Informes en La Previa
10/11/2019 | 15:04 | El histórico arquero del Real Madrid y la Selección española, que actualmente milita en el Porto, volvió a entrenar tras sufrir un infarto de miocardio en mayo. Repasá su historia.
Audios
Iker Casillas, un histórico arquero español.
En Móstoles, una pequeña localidad situada a 20 km de Madrid, en lo alto de un monolito de piedra, aparecen dos guantes que nos indican que llegamos a la tierra de Iker Casillas.
En la ciudad donde hoy una avenida lleva su nombre, hace más de 30 años un niño curioso se probaba los guantes de arquero por primera vez. Tiempo más tarde, tendría el placer de unos pocos elegidos: levantar con sus manos la Copa del Mundo.
A los cuatro años ya se paraba bajo los tres palos y a los 8 había ingresado al mundo Real Madrid siendo elegido entre cientos de niños. Creció sabiendo que de toda su camada, con suerte sólo uno llegaría a pisar el Bernabeu y, en el fondo, tenía claro que sería él.
Hábil y comprometido, a los 13 recibió el guiño del entrenador de arqueros Manuel Amieiro, quien le informó al coordinador del semillero madridista que tenía un arquero de grandes condiciones. Con este dato, Vicente del Bosque permitió que lo subieran tres categorías y anotó mentalmente el apellido Casillas. Las vueltas del destino los llevarían a los dos a protagonizar los mejores años de la selección española.
Una tarde como cualquier otra, mientras Iker estaba en la escuela en su clase de diseño, le avisaron que tenía una llamada telefónica en la oficina del Director. Del otro lado de la línea le informaron que debía presentarse de inmediato para viajar con el primer equipo del Real Madrid. Corría el año 97’ y a los 16 años el arquero comenzaba a abrirse camino en el merengue.
A mediados del ''99, se consagró con la Roja en el mundial sub 20 disputado en Nigeria y apenas unos meses más tarde se produjo su debut en el Real Madrid. La noche previa coincidió como compañero de habitación con el gran Fernando Hierro, que lejos de llenarlo de consejos lo dejó solo para que pudiera estar tranquilo. Después de la noche más larga de su vida, saltó al campo para enfrentar al Athletic en San Mamés y el partido terminó en empate 2-2.
En su primera temporada en el club, el equipo llegó junto al Valencia a la final de la Champions League y Casillas se lució convirtiéndose en el arquero más joven en conquistar la Orejona.
Con la llegada de Florentino Pérez a la presidencia y de Figo, Zidane y Beckham al vestuario, comenzó a hablarse de la era de Los Galácticos. Sin embargo, Iker nunca se lo tomó en serio. Si le preguntaban, respondía: “yo no soy galáctico, soy de Móstoles”.
A días de levantar la Séptima, José Antonio Camacho lo convocó por primera vez para jugar con la selección mayor. El 3 de junio del 2000 quedó grabado como el primero de cientos de partidos de quien luego alcanzaría el record de presencias con la Roja.
Cuando todo parecía ir viento en popa, Iker tuvo un paréntesis en el arco del Madrid. Las malas lenguas se encargaron de afirmar que había sido por decisión conjunta de Del Bosque y Hierro, aunque ellos mismos lo hayan negado en muchas oportunidades.
Sin embargo, Iker salió fortalecido. Después de dos meses sin jugar le tocó volver en el momento menos esperado. Real Madrid jugaba otra final de Champions ante el Bayer Leverkusen y al minuto 68 César Sanchez tuvo que dejar el campo por lesión. Casillas soportó estoico los embates del rival y fue la figura del Madrid que se coronó en Glasgow con el inolvidable gol de Zidane.
Casillas asumió entonces la titularidad indiscutible de la portería blanca. Fue elegido cinco veces, entre 2008 y 2012, el mejor arquero del mundo por la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol.
La leyenda del portero se agrandó en la selección. Capitaneó la mejor generación de jugadores españoles de la historia que comenzó su camino dorado en la Euro 2006 y alcanzó su pico en el Mundial de Sudáfrica 2010.
Iker pasó de las críticas iniciales en la fase de grupos por un mal partido ante Suiza a ser el salvador de su equipo en la final contra Holanda. A los 60 minutos de juego y con el marcador en cero, Casillas le sacó a Robben la pelota del partido. Luego Iniesta, daría rienda suelta a la alegría española con un tremendo golazo.
Como Beckenbauer, Maradona, Cafú y Cannavaro, Casillas levantó en alto la copa más hermosa de todas y los papelitos se multiplicaron en el cielo.
El festejo continuó en la zona mixta, cuando el arquero campeón interrumpió las preguntas de la periodista Sara Carbonero con un beso recordado hasta el día de hoy.
En el mejor momento de su carrera, con la copa del mundo en la vitrina, apareció José Mourinho en su vida.
No eran los mejores años del Madrid, muy superado por el Barcelona en Liga y eliminado en octavos de final de la Copa de Europa durante ocho años seguidos. Entonces el club recurrió a Mou, el único entrenador que había sido capaz de frenar al Barsa.
La relación entre ambos nunca fue sencilla y se fue torciendo con el tiempo hasta terminar en guerra total.
La pérdida de confianza y las críticas de un sector del madridismo minaron la moral de Casillas. Diego López se quedó con la titularidad y la mantuvo durante el primer año de Carlo Ancelotti. Sin embargo, Casillas disputó la Copa del Rey y la Liga de Campeones, y el Madrid terminó ganando ambos títulos en 2014. Casillas fue el encargado de levantar la ansiada "Décima" en Lisboa tras la victoria contra el Atlético de Madrid del Cholo Simeone.
El empuje de la victoria no dio más confianza a Casillas. Su pobre actuación el Mundial de Brasil, especialmente en la dolorosa derrota por 5-1 ante Holanda en el debut de La Roja, volvió a convertirlo en blanco de las críticas.
Sectores del Bernabéu, enterrando la memoria del pasado, volvieron a culpar a su capitán, que fue recibido en el estadio con división de opiniones -silbidos y aplausos- los últimos partidos del año.
Con el espíritu abatido después de tantos cuestionamientos, Iker tomó la dolorosa decisión de dejar al Real Madrid después de 25 años en el club, 16 temporadas en la elite y 19 títulos en su palmarés.
El bálsamo fue Porto, un club cercano a casa, con muchos españoles en la plantilla y una propuesta deportiva interesante.
En Portugal, Iker volvió a disfrutar de cierta armonía dentro de la cancha y también fuera de ella junto a su esposa Sara y su hijo Martín y Lucas.
El equilibrio se rompió a su mujer le diagnosticaron cáncer de ovario y meses más tarde Iker sufrió un infarto en plena práctica con su equipo.
Desde entonces, ambos pusieron todas sus energías para recuperarse y mientras Sara culminó la última fase de la quimioterapia, Iker volvió a calzarse los botines.
Aún no se sabe si Casillas tendrá la chance de retornar a la competencia pero en Porto lo esperan sin apuro. Mientras tanto, en Madrid poco a poco recuperan la memoria, para reconocer como se merece al mejor arquero español de todos los tiempos.