Desde Boedo salió nuevo campeón: a 25 años del Clausura de San Lorenzo en el '95

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Desde Boedo, salió el nuevo campeón

02/08/2020 | 15:45 | Hace 25 años, en 1995, San Lorenzo lograba un título doméstico que se le negaba desde 1974. Aquel plantel del “Bambino” Veira tenía tonada cordobesa con Ruggeri, Escudero, Monserrat, Galetto, Rivadero y Arbarello. 

Gabriel Rodríguez

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Desde Boedo salió nuevo campeón: a 25 años del Clausura de San Lorenzo en el '95

En el Apertura 1994, San Lorenzo, peleó hasta el final con River, que a la postre logró el campeonato con Américo Rubén Gallego como entrenador. El Ciclón había conseguido una cantidad de puntos que le hubiera permitido ser campeón en cualquier torneo (hizo 26 cuando aún al ganador le correspondía 2 puntos), pero se cruzó con un River tremendo que se coronó invicto, con la vuelta de Enzo Francéscoli y un resonante 3 a 0 a Boca en la Bombonera. Y ese es el primer recuerdo de Roberto Carlos Monserrat.

“El campeonato anterior habíamos tenido una suma de puntos importante. River salió campeón en ese momento. Sabíamos que teníamos la posibilidad de tratar y por suerte Gimnasia perdió el último y tuvimos la suerte de salir campeones después”, destacó.

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En el torneo siguiente, San Lorenzo era candidatazo porque prácticamente mantuvo al plantel e incorporó a Javier Arbarello, quien llegaba a Boedo con muy buenos antecedentes desde Belgrano.

“Cuando llegamos al Nuevo Gasómetro pusieron un pizarrón que decía ojalá este sea nuestro año. Se logró conformar un grupo que iba de acá de Córdoba. Allá nos encontramos con Escudero, el 'Cabezón' Ruggeri, con Galetto que habíamos jugado en contra. Nos ayudó un montón eso. Se conformó el plantel que consiguió el título después de años”, remarcó Arbarello.

El “Perro” completaba un sexteto de cordobeses en aquella plantilla que dirigió el “Bambino” Veira. Y esa mancomunión marcó una base sustentable que empezó a dar frutos.

Aquellos codobeses eran Arbarello de Ballesteros, el “Roly” Escudero de Bulnes, el “Cabezón” Ruggeri de Corral de Bustos, el “Conde” Galetto de Monte Cristo, el “Diablo” Monserrat de Capital y el “Panchito” Rivadero de Bell Ville.

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Rivadero destacó de aquel momento: “Lo mejor de ese equipo fue el plantel. También presidente y ‘El Bambino’, que nos rescató los momentos más difíciles en la parte anímica. Cuando estábamos muertos nos levantó el ánimo a todos con su sapiencia”.

Lo mejor de ese equipo fue el plantel y el Bambino

Un 25 de junio de 1995, San Lorenzo de Almagro alzaba el título del Torneo Clausura. Con este campeonato, el conjunto azulgrana cortaba con una larga sequía de 21 años sin títulos, desde la época de Osvaldo Zubeldía cuando el “Ciclón” se quedó con el Nacional de 1974.

Fernando Galetto recordó que lo primero que le llega a la memoria es ver la cantidad de gente en la entrada del estadio y en el viaje del hotel al colectivo.

Sin embargo, el inicio fue pobre: un empate de local ante quien iba a ser su gran rival, Gimnasia y Esgrima de La Plata, y una derrota con Argentinos de visitante. Pero con el correr de las fechas el equipo comenzó a crecer hasta alcanzar el liderazgo peleando palmo a palmo con el sorprendente “Lobo” de Griguol.

Faltando dos fechas para la definición, una sorpresiva caída ante Vélez por 1-0 dejó a los azulgranas un punto por debajo de Gimnasia. “Se definía el campeonato. Fue mala suerte perder con Vélez y sabíamos que teníamos que ganar el último partido”, detalló Monserrat. Y ahí la verborragia, el carácter, la experiencia y la motivación del “Bambino” aparecieron en todo su repertorio.

