La otra mirada
10/06/2020 | 09:36 |
Fernando Genesir
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No todo está perdido
Varias noticias de las últimas horas me hicieron pensar que no todo está perdido.
Aunque aclaro que voy a ser un poco irónico, diría que hay sobradas razones para ser optimistas con el futuro que nos espera a los argentinos y a los habitantes de este mundo.
Y si no veamos:
Empiezo por Nueva Zelanda, que es el primer país libre de coronavirus. Ya no tiene casos activos, después de que se dio el alta al último paciente que quedaba en aislamiento.
Desde ayer Nueva Zelanda recuperó la normalidad.
Esto significa que el distanciamiento social y la prohibición de reunirse en el país ya no son necesarios.
Como dijo la simpática primera ministra, Jacinda Ardern, en Nueva Zelanda pueden "celebrar actos públicos sin limitaciones. Actos privados como bodas, funciones y funerales sin limitaciones".
También "la venta minorista está de vuelta sin limitaciones. La hotelería está de vuelta sin limitaciones. El transporte público y los viajes por todo el país están abiertos por completo".
Es decir, Nueva Zelanda tiene la misma vida que tenía antes. Exactamente igual.
Primera noticia que me despertó muchas esperanzas. Y sobre todo porque hace poco un gobernador argentino había anunciado el fin de la normalidad. Fue en un acto público en una planta automotriz, en Pachecho, donde ese gobernador dijo "Quiero decir hoy que la normalidad no existe más".
Bueno, frente a esa sentencia, es esperanzador ver la misma normalidad que antes en Nueva Zelanda.
Bien. Sigo con otras noticias alentadoras.
En Córdoba, el gobernador Schiaretti anunció que desde mañana podrán trabajar bares, restaurantes y el empleo doméstico en las zonas blancas.
Junto con esto, se habilitaron nuevos deportes, hay expectativas por las reuniones familiares en la Capital y ya se trabaja para el retorno a clases con la vuelta de los docentes en julio y de los chicos en agosto.
Es esperanzador ver que en Córdoba hemos pasado de meter presa a gente que caminaba por la calle sin justificativo, a liberar cada vez más actividades apelando a la responsabilidad individual.
Otra noticia que demuestra que no todo está perdido es que ayer los gremios aeronáuticos llegaron a un acuerdo con Aerolíneas Argentinas por el cual la empresa podrá suspender personal durante los meses de junio y julio pero "sin afectar los ingresos de bolsillo de los trabajadores y asegurando el pago total del aguinaldo".
En el comunicado, firmado por Ricardo Cirielli, Pablo Biró y otros sindicalistas, dicen que "nuevamente, entablando un diálogo maduro entre las partes, los sindicatos aeronáuticos demostramos ser parte de las soluciones".
Eso sí, no ceden sus salarios, que seguirán intocables a diferencia de los salarios de mucha otra gente. Entre otras cosas, porque trabajan en Aerolíneas.
Pero es esperanzador ver otra cara, mucho menos confrontativa, de estos muchachos que siguen el ejemplo de Baradel y ahora se muestran increíblemente conciliadores, mansos, tranquilos, dialoguistas, en modo zen.
También para ver que no todo está perdido, y a propósito de líneas aéreas, es interesante el modelo de ayuda que implementó Alemania para Lufthansa.
A los que creen que todo lo que hace Alberto Fernández es porque quiere ser Venezuela, les cuento que el gobierno alemán puso 9.800 millones de dólares para salvar Lufthansa y se convirtió en el accionista mayoritario.
Y para los que creen que ese ejemplo sirve para defender la expropiación de Vicentin, les digo que se están olvidando un detalle importante: el gobierno alemán firmó un compromiso para retirarse de Lufthansa a fines de 2023.
Es esperanzador ver que además de las posturas fanáticas que se adoptan en Argentina, en el mundo hay grises. Es como ver que además de Corea del Norte y de Corea del Sur, existe Corea del Centro.
Sigo con otras noticias que despiertan alguna esperanza:
Primero, la reaparición de un moderado Guillermo Moreno. Una nueva versión del ex secretario de Comercio que ayer sorprendió diciendo que el Presidente "no tiene facultades" para intervenir Vicentin y agregó que no sabe "cómo lo van a justificar".
Convengamos que este Moreno modelo 2020 está en la línea de especialistas en derecho que cuestionan la validez constitucional de la intervención en Vicentin. Roberto Gargarella, por caso, dice que la forma elegida por el gobierno fue "a las trompadas".
Es esperanzador ver un Moreno lejos de los guantes de boxeo y cerca de los pensadores.
Otra definición esperanzadora fue la de Roberto Lavagna.
Dicen que es hombre de consulta del Presidente pero ayer lanzó una dura advertencia al comparar la expropiación de Vicentin con la estatización de YPF.
El ex ministro escribió en Twitter: “Hace algunos años se habló de soberanía energética y las cosas no salieron bien". "Ayer se habló de soberanía alimentaria. Esperemos que se haya aprendido la lección: no bastan el Estado y los amigos del poder para que las cosas salgan bien. Esperemos..., pero haciéndonos oír y actuando”.
Me pareció esperanzador lo de Lavagna pero sobre todo porque planteó lo de "haciéndonos oír y actuando", justo el día después que el Presidente definiera que están los opositores que gobiernan y los que escriben en Twitter.
Es esperanzador que Lavagna resista: no se calla, critica y lo escribe en Twitter.
Por último, quiero destacar que la UBA volvió a subir en un ranking global y quedó en el mejor puesto de su historia.
Hace seis años consecutivos que esta universidad pública viene escalando. Pero la novedad este año es el lugar al que llegó: se ubicó en el puesto 66 en la clasificación QS que se conoció este martes. El año pasado había quedado en el 74. Es el mejor puesto de la historia de la Universidad de Buenos Aires.
Algunos ejemplos de que no todo está perdido.
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