Grandes del deporte
23/02/2020 | 16:33 |
El ex futbolista y entrenador argentino es un personaje auténtico, lleno de anécdotas, tips y definiciones que lo hacen único. Como director técnico logró el campeonato del mundo en México 1986.
Jorge Parodi
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Bilardo le huyó a la mediocridad nunca pasó desapercibido
Hablar de Carlos Salvador Bilardo es referirse a un apasionado del fútbol. El Dr. Bilardo siempre vivió por y para el fútbol.
Bilardo es un personaje auténtico, lleno de anécdotas, tics y definiciones que lo hacen único. No podría escribirse la historia del fútbol argentino sin dedicarle, al menos, un gran capítulo. El Dr. Carlos Bilardo es médico y su mejor receta es respirar fútbol.
Bilardo fue el mejor alumno de un verdadero adelantado y “Maestro” que fue Osvaldo Zubeldia, quien revolucionó táctica y conceptualmente el fútbol de los años '60.
Bilardo fue un futbolista que optimizó sus discretas condiciones desde la inteligencia, el trabajo y el estudio. En Estudiantes fue el estandarte de una época gloriosa y un tanto controvertida.
En 1965 fichó por el Estudiantes de la Plata, equipo con el que ganó el Campeonato Metropolitano 1967; tres Copas Libertadores de América en los años 1968, 1969 y 1970, la Copa Interamericana 1969, además de una Copa Intercontinental de Clubes en 1968 y siendo dos veces finalista de la Copa Intercontinental en 1969 y 1970. Bilardo se retiró como futbolista al finalizar la temporada de 1969/70 en Estudiantes de La Plata.
En el último partido del Nacional de 1970 contra Vélez, Carlos Bilardo se dijo a sí mismo en un córner "No vengo más, no vengo más". El arquero Poletti le preguntó qué pasaba y él le respondió que se retiraba del fútbol. En el vestuario se lo anunció al resto del plantel.
Bilardo como DT, fue el que mejores resultados logró con la Selección Argentina en Mundiales de fútbol.
El Dr. Bilardo, fue el único DT que llevó a nuestro equipo a dos finales en campeonatos del Mundo: fue el brillante Campeón en 1986 y esforzado Subcampeón en 1990.
Bilardo fue el orientador táctico que sacó de Diego Armando Maradona el mejor rendimiento Y las virtudes más geniales que se le conozcan en los Mundiales.
Carlos Salvador, cariñosamente el "Narigón", es un estudioso del fútbol, que nunca dejó al azar ningún detalle. Siempre supo detectar los defectos de los rivales y potenciar las virtudes propias. En su primera etapa como Técnico dirigió a Estudiantes en 1975. No sólo lo salvó del descenso, sino que lo llevó al subcampeonato del Nacional de ese año.
Entre otras cosas Bilardo acentuó, después de Zubeldia, el crecimiento del futbol de Colombia a fines de los '70, llevando al Deportivo Cali a la final de la Copa Libertadores.
Con Bilardo en la dirección técnica, fue la primera vez que un equipo cafetero llegaba a esa instancia de definición en el Torneo continental frente al Boca de Lorenzo en 1979.
Bilardo priorizó el GANAR por sobre todas las cosas.
En realidad todos juegan para ganar, en todo caso se le podrá criticar que a veces, las formas y las maneras estaban al borde del reglamento, pero visto de otro modo, los equipos del Narigón sacaron provecho de lo que le permitía la interpretación de las normas de rigen el fútbol.
Contradijo a los que decían que no le gustaba el buen fútbol , conformando un mediocampo inolvidable en el Estudiantes campeón del Metropolitano '82, con tres exquisitos como Marcelo Trobbiani, Alejandro Sabella y Bocha Ponce.
Ese equipo de Estudiantes quedó en la memoria de todos y catapultó a Bilardo a la Selección Argentina en reemplazo de Menotti.
Con el paso del tiempo se profundizó la disputa Bilardo-Menotti,
Líricos-Pragmáticos. Buen fútbol-Antifútbol ha caído en espacio de las discusiones estériles y sin sentido.
En el fútbol no existen, ni existirán las verdades absolutas.
Bilardistas y Menotistas exageraron virtudes y defectos de sus estilos, para crear una controversia tan argentina como el dulce de leche e inútil como peine de calvo.
El fútbol fue y será cuestión de gustos y embanderase en la trinchera una u otra escuela, es afiliarse a un fundamentalismo que ni los mismos protagonistas ejercieron y la prueba está en su obra. Los equipos que formaron.
En definitiva, hay dos formas de jugar al fútbol: se juega bien o se juega mal.
Ambos técnicos campeones del Mundo han formado equipos que jugaron muy bien y otros pocos que quisieran olvidar.
Como quedó expresado y consta en actas, Carlos Salvador Bilardo es un apasionado de fútbol.
Esa pasión, que para sus detractores es obsesión, lo llevó a encontrar en detalles del juego, que pasan inadvertidos para casi todos, la manera y la forma de sacar diferencias.
Carlos Bilardo es protagonista de miles de anécdotas que denotan su particular personalidad.
Durante unos días de entrenamiento en Tilcara previo a México '86, los jugadores fueron invitados a una fiesta de agasajo. El doctor les dio permiso hasta la una de la madrugada pero para asegurarse de que todo estuviera bien se disfrazó de mujer colla con una pollera negra, alpargatas y un sombrero típico. Apareció en el lugar y bailó en la pista con los futbolistas sin ser reconocido. Como el clima era bueno les extendió el permiso dos horas más.
Bilardo relató lo duro que fue la previa al Mundial que consagraría a la Selección. "En marzo de 1986, en el frente de mi domicilio residencial de la calle Francisco Bilbao, puse un cartel de venta de una inmobiliaria, para que la gente la creyera deshabitada y no la atacara más. Temía que las piedras se convirtieran en adoquines. Llevé a mi señora y a mi hija a vivir al departamento de mi suegra y yo me instalé en la quinta que teníamos en Moreno.
Con 81 años, Carlos Bilardo se recupera de un complicado problema de salud.
El médico residente, el Narigón, el apasionado del fútbol, el campeón del mundo, el heredero de Osvaldo Zubeldía, el referente de Estudiantes de La Plata, el estudioso de la táctica y de sus detalles, el que posibilitó que viéramos al mejor Maradona en el '86, todos eso cabe en un mismo personaje.
Carlos Salvador Bilardo es un capítulo relevante en la historia del fútbol argentino. Como los grandes y (más en la Argentina), sumó adeptos y detractores. Nunca pasó desapercibido. Siempre puso el alma, la mente, el corazón y la vida en este hermoso juego.
Siempre le huyó a la mediocridad y apostó a ser mejor, a trabajar más, a detectar los que otros no veían. Es que Bilardo es un apasionado del fútbol. Y el fútbol le estará agradecido... por siempre.