Informes de La Previa
01/08/2020 | 13:45 | Hace 20 años Gerardo Martino se convertía en técnico del mejor equipo albirrojo de las últimas décadas. No ascendió, pero dejó una marca imborrable por lo bien que jugaba. Escuchá.
Gabriel Rodríguez
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Martino fue el líder del mejor equipo de la "Gloria" de los últimos años.
“Tengo las mayores expectativas. Hay una obligación cierta que tiene Instituto y nosotros vamos a tratar de estar a la altura de las circunstancias y armar un equipo que responda a esa expectativa”.
Esas declaraciones se produjeron en una rueda de prensa del 30 de julio de 2000, cuando Gerardo Daniel Martino se convirtió en el técnico de Instituto. Llegó al club en un momento complicado, ya que acababa de descender de manera increíble en la promoción y su presidente Santiago Cemino, había pedido licencia cuando el mismo día del descenso juró quedarse para romperse todo por la Gloria.
En diálogo con Cadena 3, el “Tata” narró su llegada al club: “Voy a Instituto a través de un intermediario que tenía contacto con gente de Córdoba, nos juntamos con Diego en un bar del centro y ahí tuvimos nuestra primera reunión”.
Diego es Bobatto, quien se había transformado en el hombre fuerte del club y el bar en cuestión estaba ubicado en plena peatonal: 9 de Julio y Rivera Indarte. El “Tata” tenía 38 años y hasta allí una breve e incipiente carrera como entrenador. Almirante Brown de Arrecifes entre 1998/99 con 14 victorias, 6 empates y 14 derrotas en 34 partidos; y Platense con 6 triunfos, 4 empates y 3 caídas eran sus antecedentes.
Martino convenció a Bobatto por encima de una gloria como Kempes o de un experimentado como Carlos Trullet. Dicen que dijo algo como “no tengo experiencia pero le pido una oportunidad”. El técnico señaló que “era un momento crucial de mi carrera, llevaba ocho meses sin trabajar y necesitábamos seguir instalados en el ruedo. Instituto era un salto importante”.
Manfredi, Alaniz, Buján y Galarza pasaron a Talleres y además se fueron Cabrera, Javier López y Sarría. Había que armar todo de vuelta. Y entre uno y otro, al “Tata” no le caía bien que arribaran refuerzos que no pidió.
En ese sentido, el defensor Sebastián Brusco recordó: “Cuando volví a Instituto me citó al vestuario y me explicó que él no me había pedido, pero me dijo de frente que si rendía bien no tenía problemas en incluirme en el equipo”. El “Tata” destacó que “las ganas que tenía Brusco de participar en ese grupo” terminaron de convencerlo.
Y llegaron Smigiel, Barrionuevo, Cervera, Risio, Priotti, el “Lorito” Jiménez, Antuña, Marcelo Ríos, Norberto Acosta… Y más Javier Klimowicz, Caranta, Moyano, Alvarez, Amato, Guillermo Rodríguez, Ariel Lencinas, Felicia, Rimoldi, Fernando Barrera, el “Caco” Sánchez y Raúl Maldonado conformaron un equipo histórico, para muchos el mejor de los últimos 40 años.
“Siempre lo tengo instalado como uno de los mejores equipos que dirigí”, sentenció Martino, quien remarcó que “era una época en la que se decía que en el ascenso no se podía jugar bien”.
Aquel equipo que después arrasaría con lo que se le ponga en frente, pero que defeccionó al final, arrancó la B Nacional inhibido. Martino asumió el 31 de julio de 2000 y el 26 de agosto, por la 3° fecha de la Zona Interior, ese Instituto remendado perdió en una nevada Bahía Blanca ante Villa Mitre 3 a 0. Porque Instituto, como siempre, y esté quien esté navega en problemas económicos. El futbolista Jorge Priotti reconoció que el club “estaba mal económicamente” pero el equipo no paraba de ganar, “aún cuando paramos y no fuimos a concentrar”.
Martino estaba acompañado por su ladero de siempre Jorge Theiler, Jorge Pautasso y el profesor Ariel Palena quien actualmente se desempeña como jefe del área física del fútbol joven de Colo Colo. Palena rememoró que “para Gerardo era muy importante que el equipo jugara bien” y el equipo se sintiera representado por esa idea de buen juego.
En plena pretemporada, Martino trataba de encontrar el equipo y veía condiciones en un jugador que potencialmente podía ser titular aunque en otro puesto. El “Bocha” Maldonado, enganche por naturaleza no quería dar el brazo a torcer porque el técnico lo quería poner de delantero. Hubo una discusión y… ¿casi se van a las piñas?
Aunque el “Tata” declaró que no recordaba los detalles de la situación, Maldonado reveló cómo fue el cruce: “Yo no quería jugar los amistosos porque él me quería cambiar de posición. Me dijo que si me la aguantaba me esperaba en su pieza. Cuando fui me tiró una carpeta y me mostró que sabía todo sobre mí”.
La situación se resolvió con un curioso desafío: “Me dijo que me iba a poner de delantero en un amistoso, y que si no hacía goles me mandaba a jugar de enganche. Ese día hice 3 goles y a partir de ahí fue delantero”.
