Los tres presidentes de Córdoba Celeste: Pérez, Manzanares y Castaños

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Córdoba Celeste

20/06/2020 | 13:59 | La gerenciadora que manejó a Belgrano durante 9 años no empezó con Armando Pérez, sino con un grupo de amigos que ya habían gerenciado Universitario. Escuchá. 

Gabriel Rodríguez

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Córdoba Celeste

Es muy común emparentar a la gerenciadora Córdoba Celeste con Armando Pérez, porque el club con él se pudo acomodar, porque se pagó la deuda, porque hubo éxitos deportivos y porque en un período de seis años se vendió mucho. Pero todo tiene un comienzo y ese inicio no fue con el hoy candidato a presidente.

Allá lejos en el tiempo, un 18 de septiembre de 2001, la Justicia dictaminó la quiebra institucional de Belgrano, tres años y seis meses después que la síndico Liliana Ripoll tuviera una frase célebre que retumbó en todos lados: “Racing Club asociación civil ha dejado de existir”; y una semana más tarde de la caída de las Torres Gemelas.

El entonces presidente, Gregorio Ledesma, no pudo hacer frente a un reclamo del jugador Eddy Carazas, la gota que rebalsó el vaso del club cuya vida institucional tuvo un abrupto parate por una deuda monstruosa: Belgrano debía 24 millones de pesos.

Gregorio Ledesma, el presidente de la quiebra. 

Unos días más tarde, le ganaba a San Lorenzo siendo ése el primer partido de la institución en manos de la Justicia. Inmediatamente se constituyó un fideicomiso de administración, nombrado por el Juzgado de Séptima Nominación Civil y Comercial, haciéndose cargo de un equipo que no pudo sostenerse en la máxima categoría y descendió tras perder en Santa Fe ante Unión, con gol de Perezlindo, el 4 de mayo de 2002.

Casi inmediatamente, el órgano fiduciario anunciaba que estaban a la venta los pliegos para el gerenciamiento. Cuando el peligro de desaparición estaba latente y el club no parecía interesarle a nadie, el 18 de junio de 2002 se abrieron los sobres con sólo una propuesta: la de Córdoba Celeste Sociedad Anónima en formación, integrada por Luis y Alejandro Manzanares, Carlos Bustos, Pablo Reyna, Marcelo Oliva y Fernando Cáceres, quienes venían de una experiencia en Universitario con Récord Sport. 

Luis Manzanares tiene presente ese momento: “Éramos un grupo de amigos y surgió la idea de gerenciar a Belgrano, vimos una oportunidad”. Y todos decidieron incorporar como cabeza visible al empresario Norberto Castaños: “La jueza me dijo ‘o se hace cargo o cierro el club’”.

Norberto Castaños, integrante de Córdoba Celeste.

Castaños había tenida una participación directa en el fútbol de Córdoba, entre octubre de 1998 y marzo de 2000 cuando fue concesionario de las inferiores de Talleres, y en 2001, Ledesma le propuso hacerse cargo de las inferiores de Belgrano.

Así fue como el 20 de junio de 2002, ya hace 18 años, Belgrano comenzaba a transitar el camino del gerenciamiento, nueve tediosos años hasta llegar a la normalidad, y Manzanares remarca que fueron los únicos oferentes: “No sé qué hubiese pasado si no nos presentábamos, a lo mejor políticamente lo hubieran salvado a Belgrano”. Sucedió que quien se bajó fue nada menos que Armando Pérez, y alguna vez explicó que él tenía información de que la situación estaba definida en favor de sus adversarios.

En ese contexto, armar el primer Belgrano gerenciado no fue tarea sencilla y el equipo luchó por no descender al Argentino “A” en una etapa de aprendizaje. Ginarte, la dupla Guyón-Sosa, el Luigi Villalba, Angel Puertas, Otaño, Uriel Pérez, Karim Adipe, la “Cuca” Arce, Darío Alaniz y Favre hicieron un torneo para el olvido. “No conseguíamos que nadie quisiera venir a Belgrano”, admitió Manzanares.

