Una semana a pura pelea

No fue una semana fácil para Alberto Fernández. Arrancó el viernes pasado en la conferencia de prensa. Sentado junto a Horacio Rodríguez Larreta, fustigó a los que “convocan al descuido", acusó de “mentirosos” a un sector de la oposición y aseguró que no le irían a “torcer el brazo”.

Acto seguido salió al cruce de los que "con impaciencia hablan de abrir la economía" y cuestionó el modelo de Suecia para combatir el virus.

El lunes volvió a insistir, y mencionó al ex ministro Alfonso Prat Gay.

Dijo que la oposición "destruyó la economía" del país "sin ningún virus de por medio" y cuestionó a esa "dirigencia por hablar con liviandad" .

El miércoles, las críticas fueron contra María Eugenia Vidal: “Por cuatro años tuvimos una gobernadora que decía que no iba a abrir un hospital más en la provincia de Buenos Aires”, dijo.

Con este detalle: al Presidente le habían preguntado por qué hay tantos errores a la hora de distribuir créditos o subsidios.

Y el Presidente, en lugar de contestar lo que le preguntaron, empezó a criticar a Vidal.

Y la verdad es que es complicado hablar de herencia y omitir la gestión de Scioli, de Ruckauf o de Duhalde.

El periodista Ernesto Tenembaum decía que la provincia de Buenos Aires lleva 28 años gobernada por el peronismo y muestra deterioro en salud, en educación, en seguridad y en infraestructura.

Ese desastre está a la vista de todos.

¿Cuál es la necesidad de pelearse con María Eugenia Vidal si nadie de la oposición está cuestionando la política sanitaria del gobierno?

Además, Vidal está muy callada, no pelea, no cuestiona al Gobierno, hace silencio.

Pero, según cuenta hoy Fernando González en Clarín, Vidal viene creciendo en las encuestas y eso preocupa al Gobierno y por eso salen a cuestionarla.

También esta semana, Alberto Fernández se peleó con los compradores de dólares contado con liqui, seguramente enojado por el precio del dólar, que ya vale el doble de lo que valía en diciembre.

Cuando terminaba uno de mis desayunos de esta semana, Usted Mario decía que "es peleador el hombre".

Y esta semana Fernández hizo todo para darle la razón a Usted.

¿Por qué tanta confrontación?

¿Si al Presidente le va bien en las encuestas con su estilo acuerdista y conciliador, por qué pasa al modo confrontativo y provocador en un momento donde no hay margen para la pelea política?

¿Por qué reabrir grietas?

Es cierto que al mundo le faltan estadistas, pero tampoco hace falta serlo para advertir que semejante crisis necesita dejar la politiquería y concentrarse en los verdaderos problemas: la pandemia y la economía.