Informes de La Previa
11/10/2020 | 14:29 | La Selección quedó afuera del Mundial solo una vez. A pesar de eso, clasificar se ha vuelto una tarea difícil, que ha tenido a todo el país cortando clavos en más de una oportunidad.
Mauricio Coccolo
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La Selección que logró una agónica clasificación a Estados Unidos 1994
Uno de los peores traumas colectivos de los argentinos es con las Eliminatorias. Aunque las estadísticas dejan un balance favorable de 12 clasificaciones contra solo una eliminación, siempre queda la sensación de que son complicadas y difíciles. Y lo son, porque Argentina tuvo que sufrir más de la cuenta para llegar a cuatro de los últimos ocho mundiales.
Todavía está fresco en la memoria el tortuoso viaje a Rusia. La imagen final es una de las más felices de Lionel Messi con la celeste y blanca. Los tres goles del rosarino contra Ecuador en Quito fueron un alivio después de estar cuatro fechas sin ganar en el tramo final de la competencia.
El camino hacia el Mundial 2018 fue el único en el que Argentina tuvo tres técnicos distintos. Gerardo Martino dirigió las seis primeras fechas, tuvo un arranque complicado perdiendo contra Ecuador, lo que significó la primera derrota de la selección en el Monumental por Eliminatorias, y renunció después de la Copa América de Estados Unidos.
Edgardo Bauza reemplazó al Tata Martino y le tocó asumir de la mano de Armando Pérez, que intentaba normalizar la AFA. Para el Patón no hubo partidos amistosos, sus ocho encuentros fueron por Eliminatorias: ganó 3, perdió 3 y empató 2. Nunca encontró un equipo convincente, puso a algunos jugadores en posiciones no habituales, lo golearon en Brasil y se fue después de perder en La Paz.
Los nuevos dirigentes de la AFA, con Chiqui Tapia y Daniel Angelici a la cabeza, fueron a buscar a Jorge Sampaoli para reemplazar a Bauza. En la previa, Sampaoli aparecía como una de las mejores opciones, pero acababa de firmar un contrato millonario con el Sevilla. Después de la batalla legal, el casildense se puso el buzo de la Selección asumiendo una apuesta de alto riesgo: solo quedaban cuatro fechas para definir la suerte del equipo en las Eliminatorias.
De los últimos cuatro partidos rumbo a Rusia la Argentina de Sampaoli solo ganó uno: empató en Uruguay, rescató un punto contra Venezuela en el Monumental y no pasó del empate frente a Perú en la Bombonera. Al final, sería Lionel Messi el héroe de la película con sus tres goles contra los pibes de Ecuador, que solo jugaban para completar el fixture.
El contraste del andar argentino en las dos últimas Eliminatorias es notable: al Mundial del 2018 clasificó sufriendo hasta la última jornada, mientras que a Brasil 2014 sacó su boleto dos fechas antes con un equipo que salía de memoria. Alejandro Sabella logró lo que parecía imposible: la convivencia futbolística entre Di María, Messi, Higuaín y Agüero.
Sin Brasil, Argentina fue el gran ganador de las Eliminatorias 2014 de la Conmebol: terminó en el primer puesto, solo perdió 2 partidos de los 16 que jugó, goleó a Chile, a Ecuador, a Uruguay y a Paraguay, el día que selló la clasificación de visitante con dos fechas por jugarse.
La película del 2010 fue una montaña rusa. Empezó con Alfio Basile que se había ganado, según Grondona, una revancha en el banco de la Selección. Bajo la batuta de Riquelme ganó los tres primeros partidos, en los que el diez metió cuatro goles. Pero la cosa se fue enturbiando hasta que la bomba explotó después de perder 1 a 0 contra el Chile de Bielsa. La distancia generacional entre Basile y los jugadores fue el argumento final para su segundo paso por el banco de Argentina.
Con el Mundial de Sudáfrica a la vuelta de la esquina, Julio Grondona cedió ante las recomendaciones de su entorno y puso a Diego Maradona como técnico de la Selección. Los dos primeros partidos fueron una muestra de lo que sería el ciclo: goleada 4 a 0 a Venezuela y derrota por 6 a 1 en la altura de Bolivia.
Como pasa siempre con Maradona, cada partido sería una puerta abierta a lo impredecible. Presionó para salir del Monumental porque quería sentir el aliento del público y terminó perdiendo en Rosario contra Brasil el primer partido en la historia de Argentina como local. Cuando volvió a la cancha de River, Diego vivió su momento más feliz dirigiendo a la Selección gracias al gol agónico de Palermo a Perú bajo la lluvia. Para completarla, después de abrochar la clasificación en el Centenario, llegarían las bombas en una conferencia de prensa tan recordable como bochornosa.