Luis Manzanares, responsable de Córdoba Celeste (Foto: La Voz)

No había posibilidad de negociar sponsors, con la publicidad estática del estadio vendida y con los derechos de TV cedidos, la salida era buscar en las inferiores pero había que esperar a que el trabajo, abajo, diera frutos y para eso arribó Marcelo Bonetto. “En dos o tres años salieron Rigamonti, Lollo, Chavarría, Suárez, Maldonado”, recordó Bonetto.

En la misma línea, Manzanares contó cómo se logró revertir la pésima imagen del club: “Se lograron cosas, se lo ordenó económicamente, se lo hizo creíble, honramos las deudas y se hizo un trabajo fabuloso en inferiores con Bonetto y Carlos Bustos en el área deportiva”.

En la 2003/04 se lo contrató a Omar Labruna y lo mejor de la categoría como Sanzotti, Alejandro Castro, Bezombe, Priotti, el “Bocón” Torres, Cobelli, Desagastizábal, Giampietri pero tampoco hubo caso. Luego de un arranque demoledor, el fútbol se detuvo por razones de seguridad y a la vuelta Belgrano no fue el mismo, perdió mucho, Labruna dijo barbaridades de Manzanares y Bustos, y junto a Castaños se tuvieron que ir por la ventana.

“Habíamos apostado fuerte con un arranque espectacular. Después del parate no ganamos más, el cambio pasaba por el técnico y él no, habló mal de nosotros”, remarcó Manzanares. Luego vendría Marchetta y aquella desafortunada frase sobre los hinchas de Belgrano, situación que puso al coordinador Bonetto en el banco de suplentes.

Armando Pérez compró el 70% de las acciones de Córdoba Celeste. 

El tercer equipo de la primera Córdoba Celeste y el primero bajo la presidencia del doctor en medicina Luis Manzanares, se armó bajo el nombre “De Corazón Celeste” y fue el equipo de Peppino, Brusco, Medina, Testa, Avalos, el “Beto” Fernández, Leo Torres y Maxi Bevacqua. Y tampoco hubo caso, ni siquiera trayendo a Craviotto como entrenador. De hecho el equipo mejoró en el Clausura 2005 con el “Nene” Solazzo en el banco de suplentes. Manzanares declaró que “nos fuimos porque cuando en el fútbol no ganás, todo se hace muy difícil desde lo económico y la tolerancia, y eso llevó a que nos vayamos. Fracasamos”.

Así las cosas, el 29 de junio de 2005, Armando Pérez compró el 70 por ciento de las acciones de Córdoba Celeste, la gerenciadora cambiaba de manos pero no el nombre.

La fría noche del 4 de junio de 2006 en Bahía Blanca, el Celeste alistó a: Montoya; Noce, Peppino y Turus; Mansanelli, Bolatti, Aimar y Arriola; Frangipane; Gigli y Campodónico. Luego entraron Walter Bustos, Novaretti y Gordillo. 

El plantel del ascenso de Belgrano en 2006. 

“Fuimos parte fundacional de ese ascenso porque esa noche hubo nueve jugadores de la cantera del club”, aseguró Manzanares.

Hace 18 años, un grupo de compañeros de colegio y amigos después, y nada emparentados con Belgrano comenzaron a refundarlo. Desde bien abajo, con bases muy sólidas, haciendo un trabajo de hormiga, que le permitieron después a Pérez construir un castillo inquebrantable. Desde este informe, un reconocimiento a quienes iniciaron la reconstrucción de lo que hoy es el Club Atlético Belgrano. Manzanares concluyó: “No me arrepiento de haber vivido cosas en Belgrano más allá de que se llevó mi carrera y plata. Me hubiese gustado un reconocimiento de la prensa de los primeros cuatro años de Córdoba Celeste”.

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