Grandes del Deporte
05/11/2023 | 19:01
Redacción Cadena 3
Jorge Parodi
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Alejandro Sabella, el que se ganó el respeto de todos (Foto: Ambito.com)
En el fútbol y en la vida, hay cosas que son más importantes que ganar una copa más o un título menos.
Con su conducta, con su sentido común, con sus valores innegociables, con su capacidad, con su coherencia, con su seriedad, además de campeonatos, Alejandro Sabella ganó algo más valorable: el respeto y la admiración de todos.
Alejandro Sabella fue un futbolista lujoso, exquisito, tenía una zurda prodigiosa y una habilidad desconcertante.
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Fue un 10 de colección, un gambeteador vocacional, un mago con la varita incorporada al botín izquierdo.
Sabella como técnico tuvo una carrera corta, pero exitosa. “Pachorra” le dio brillo al fútbol argentino.
En apenas cinco años fue campeón local y de la Libertadores, subcampeón del Mundial de clubes con Estudiantes de La Plata y subcampeón mundial con la Selección en Brasil 2014, además de terminar primero en una Eliminatoria mundialista en Sudamérica.
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La tarea de Sabella tuvo además una impronta didáctica y educativa, por eso se lo conoció como “el Profesor”.
Serio, trabajador, estudioso. El futbolista-mago, le dio lugar al técnico-profesor, tras una larga y fructífera pasantía como ayudante de campo de Daniel Passarella.
Durante casi dos décadas Sabella formó parte del cuerpo técnico de Passarella.
Con su perfil bajo y su trabajo, “Pachorra” sostuvo el funcionamiento de grandes equipos y de selecciones.
Alejandro Sabella nació en la Capital Federal el 5 de noviembre de 1954. Su papá era ingeniero agrónomo y su mamá docente.
Creció jugando a la pelota en GEBA, donde la rompía en los torneos internos del club.
Su paso por las inferiores de River fue brillante. Era un futbolista que creció con el sello de las divisiones formativas del club de Núñez . Fue dueño de la casaca número 10 en todas las categorías, y formó parte de una división reserva que hacía aplaudir a rabiar a los hinchas millonarios.
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En la previa a los partidos de primera, el comentario era unánime: “ese pibito número 10 la descose”.
Alejandro Sabella debutó en la primera en River en 1974, el mismo año que Daniel Passarella. “Pipo” Rossi y Enrique Omar Sívori fueron sus primeros técnicos.
En esa temporada Alejandro jugó para la Selección juvenil un sudamericano en Chile.
Allí fue cuando el relator Marcelo Araujo le puso el sobrenombre de “Pachorra”, porque le encantaba dormir la siesta.
En 1975 alternó asiduamente en el equipo de River que fue bicampeón, después de 18 años de sequía, dirigido por Ángel Labruna.
Era el sustituto del “Beto” Alonso y creció a su sombra.
En 1977 fue protagonista del torneo Metropolitano que ganó River, venciendo en la anteúltima fecha a Boca en la Bombonera con un gol agónico de Pedro González y para consagrarse campeón una semana después frente a Ferro.
En 4 años ganó tres títulos (dos Metropolitanos y un Nacional), fue subcampeón de la Libertadores, llegó a disputar 118 partidos y convertir 11 goles con la camiseta de River, pero la comparación con Alonso lo perjudicó y debió buscar otro destino.
En 1978 fue vendido al Sheffield United, de la segunda División de Inglaterra. Su convincente labor le permitió pasar al Leeds United, de la Primera.
Osvaldo Ardiles, Julio Villa y Alejandro Sabella eran los únicos argentinos que militaban en aquel entonces en el fútbol británico.
Después de dos años de buen nivel en el Leeds, Carlos Bilardo lo fue a buscar para jugar en Estudiantes.
Sabella tenía ganas de volver a la Argentina y Bilardo lo sabía, aunque ni él, ni el club “Pincharrata” tenían dinero.
Carlos llevó unos recortes de diarios sobre la crisis económica que había en la Argentina y que Estudiantes estaba haciendo un gran esfuerzo. Y convenció a los dirigentes del Leeds.
En el primer torneo de 1982, Estudiantes llegó hasta las semifinales del Nacional.
Junto a Marcelo Trobbiani, José Daniel Ponce y Miguel Ángel Russo, conformaron un mediocampo que hizo historia y le dio dos campeonatos al “Pincha”, desmintiendo la falacia que indicaba que al “Narigón” no le gustaba el buen fútbol, ni los jugadores de técnica depurada.
