante el paro?
Es cierto que los gobierrnos buscan desalentar los medios pasivos para que haya menos gente circulando.
Pero a medida que se flexibiliza la cuarentena, cada vez más personas necesitan del colectivo.
Por algo se mantuvo la circulación del transporte urbano desde el primer día de la cuarentena, por ejemplo para que pueda movilizarse el personal que presta servicios escenciales.
Como sea, no se ve que las autoridades estén muy preocupadas ni muy apuradas por resolver rápidamente el tema.
Mi intención no es politizar el conflicto. Pero ahora ya no está Macri ni Dietrich para lanzar contra ellos las críticas más feroces por generar conflictos o por no resolverlos.
Ahora es el peronismo, en todas sus variantes y en todas sus franquicias, el que tiene que resolver un problema que lleva 30 días.
Imagino que lo van a resolver porque, además, ahora no tienen a quien culpar.
No perdamos las esperanzas de que haya una solución porque al fin de cuentas el peronismo siempre tiene la solución para los problemas argentinos. ¿O no?
Para no quedarme en la política, termino con el mensaje de una oyente, que ayer me llevó a poner mi lupa sobre esta situación:
Como Alejandra, una oyente que ayer escribió lo siguiente: "Hola cómo están? Yo indignada, cansada. No puede ser que estén de paro los colectivos, los interurbanos como un mes y nadie hace nada. Y ahora los urbanos . Y quiénes pagan los platos rotos? Nosotros, los pobres, los trabajadores. Yo trabajo en Nueva Córdoba y vivo pasando el tropezón. A la mañana me vengo en remis y ala vuelta a casa es caminando. Desde el viernes que estoy así porque lamentablemente si voy y vuelvo en remis no como. Ya cobro el sueldo con descuento porque no tienen para pagarnos el sueldo completo pero trabajo la jornada normal. Y en el trabajo me dicen que tengo que cumplir con mi obligación por más que no haya medio de transporte".
Nuestra producción se comunicó con Alejandra que, aunque no quiso salir al aire, le contó que que camina una hora y media de regreso a su casa.
Lo leo para que escuchen los que están en los gobiernos.
Que, me imagino, cuando estaban en la oposición querían llegar al poder para solucionarle los problemas a la gente.
Te puede Interesar
Crisis por coronavirus
Como tantas otras empresas Sohipren S.A. cerró sus puertas el 20 de marzo, cuando se declaró la cuarentena obligatoria. Pero, la fábrica se reconvirtió y volvió a trabajar haciendo insumos de salud.