La lesión que Carlos Tevez le generó a Ezequiel Ham despertó polémica

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Cuando el fútbol hace "crack"

12/07/2020 | 13:15 | El ruido de los huesos rompiéndose es escalofriante, pero sucede a menudo en el fútbol. La fractura de tibia y peroné es la lesión más temida por el jugador. Aquí repasamos los últimos 34 años.

Gabriel Rodríguez

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La lesión que Carlos Tevez le generó a Ezequiel Ham despertó polémica

La tibia y el peroné se sitúan a la altura del tobillo y aunque cada uno de ellos se puede fracturar por separado, normalmente se produce de forma conjunta. La tibia es el único hueso que soporta el peso de la pantorrilla. El peroné está al lado de la tibia, es más delgado y no soporta peso.

La fractura expuesta de tibia y peroné, sacando la rotura del ligamento cruzado anterior, debe ser la lesión más dolorosa y más temida por el futbolista. Cuando en marzo de 2015, Agustín Orión rompió a Carlos Bueno se disparó la polémica sobre si tuvo la intención de lastimar al rival, que terminó con esa fractura.

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En setiembre del mismo año, Boca visitó a Argentinos Juniors, cuyos hinchas vieron una de las mejores actuaciones desde que volvió al país, de Carlos Tevez: dos goles y uno de ellos, golazo. Pero también vieron cómo le pegó una patada criminal a Ezequiel Ham, a quien dejó con una triple fractura de tibia y peroné.

A lo largo de la historia y en los últimos 34 años se han producido casos violentos como éstos y también insólitos.

En octubre de 1986, Carlos Pajurek delantero de Racing de Nueva Italia y Luis Islas, arquero de Independiente chocaron feo en la puerta del área del Rojo. Islas se llevó la peor parte con rotura de tibia y peroné; en cambio el cordobés acabó con un esguince de tobillo y rodilla. Hay una foto de “El Gráfico”, en el momento exacto en el que la pierna derecha del cuidapalos se parte en dos. A Pajurek esa lesión al rival, lo marcó. Islas lo acusó de “mala leche” pero se repuso rápido y su carrera fue en ascenso, haciendo pico en el Mundial de 1994. No volvieron a hablarse, alguna vez con Islas como técnico de la Academia cordobesa se encontraron en Córdoba y aún se lanzan declaraciones cruzadas.

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Hugo Aníbal Galloni era un volante talentoso en Rosario Central pero en diciembre de 1988 una jugada cambió su vida: en el Gigante de Arroyito, una fuerte entrada de Carlos Macat de Vélez le produjo doble fractura de tibia y peroné, y para peor la lesión tuvo forma de mariposa y barro en hueso. A los dos años se resintió y se retiró en 1995 luego de siete operaciones.

Otro que padeció esta terrible lesión fue Néstor Fabbri, figura en Racing con sólo 20 años. El 5 de febrero de 1989 en cancha de Vélez, se jugaba la revancha de la Recopa Sudamericana entre la Academia y Nacional de Uruguay cuando Santiago Ostolaza le partió la tibia. Increíblemente, Fabbri salió caminando pero se desmayó en el vestuario. 

En octubre de 1992, el delantero de Español, Marcelo Caviglia, choca con el arquero de Talleres, Gustavo Irusta y el ruido de la pierna rota se escuchó en todos los sectores del estadio del Bajo Flores.

Eduardo Bennett, “Balín”, se consagró goleador del Apertura 93, en su primera temporada en el país. Venía de Honduras, firmó en San Lorenzo y asombró por su notable potencia física, y por la fuerza con la que jugaba, inusual en un delantero. El hondureño dejó una marca, además de la frase del “Bambino” Veira -“Vos ya triunfaste”, en referencia a que llegó al predio de Bajo Flores solo-: fue con una plancha alta, generándole al joven valor de Vélez, Cristian Acevedo, una doble fractura de tibia y peroné.

Claudio Arzeno, duro defensor de Independiente, padeció fractura expuesta de tibia y peroné en octubre de 1995, cuando en cancha de Ferro, fue a disputar una pelota con Castagno Suárez en un Español – Independiente, dio una voltereta en el aire y en el piso, con el rostro lleno de dolor gritaba “¡me quebré, me quebré…!”.

En noviembre de 2011, el mediocampista cordobés Marcelo Sarmiento, sufrió la lesión más importante de su carrera. Fractura expuesta de tibia y peroné en un partido entre Unión y Newell’s, por imprudencia de un joven defensor llamado Muñoz.

Se jugaba media hora del segundo tiempo entre Unión y Boca, aquel 20 de febrero de 2012. Nicolás Colazo había ingresado por Erviti y fue a correr una pelota por el callejón izquierdo, dentro del área “Tatengue”. El cordobés Avendaño le salió al cruce, llegó a la pelota antes de que Colazo impactara con su zurda pero la pierna izquierda del jugador xeneize, en su normal movimiento, impactó con la derecha del ex Talleres. ¿Resultado? Fractura de tibia y peroné.

En Córdoba, un caso que conmocionó a la Liga local fue el sábado 10 de agosto de 2019 cuando el delantero de Villa Siburu, Nelson “Lolo” Gómez, chocó con el arquero de Los Andes, sufriendo la fractura expuesta de tibia y peroné.

Si este informe fuera música grabada, lo que vamos a situar ahora es una pieza musical que ha sido incluída en ediciones específicas o reediciones de un álbum. O sea… aquí hay dos bonus track.

La historia de Nery Pumpido es más conocida. Otra tibia y peroné, en una jugada similar a la que vivieron Orión y Bueno o Islas y Pajurek. El arquero colisionó con el “Vasco” Olarticoechea, mientras los dos buscaban cerrar un pase en cortada que habían puesto para uno de los atacantes de la Unión Soviética en pleno Mundial de Italia.

Lo de Martín Palermo fue de película, como su carrera. Insólito. El delantero había llegado a Villarreal hacía pocos meses. Venía de mostrarse en la final de la Copa Intercontinental ante Real Madrid y el ex Boca comenzaba con el pie derecho, ganándose el cariño de la gente. El “Titán” le metió un gol a Levante y, eufórico, quiso hacer algo que no podía hacer en Argentina: abrazarse con los hinchas para festejar. Pero el amor explotó: se le vino el cimiento de la tribuna encima, en la pierna… No hubo heridos, salvo él con doble fractura de tibia y peroné.

Hay señales que no necesitan palabras. Cuando un jugador se toma desesperadamente de la cabeza frente a uno caído, quiere decir que hay fractura. Esto lo sabe quien ha transitado por los estadios y es parte del código jamás escrito. Si estar en una tribuna cuando se fractura un futbolista es doloroso, más lo sufren los que están dentro de la cancha que escucharon un “crack”, con frases desgarrantes y el primer plano de una imagen que es el abismo mismo.

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