“El Pincha” logró dos títulos consecutivos, el Metropolitano ‘82 con Bilardo y el Nacional ‘83 con Eduardo Luján Manera.
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Cuando Bilardo agarró la Selección, Sabella debutó en 1983 con la camiseta argentina, pero no pudo sostenerse, en aquel equipo el 10 titular era un tal Diego Armando Maradona, y entre los candidatos a sucederlo estaban Bochini, Alonso y Carlos Daniel Tapia.
Es por esta razón que Sabella jugó sólo cuatro veces para el equipo nacional, durante la Copa América 1983 y no logró ser convocado para la Copa Mundial de Fútbol de 1986.
Luego de 3 exitosas temporadas en Estudiantes, jugó en el Gremio de Porto Alegre donde ganó dos torneos gaúchos, dejando una grata impresión.
Volvió al país, pasó sin éxito por Estudiantes y Ferro, y se retiró en 1989 jugando para el Irapuato de México.
Tras retirarse del Fútbol, Sabella se convirtió en ayudante de campo de Daniel Passarella.
Durante casi 5 años fue el DT de la reserva de River, fue ayudante de campo de la Selección Argentina en eliminatorias y en el Mundial de Francia 98, en el Parma de Italia, en la Selección de fútbol de Uruguay, en el Monterrey de México, en Brasil en el Corinthians y nuevamente en River.
Cuando Passarella decidió candidatearse a la presidencia de River, Alejandro Sabella optó por seguir su carrera como técnico principal.
En el año 2009 asume como director técnico de Estudiantes de La Plata en lo que sería su primera experiencia como director técnico a los 54 años de edad.
Ese año consiguió con Estudiantes la Copa Libertadores de América, que el club “Pincharrata” no ganaba desde 1970. Venció a Cruzeiro en la final inolvidable en Brasil.
A fines de 2009, estuvo a 3 minutos de ganarle la final del Mundial de Clubes a la mejor versión del Barcelona de Guardiola, Messi, Xavi e Iniesta, cayendo sobre el final por 2 a 1.
El inteligente planteo estratégico de Sabella frente al mejor equipo del mundo, lo consagró como un DT de élite.
En 2010 Estudiantes fue campeón del Apertura, tras sumar 45 puntos en el campeonato. Pese a las bajas de José Sosa, Mauro Boselli, Marcos Angeleri, Christian Cellay, Clemente Rodríguez y Marcelo Carrusca.
En Febrero de 2011, presentó la renuncia. Sabella se iba del club “Pincharrata” con el cual fue campeón como jugador y como DT.
Allí dejó algo más que títulos, dejó su impronta, su sabiduría y sus valores.
En el año 2011, firmó un contrato con el club Al-Jazira Sporting Club en los Emiratos Árabes Unidos para dirigirlo, pero desistió porque lo llamó Don Julio Grondona para ser el sucesor de Sergio Batista como DT de la Selección Argentina.
Allí logró el primer lugar en las Eliminatorias Sudamericanas y llegó a la final del Mundial 2014, instancia que no se alcanzaba desde el Mundial de Italia 1990.
Sabella le dio la capitanía a Lionel Messi. Las cosas no empezaron bien, pero luego de una derrota ante Venezuela, la selección venció a Colombia en Barranquilla y cambió el rumbo a punto tal, que terminó siendo la mejor Selección sudamericana en el camino hacia el Mundial de Brasil.
En esa Copa del Mundo, Argentina fue de menor a mayor y superó futbolísticamente a Alemania en la final, aunque pagó caro la falta de definición, cayendo derrotada por 1 a 0 con un gol en el alargue.
Los hinchas, en general, más allá de la amargura y alguna crítica puntual, reconocieron la tarea del equipo de Sabella y salieron a las plazas en distintos puntos del país.
Sabella renunció a la Selección.
El 3 de agosto de 2015, fue anunciado como nuevo seleccionador de Arabia Saudita.
Sin embargo, tras varios días de negociaciones, rechazó la oferta.
Por cuestiones de salud Alejandro Sabella no volvió a dirigir desde entonces.
Pachorra fue un malabarista del fútbol, un mago, un zurdo gambeteador, fino e inteligente.
Como técnico fue un docente, un profesor, un estratega, un estudioso.
Sabella fue un futbolista exquisito y un técnico exitoso.
En el fútbol y en la vida, hay cosas que son más importantes que ganar una copa más o un título menos.
Con su conducta, con su sentido común, con sus enseñanzas, con sus valores, con su capacidad, con su coherencia, con su seriedad, además de campeonatos, Alejandro Sabella se ganó el respeto y la admiración de todos.
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