Gloria eterna

Ni el más pesimista hincha de Instituto habrá imaginado que un 5 de agosto de 2006, en un 3 a 1 sobre la CAI de Comodoro Rivadavia en Alta Córdoba, comenzaría un periplo por la segunda categoría del fútbol argentino que se mantiene inalterable ingresando ahora a los 15 años.

Instituto es el segundo equipo con más años consecutivos en la categoría, por debajo de Ferro que ya tiene 17 años, y uno arriba de Independiente Rivadavia y dos de Gimnasia de Jujuy. Eso lo lleva a liderar “cómodamente” la tabla de posiciones histórica de la B Nacional, con 1016 partidos disputados, 384 victorias, 328 empates, 304 derrotas, con 1316 goles a favor y 1151 en contra; lo que le da un total de 1412 puntos; aventajando por 161 puntos y 124 partidos a Atlético de Rafaela, el “escolta”.

Sí, 15 años consecutivos en la B Nacional o ahora Primera Nacional, sin descender pero tampoco sin lograr ese ansiado retorno a Primera División que cada vez parece más difícil. Y no es que en 14 años no haya tenido chances, al contrario, porque coqueteó exactamente con la mitad de las veces sobre los años en el ascenso.

En la temporada 2008/09, con Ghiso de entrenador, quedó con 59 puntos a tres de jugar la promoción, a la que accedieron esa temporada Belgrano y Atlético de Rafaela.

En la 2009/10, con Bonetto, hizo 60 puntos y se quedó afuera de la promoción que con 63 unidades la jugó All Boys.

La increíble performance en la 2011/12, con la mejor campaña de un equipo de Instituto en la categoría: 70 puntos, 19 partidos invicto, puntero por más de 20 fechas, la mano de Darío Franco y la aparición de la “Joya” Dybala frente a River, Gimnasia, Central y Quilmes. Hubo goleadas históricas como un 4 a 0 a Atlético Tucumán, o un 3 a 0 a Central y una recaudación de un millón de dólares para el 0 a 0 con el Millonario en el Kempes. Pero tampoco pudo. Llegó puntero a la última fecha, con ascenso asegurado si ganaba pero perdió 3-0 ante Ferro en Alta Córdoba, quedó tercero y debió jugar la promoción frente al San Lorenzo de Caruso con el que tampoco pudo.

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En la 2013/14 estuvo a cinco puntos de Huracán e Independiente que jugaron una final por el tercer ascenso, pero en la penúltima fecha cayó ante el Rojo de local y selló sus chances.

Como que siempre le falta algo. Como que pasa algo. En 2014, el año de los diez ascensos, cinco por zona, terminó octavo de once equipos en su grupo a cinco unidades del último que ascendió.

En 2016, el certamen que consagró campeón invicto a Talleres, llegó a semifinales del reducido en donde perdió ante Patronato.

En la 2017/18 llegó a cuartos de final del reducido, aunque fue eliminado por Sarmiento al empatar sin goles en Junín, que tenía ventaja deportiva, el día en que Malcon Braida se perdió la clasificación debajo del arco.

En la pasada temporada, desdoblada y cortada por la pandemia, se quedaba afuera de todo pero la AFA reorganizó todo y le dio chances a los que no la tenían. La Gloria fue segundo en la zona repechaje y a la primera de cambio, en el cruce ante Defensores de Belgrano, se quedó afuera.

Pasando en limpio, Instituto perdió los últimos cinco “mano a mano” y si queremos hilar más fino, perdió siete de los últimos ocho.

Instituto jugó los viejos Nacionales e ingresó a AFA en el Metropolitano de 1981 y descendió en 1990 por primera vez. Luego, el ascensor, con vuelta en 1999 y salida en 2000; para otra vez ascender en 2004 y bajar en 2006. ¿Es un club de Primera División? Sí. Pero también es una realidad que futboleros de 20 años no lo vieron o no lo recuerdan.

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La Primera Nacional cambió de nombre tres veces y la Gloria convivió con todos los formatos: torneo largo de dos ruedas, dividido en zona metro e interior, torneo corto, los diez ascensos, reducidos, promociones… Vio subir a gigantes como River e Independiente; a históricos como Central, Gimnasia, Huracán y Argentinos pero también a ignotos como Crucero del Norte.

En estos 15 años hubo casi 60 ascensos a primera y ninguno se festejó en Alta Córdoba. En todo ese tiempo, Olimpo y San Martín de San Juan subieron tres veces, los tucumanos, Chacarita, Unión, Aldosivi y Sarmiento dos veces.

Pero hay un dato que explica el por qué de todo esto: 15 entrenadores pasaron en los últimos diez años; apenas cuatro fueron exitosos después en otros equipos como Kudelka en Talleres, Mazzola en Sportivo Belgrano, Demaría como ayudante de Theiler en Maipú de Mendoza e Iván Delfino que se cansó de jugar finales con Sarmiento.

Intentó con todo tipo de entrenador. Desde técnicos consagrados con vasta trayectoria hasta Mauricio Caranta, sin mucha experiencia pero con sentido de pertenencia por un pasado y un vínculo afectivo con el club que lo vio nacer.