Grandes del Deporte
02/09/2023 | 16:21
Redacción Cadena 3
Jorge Parodi
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Daniel Alberto Willington: "EL DANIEL"
Aunque su apellido le dio su nombre a una tribuna popular del Estadio Mario Kempes, siempre será “El Daniel”.
Aunque haya nacido en Santa Fe, siempre será más cordobés que La Cañada, que la peperina y que la revista Hortensia.
Aunque, tal vez, haya habido alguno mejor (lo dudo), nadie identificó y representó en toda su historia a Talleres como él.
Daniel Alberto Willington, de él se trata, es más que un gran ex futbolista: es uno de los personajes más queridos y admirados de Córdoba, que además triunfó en Buenos Aires.
“El Daniel", que este 1 de septiembre cumplió 81 años, fue un jugador excepcional y un personaje único, dotado de un humor chispeante.
Con ese humor, dijo en alguna oportunidad que en vez de ponerle su apellido a la tribuna popular Norte del Kempes deberían habérselo colocado al Bar del Estadio.
Se paraba de 10 y tenía una enorme personalidad. Era caudillo en sus equipos y tenía estampa: medía 1,85 metros, era habilidoso y portaba una pegada que brillaba.
Pensaba con rapidez y su ritmo era inversamente proporcional al funcionamiento de su cabeza. Y era, claro, un poco vago, como él mismo asumió alguna vez: “Me decían que yo sólo jugaba en las sombras, pero no era así, lo que pasa es que era medio pachorra”.
Le decían Loco, cuando en realidad lo que hacía era ir a contramano de lo común, desde la sabiduría de los que entienden lo que es disfrutar de la vida.
Ídolo en Talleres y prócer en Vélez Sarfield, donde fue clave en el primer título de la institución de Liniers en Nacional 68.
Daniel Willington debutó en Talleres a los 16 años. Estuvo en el club en dos etapas: la primera fue desde 1959 hasta 1961. La segunda, desde 1974 hasta 1976. En total, disputó 168 partidos y anotó 66 goles.
Antes de ese debut, era la mascota y alcanzapelotas de los partidos en los que actuaba su padre, Atilio, volante central con clase, jugador de la “T” entre 1947 y 1954.
Llegó a Córdoba desde Santa Fe a los 4 años por necesidad curativa de toda la familia porque los cuatro hermanos eran asmáticos y les recomendaron que vinieran a Córdoba por el aire puro que había en ese tiempo.
El romance eterno con la hinchada de Talleres se consolidó en una final contra Belgrano, con un gol que millones de hinchas de Talleres juran haberlo visto en la cancha.
El 21 de agosto de 1974 Daniel Willington marcó uno de los goles más recordados en la historia de la institución. Por la segunda final del Oficial de Liga Cordobesa, “el Daniel” abrió el camino hacia el título con un golazo de tiro libre que en 2013 pasó a ser el gol del centenario de Talleres.
A los nueve minutos del complemento ingresó por Gualberto Muggione para cambiar la historia.
Veintisiete minutos del segundo tiempo. Infracción en un costado del campo, sobre la izquierda del ataque albiazul y a 40 metros del arco. Willington toma la pelota, se agacha y analiza el panorama. Se pone en cuclillas para examinarlo mejor. Y después un impacto impecable, espectacular que se mete en el ángulo izquierdo de la Garza Tocalli: ¡Golazo!
“Fue el gol más impresionante que me han hecho en mí vida”, declaró el arquero celeste.
El recordado escritor cordobés Daniel Salzano lo contó así:
“Lo único que recordás con nitidez es que Daniel Willington retrocedió dos pasos, que onduló su pesado perfil de dandi provinciano y que en el mismo instante en que pateó, levantó los brazos como un emperador y saludó por anticipado en dirección a la tribuna popular.
La pelota recorrió los 40 metros que la separaban del arco, atravesó con la gracia de un delfín la línea que separa la gloria del fracaso y, al clavarse en el rincón de las arañas, desencadenó un huracán de fuegos artificiales”
El Daniel también jugó en Veracruz de México, un año en Huracán (fue muy amigo de Ringo Bonavena, fanático del Globito) y en el Nacional '73 en Instituto junto a Osvaldo Ardiles y Mario Kempes.
Formó parte de la Selección Argentina, aunque con la albiceleste no rindió como quería.
Como DT de Talleres, junto a José Trignani, lo ascendieron a primera en 1994.
Roberto Fontanarrosa lo bautizó como “El Exorcista”.
Pelé dijo, después de enfrentarlo, que El Daniel era el mejor jugador del mundo.
El gran periodista Nilo Neder lo rebautizó en un poema como “El Daniel de los estadios”:
"Yo te saludo Daniel de los Estadios/ Y te agradezco/ Por ellos, y por mí. / No por el gol de un triunfo ambicionado / Sino por todo / Por el juego del poeta y del cerebro / Por el canto de un pueblo que olvidó colores / y gritó tu nombre para llamar al fútbol”.
“El Daniel de los estadios”, “ El exorcista” , "El Loco Willington"…Llámelo como quiera, pero él siempre será “EL DANIEL”.
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