En ese partido, Ruggeri casi parte a Chilavert en pedazos cuando se le tiró a las rodillas para romperlo. Pero el autor intelectual de la entrada de Ruggeri no fue otro que Claudio Alejandro Rivadero: “Cada vez que jugábamos con Vélez era una pelea. Ese día Chilavert lo escupe a Oscar. Él siempre me pedía que fuera atrás de él en los córner y ahí lo escupió Chilavert. Le dije ‘partilo’”.

A la jornada siguiente, San Lorenzo venció a Lanús y el “Lobo” hizo lo propio con Ferro, de modo que todo quedó para la última fecha. En La Plata, el equipo que lideraban los mellizos Barros Schelotto recibía a un pobre Independiente, los de Veira, viajaban a Rosario en busca del milagro.

“Me di cuenta que éramos campeones por la cantidad de gente. Tardamos 45 minutos en llegar a la cancha”, valoró Rivadero.

Esa jornada final estuvo signada por el dramatismo. Independiente, con un recordado gol de Javier Mazzoni ganó en la Plata. Ahí ya era campeón el “Cuervo”, ya se sentía campeón como lo reflejan Galetto y Monserrat.

“Sentí que éramos campeones cuando escuchamos a la tribuna gritar el gol de Mazzoni” y “estaba prohibido hablar de Gimnasia e Independiente. Al hacer el gol ya teníamos la ventaja a favor”, especificaron Galetto y Monserrat, respectivamente.

San Lorenzo tenía que hacer su parte y acompañado por una multitud, se impuso ante Rosario Central por 1-0, en el estadio Gigante de Arroyito con un recordado cabezazo de Esteban el “Gallego” González.

El equipo base estuvo conformado por Oscar Passet, Escudero, Oscar Arévalo, Oscar Alfredo Ruggeri, Damián Manusovich, Roberto Monserrat; Fernando Galetto, Carlos Netto y Paulo Silas; Claudio Biaggio y Esteban González.

El “Perro” Arbarello destaca que el hincha a veces reconoce más ese título que los que vinieron luego, incluida la Copa Libertadores.

“Algunos creen que es más importante ese torneo. Me lo hicieron saber un montón, se rompió una sequía después de 21 años. Éramos conscientes de que nos jugábamos algo muy importante. Podíamos quedar en la historia del club”, remarcó.

Éramos conscientes que podíamos quedar en la historia

Passett tuvo la valla menos vencida y sólo sufrió 12 goles. Ese San Lorenzo marcó un estilo futbolístico en el juego que creaban Fernando Galetto desde el medio campo y la habilidad de Paulo Silas y al que sumaron la capacidad goleadora de Claudio Biaggio, que anotó nueve goles durante todo el certamen, y González.

San Lorenzo fue un sólido campeón, con un gran mediocampo, con potencia en ataque y solidez desde una defensa que salía de memoria y en la que sobresalía el enorme Oscar Ruggeri, en su última gran temporada.

“Fue Tinelli con todos sus secuaces el que se mete a la cancha, estaba parado en la línea. Él terminó el partido”, agrega Monserrat.

No podemos terminar este informe recordando al San Lorenzo del ’95 sin anécdotas de estos jugadores con el “Bambino”. 

Veira habla siempre de belleza y Rivadero tiene la respuesta en un gol de chilena suyo: “El Bambino dijo ‘belleza’ en referencia a un gol de chilena que hice en un entrenamiento. Ahí lo cortó”.

Y Galetto recuerda que su técnico lo puso en un cumpleaños: “Fue un entrenamiento en la cancha de San Lorenzo. El Bambino se subió a la platea descubierta a tomar el sol. Yo no estaba con todas mis luces. En un momento se paró y gritó que estaba en un cumpleaños. Eso quedó guardado y me comí todas las gastadas”.

Fue un equipo que jugó contra sus rivales futbolísticos y contra una historia larga de frustraciones de los hinchas azulgranas que, tras 21 años y en una final de antología, volvieron a gritar que ese año, desde Boedo, salió el nuevo campeón.

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