Decisión impulsiva
10/06/2022 | 16:23 | El comprador es oriundo de la localidad de Dourados en Brasil, y ahora no sabe qué hacer con el animal.
Redacción Cadena 3
Todo comenzó cuando Diogo se encontraba reunido con sus amigos un sábado a la noche. Empezaron a tomar algo, y tuvieron la idea de entretenerse con una picardía.
Así fue como terminaron entrando en una subasta que se realizaba por whatsapp, y el joven de 24 años tuvo la idea de ofertar para subir el valor de un caballo. No contaba, sin embargo, con que la cosa quedara ahí, y él terminara siendo el mayor postor.
Al día siguiente recibió un mensaje en el que le preguntaban cuando pasaba a buscar a su flamante corcel.
"Recuerdo que una persona ofreció 100 reales por un caballo", contó Diego al portal G1. "Pensé que era demasiado barato y comencé a ofertar más", comentó. Ya envalentonado, la cosa siguió: "Yo oferté R$ 100, luego R$ 200, R$ 450 y luego jugué R$ 520".
"Nadie hizo una oferta más alta y cuando me di cuenta ya me había comprado el caballo”, explicó.
Así, cuando le escribieron al día siguiente, se sorprendió. "Me desperté con mensajes que me hablaban del precio de la subasta. Estaba en estado de shock y mi madre me quería matar porque yo no recordaba lo que había pasado", narró.
Unos días antes, el joven le había dicho a su progenitora que le gustaría tener un perro. Más específicamente, un Golden Retriever. Terminó obteniendo un cuadrúpedo, sí, pero mucho más grande, y difícil de mantener.
"Cuando me di cuenta había comprado un caballo. No sé cuidar un perro, ¿cómo puedo cuidar un caballo?”, reflexionó.
Ahora, Diogo tenía hasta el 12 de junio para reunir el dinero y cumplir con sus obligaciones como postor.
Para ello, comenzó una campaña en redes sociales para reunir el dinero de la compra de Alazão, nombre del animal.
"Realmente espero encontrar a alguien lo antes posible. Ahora, tengo que correr contrarreloj", confesó.
Asimismo, se enteró que el caballo está en Novo Horizonte do Sul, por lo cual al precio que ofertó se suman los gastos de traslado y los documentos necesarios.
Desesperado por el dinero, ofreció a Alazão por 320 reales, 200 menos de lo que le costó a él, así que, aunque le costó, a fin de cuentas el el caballo ya está con su nuevo dueño y él tiene una preocupación menos.
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