El camino de Colón a la final de la Copa Sudamericana

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Colón de América

09/11/2019 | 13:43 | Un recorrido por la historia del Sabalero en competiciones internacionales. El camino de Colón a la final de la Copa Sudamericana. 

Mauricio Coccolo

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El camino de Colón a la final de la Copa Sudamericana

Como todos los grandes clubes del interior, Colón estuvo obligado a escribir dos veces su propia historia. Primero en su liga de origen y después en la Asociación del Fútbol Argentino. En la Liga Santafesina se convertiría en uno de los equipos más populares y ganadores, consiguiendo 28 títulos oficiales, pero en 1948 se afilió de forma directa a la AFA y comenzó a participar en la vieja Primera B, desde donde construiría otro camino.

En 1950, Colón se dio el gusto de ganar su primer título oficial en AFA: la Copa de Honor Juan Domingo Perón, una competencia del ascenso organizada para cubrir un bache que quedaba en el calendario de los clubes de la segunda división.

Casi una década después de jugar contra los porteños, Colón descendió a la Primera C en 1959, que en ese momento era el tercer escalón de la pirámide. Gracias a una reestructuración volvió a segunda en el 64 y al año siguiente se dio el gusto de llegar por primera vez a la máxima categoría del fútbol argentino.

De esa forma, el Sabalero completó una serie de hitos que hoy son el orgullo de sus hinchas porque fue el primer club de la ciudad que ganó un campeonato oficial en AFA y llegó a Primera División.

El capítulo de las hazañas internacionales de Colón se abriría con un triunfo de novela, de esos que el paso del tiempo convierte en leyendas. El 10 de mayo de 1964, el Negro le ganó en el Brigadier López por 2 a 1 al famoso Santos de Pelé, que ostentaba un invicto de 43 partidos y había sido dos veces campeón del mundo. Desde aquel día, Colón dejó de jugar en su cancha y pasó a hacerlo en el “Cementerio de los elefantes”…

El camino ascendente de Colón, desde los 60 y 70, se interrumpió durante toda la década del 80 y buena parte de los 90. Después de jugar casi 15 años en segunda división, los Sabaleros retornaron a Primera en 1995, tras ganarle la final a San Martín de Tucumán comenzando un ciclo repleto de alegrías.

Apenas dos años después de ascender, Colón fue subcampeón del Apertura 97 y eso le abrió las puertas para convertirse en el primer equipo santafesino en clasificar a copas de la Confederación Sudamericana. Justamente, Francisco Ferraro, el técnico de aquella época usa esa figura para definir aquel momento: fue como abrir las puertas internacionales del club.

El Negro salió a la cancha para jugar por primera vez una competencia internacional el 28 de agosto de 1997, sin imaginar que ese paso inicial lo llevaría hasta las semifinales de la Copa Conmebol de aquel año, redondeando una más que digna actuación. Pero lo mejor estaba por llegar: el 4 de diciembre del 97, los hinchas de Colón vivieron uno de los días más felices de su historia gracias al centro del Bichi Fuertes y el gol de Saralegui que les permitió eliminar a Independiente y clasificar a la Copa Libertadores.

El bautismo de Colón en el torneo más importante del continente sería contra el mismo rival que lo despediría: River. Pero en el medio, el camino dejó sonrisas sabaleras desparramadas contra Sporting Cristal y Alianza Lima, en la fase de grupos, y especialmente contra Olimpia, en Paraguay, cuando el pueblo Raza pasó por penales a cuartos de final de la Libertadores.

El primer periplo de Colón por el continente se cerraría en el 2003 cuando completó el cartón jugando la Copa Sudamericana. Si bien eliminó a Vélez, no pudo con Boca y quedó afuera en la segunda fase, pero lo importante fue haberse dado el gusto de disputar tres copas internacionales en seis años.

Los sabaleros volverían a sellar el pasaporte en el 2010 cuando jugaron por segunda vez la Libertadores. La eliminación contra Universidad Católica por penales no les permitió llegar a la fase de grupos, pero el valor de aquella campaña venía desde el semestre anterior cuando Colón terminó tercero en el Apertura 2009.

En el 2012, Colón volvió a salir de gira por América y esta vez fue después de una goleada increíble en el primer cruce de la Sudamericana contra Racing, al que eliminó por un global de 7 a 2. Luego Cerro Porteño sacaría al Sabalero de la competencia, pero si los hinchas se frenaban dos segundos a mirar hacia atrás la cosa no estaba tan mal: en 15 años habían jugado cinco copas internacionales, incluyendo dos Libertadores. Todo con el agregado de ser el único club de la ciudad que lo había conseguido hasta el momento.

Ni el más pesimista de los pesimistas del Barrio Centenario podía imaginar lo que vendría. Colón pasó de viajar por el continente a terminar último en el torneo del 2013, ser sancionado por la FIFA debido a una deuda, no presentarse a jugar un partido y descender increíblemente al año siguiente. Pero la historia tenía reservada una vueltita más: una reestructuración de los campeonatos y el plan ascensos para todos, le permitieron al Sabalero regresar a Primera en apenas seis meses.

Como un guiño del destino, el círculo de la vuelta de Colón se cerraría con otra noche épica en una copa internacional. El 2 de agosto del 2018, a menos de cuatro años de haber descendido, los Raza se abrazaban, y se pellizcaban, sin poder creer que acababan de ganarle al San Pablo en el Morumbí, por 1 a 0, convirtiéndose en el primer equipo argentino en la historia que lo conseguía.

En el Mineirao la cosa sería bien distinta: los sabaleros sufrieron, especialmente en el primer tiempo, tanto que necesitaron de un Burián enorme para sostenerse. En el complemento Colón se animó, hizo el gol que necesitaba y casi se lleva la clasificación sin pasar por los penales.

El final parecía estar escrito previamente. Quiso el destino, o vaya a saber quién, que Luis Miguel Rodríguez y Leonardo Burián, los dos que habían perdido a seres queridísimos en los días previos, fueran los muchachitos de la película en los penales para que pudieran terminar con un abrazo que hizo emocionar al país.

Analizando el recorrido de Colón en la Copa Sudamericana, Pablo Lavallen destaca un detalle llamativo, al margen de los nombres de los rivales que le tocó enfrentar: siempre se encontró con series difíciles y en todas empezó perdiendo, pero fue capaz de revertirlas.

Desde la medianoche del jueves 26 de septiembre que los hinchas, los jugadores, el cuerpo técnico y los dirigentes de Colón no hacen otra cosa más que pensar en la final de la Copa Sudamericana. Están contando los minutos para cruzarse con Independiente del Valle. ¡Independiente del Valle! ¡De algún lado les suena ese nombre!

El éxodo de más de 30 mil sabaleros rumbo a Asunción se vive como una de las grandes gestas del fútbol argentino. Después quedarán los 90 minutos más importantes de la gloriosa historia del Club Atlético Colón de Santa Fe, convertido hoy en Colón de Argentina, o mejor: en Colón de América.