El goleador de ese equipo fue “Miliki” Jiménez, quien anotó 23 de los 71 tantos de la Gloria en la temporada regular. El rafaelino estaba en una racha tremenda: en la temporada 98/99 de la B Nacional, marcó 22 goles; y en Primera División durante 1999/2000 hizo 22. “Miliki” aseguró que mejoró mucho bajo la conducción de Martino: “Significó mucho para mí, sabía como tratar al jugador y me enseñó un montón de cosas”.
Con Jiménez sucedió un hecho curioso. En la semifinal revancha con San Martín de Mendoza se lesionó y lo que podía ser una simple contractura se complicó, al punto que no estuvo en la final de ida contra Chicago y en Córdoba ingresó los últimos minutos. No se había recuperado del todo, entró lesionado y fue peor el remedio que la enfermedad. El profe Palena dijo que ahí Instituto comenzó a perder el ascenso.
Ya siendo técnico del Barcelona, Martino ofreció una conferencia de prensa y dijo “nunca adelantaremos los tiempos de recuperación de una lesión”, refiriéndose a la situación de Puyol con una doble operación de rodilla. La palabra “nunca” habla de la madurez de un técnico que con el paso de los años piensa de otra manera a la hora de reaccionar ante situaciones similares.
Inmediatamente declaró: “Me sucedió un caso en el pasado y ahí me prometí no adelantar nada”. ¿Y a qué se refería? En España recordó la lesión de “Miliki” y el ponerlo no estando en condiciones. “Fue un error producto de la inexperiencia”, admitió a Cadena 3.
Jiménez exculpa a Martino por eso y cuenta que fueron más las ganas de él que una decisión del entrenador: “Él no cometió ningún error, fue más culpa mía. Yo quería estar, ayudar al equipo y nos salió el tiro por la culata”.
Cuando uno habla con jugadores de ese Instituto, todos pero todos, reconocen dos cosas más allá de no poder ascender: la unión del grupo y las virtudes de un entrenador hecho y derecho.
Jorge Priotti habló de la mancomunión rápida que se dio con los jugadores; Raúl Antuña destacó que el técnico “tuvo mucha personalidad y prestancia para tomar desiciones en el momento correcto”; Javier Klimowicz señaló que “no tenía ninguna duda de que iba a triunfar como técnico porque era un adelantado en la parte táctica; Juan Carlos Barrionuevo aseguró que “fue el mejor equipo” que integró en su carrera; Mauro Amato resaltó “el grupo humano que creó” el "Tata" y el “Loco” Cervera dijo que tiene “recuerdos hermosos de ese equipo”.
El once ideal alistaba a: Klimowicz; Moyano, Brusco, Smigiel y Barrionuevo; Cervera, Priotti y Walter Jiménez; Antuña; Amato y “Miliki” Jiménez. Salió primero de 17 equipos en la zona Interior con 71 puntos en 32 fechas, ganó 21 partidos, empató 8 (entre ellos dos ante Juniors y 0 a 0) y sólo perdió 3; con 71 goles a favor y 23 en contra. El profe Palena nos hizo una radiografía total: “Lo mejor fue el trato de pelota, la agresividad”.
En semifinales por el primer ascenso, empató y perdió con Banfield, cediendo además el invicto que tenía en Alta Córdoba y hasta el “Laucha” Lucchetti, arquero de aquel “Taladro”, habló maravillas del Instituto de “Tata”: “Soy de ver pocos videos míos pero esos dos partidos los miro casi siempre. Instituto era un equipo imbatible y pegamos un batacazo”.
Instituto no pudo ante Banfield, pero tampoco frente a Nueva Chicago y en la promoción contra Argentinos Juniors. La incógnita pasó a ser por qué no se continuó con el proyecto y la respuesta de Martino no deja lugar a dudas: “Naturalmente era lógico no continuar, fueron tres posibilidades perdidas cuando éramos los grandes candidatos”.
Martino apela a la carga emocional de tener que llevar el peso del no ascenso y a la imposibilidad de preservar el grupo, por la revalorización de los futbolistas, la explicación de dar un paso al costado: “Era muy pesada la carga de enfrentar un torneo nuevo con tres finales perdidas y sin la certeza de que se iba a conservar ese grupo”.
¿Y las anécdotas? Porque estar con un consagrado entrenador en sus inicios debe tener las suyas. Y casualmente nos enteramos de dos que tienen como protagonistas a Cervera, que por algo le dicen ‘Loco’. Una la cuenta Priotti: “Estábamos entrenando pelota parada y le dijo a Cervera que tome a un jugador, pero el ‘Loco’ le dijo que no, porque no sabía cabecear. El ‘Tata’ le dijo: ‘Vos tenés que marcar porque yo soy entrenador y vos sos futbolista, así que me tenés que obedecer; tenés que marcar porque tenés un contrato con el club, y tenés que responder a lo que te diga el entrenador; tenés que marcar porque si nos hacen un gol porque perdiste la marca, la culpa va a ser mía’. Hubo un silencio sepulcral”.
El técnico del seleccionado mexicano habla con satisfacción de ese Instituto y fue sumado a un grupo de Whatsapp por Jorge Priotti porque la idea es juntarse. A “Tata”, Instituto le provoca orgullo, tanto que a 20 años lo recuerda con cariño, a ese equipo y a sus hinchas: “Me marcó el grupo que se armó, eso habla a las claras de lo que vivimos ese año”.
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