La ruta hacia Alemania 2006 tuvo la particularidad de que Argentina cambió de técnico por primera vez en una Eliminatoria. Todo un anticipo de las épocas que vendrían. Macelo Bielsa le dio continuidad a su trabajo después del Mundial 2002, renovó el plantel, empezó bien en las Eliminatorias, ganó el Oro en los Juegos Olímpicos, llegó a la final de la Copa América, goleó a Perú 3 a 1 de visitante y se fue: dijo que no tenía más energías y chau.
Grondona movió rápido las fichas después de la impensada salida de Bielsa: sacó a José Pekerman de su cargo de manager de selecciones y lo puso a dirigir la mayor. Pekerman agarró un equipo encaminado, le dio su toque, goleó a Uruguay en el debut y abrochó la clasificación con un triunfazo contra Brasil tres fechas antes del final de las Eliminatorias.
El mismo Loco Bielsa, que se cansaría en la mitad del camino al Mundial 2006, fue quien armó un equipo imbatible, que desfiló y ganó de punta a punta las Eliminatorias del 2002. Clasificó con cuatro fechas de anticipación y se dio el gusto de ganarle a Brasil en el Monumental con los boletos para Corea y Japón ya en el bolso.
Después de que Argentina cortara clavos hasta el final para clasificarse a los Mundiales del 86 y el 94, Julio Grondona consiguió que la Conmebol aprobara un cambio de formato en la disputa de las Eliminatorias para Francia 98 que beneficiaría a las selecciones más grandes. Al jugar todos contra todos, se suponía que tanto Argentina como Brasil tendrían menos turbulencias. Y la cosa funcionó. La Selección de Passarella se clasificó para la Copa de Francia prácticamente sin sufrir.
Repechaje era una palabra casi desconocida para los futboleros argentinos hasta que empezaron a escucharla mientras los colombianos no paraban de meter goles en el Monumental. Las calculadoras ardían casi al mismo nivel que las tribunas de la cancha de River pidiendo por la vuelta de Maradona a la Selección.
Alfio Basile había armado un equipo ganador prescindiendo de Diego, pero no tuvo más alternativa que llamarlo para jugar, a todo o nada, contra Australia. Y Maradona hizo de las suyas, como en las viejas y buenas épocas: le sirvió un centro precioso a Balbo para que metiera de cabeza el gol en la ida. En la revancha la potencia de Batistuta se encargaría de terminar con el sufrimiento para viajar a los Estados Unidos.
Carlos Bilardo es el autor de la famosa frase: “Las Eliminatorias son más difíciles que el Mundial”. El doctor lo dijo después de haber llegado a dos finales mundialistas, pero sabiendo que estuvo a diez minutos de quedarse afuera del Mundial 86. Literalmente faltaban diez minutos para que Argentina sucumbiera contra Perú cuando Passarella, lanza en mano, controló en el área y remató cruzada una pelota que terminaría empujando Gareca en el barroso piso del Monumental. Todo lo que siguió sería historia, y de la grande.
La Eliminatoria del Mundial 74 es recordada por la famosa “selección fantasma”, un grupo de jugadores que viajaron 75 días antes del partido contra Bolivia en La Paz para entrenarse en los 2500 metros de Tilcara. Olvidados por la AFA, bajo la conducción de Miguel Ignomiriello, que era ayudante del técnico Omar Sivori, pasaron hambre y tuvieron que organizar sus propios partidos para recaudar la plata que les permitiera pagar el hotel.
Finalmente, el 23 de septiembre del 73 Argentina le ganaría por 1 a 0 a Bolivia, con un gol del sanjuanino Fornari, consiguiendo un triunfo clave para el futuro del fútbol argentino, aunque suene exagerado, porque la AFA necesitaba clasificar sí o sí al Mundial del 74 para poder organizar el del 78.
Además, en la mochila de los integrantes de la “selección fantasma” había un peso extra: Argentina venía de quedarse afuera de un Mundial por primera —y única— vez en su historia hacía apenas tres años, después de empatar 2 a 2 contra Perú en La Bombonera, en lo que significó uno de los fracasos más rotundos de la selección argentina.
Las tres Eliminatorias previas al tropezón del 70 habían sido un trámite para Argentina, que sobre 10 partidos disputados solo había perdido 1, consiguiendo clasificarse de forma consecutiva a los Mundiales de 1958, 1962 y 1966.
El nuevo itinerario con destino final en Qatar 2022 ya le dejó en claro a la selección nacional que se terminaron las épocas de los rivales accesibles. Lionel Messi continúa siendo el capitán de un barco que deberá atravesar condiciones complejas. El rosarino dejó una muestra más de su vigencia al convertirse en el primer jugador argentino que disputa cinco Eliminatorias, tiene en la mira su quinto Mundial, pero para saber si la quinta será la vencida primero hay que llegar.
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