Guillermo Vilas, el inventor del tenis

En el tenis argentino hay un antes y un después de Guillermo Vilas.

Si bien es cierto que el denominado deporte blanco se jugaba en la Argentina desde hacía casi 100 años, fue Vilas, con sus hazañas, quien le dio un nuevo impulso y lo hizo explotar.

Con el zurdo de Mar Del Plata, a principios de los '70, se construyeron canchas de tenis por todas partes, cientos de miles de personas tomaron por primera vez una raqueta.

Siguiendo a Vilas aprendimos lo que es un drive, un match point, un cambio de saque, un pashing, términos que aparecían como brumosas referencias en nuestra cultura deportiva.

El ídolo de vincha nos acercó a un deporte que hasta ese momento parecía sólo apto para una elite, con poder ecónomico.

Guillermo Vilas, fue un tenista que creció por la prepotencia del trabajo. Repetía mil veces el mismo golpe hasta que saliera como quería.

Junto a su maestro, Felipe Locicero, peluquero de profesión, le puso efectos (el top sin) a un deporte de golpes planos.

En 1974, con 22 años sorprendió al mundo ganando el Master, en Australia frente al australiano John Newcombe. Obtuvo 4 Grand Slam, Roland Garros 77, el US Open 77 y dos veces el Abierto de Australia en 1978 y 1979.

Llevó al equipo argentino, junto a José Luis Clerc, por primera vez a una final de Copa Davis en 1981. Se ajudicó 62 torneos y fue top ten durante casi 10 años.

Ganó 929 partidos en toda su carrera y está cuarto en el rsnking de la historia en cuanto a cantidad de triunfos. Obtuvo torneos en los cinco continentes.

En 1977 ganó 50 partidos seguidos y el rumano Illie Nastase le rompió la rancha con una raqueta de doble encordado, que después fue prohibida.

Ese año no fue número uno debido un sistema de coeficiente para elaborar el ranking aún inentendible, pero los revisionistas de estadísticas y los medios especializados en todo el mundo, de aquel momento lo consideraron como el mejor de esa temporada.

Esa condición de número uno del mundo en 1977, (que no se le otorgó) está siendo reconsiderada en la Federación Internacional de Tenis.

Inventó la "Gran Willy", aquel golpe imponente que lleva su nombre, de espaldas a la red, haciendo pasar la pelota entre sus piernas y superando el obstáculo de la red.

Fue contemporáneo de grandes tenistas como Bjorg Borg, Jimmy Connors, John Mcenroe y brillo junto a ellos, en una época dorada y bohemia de un tenis más estético que potente.

Sin tanta televisación -en aquel momento en blanco y negro- sus resultados eran seguidos por las publicaciones de los diarios y las coberturas de Juan José Moro para "Equipo Equipo" de la Oral Deportiva de José María Muñoz.

Vilas escribió libros de poemas, se animó a grabar discos con su banda y hasta protagonizó un comentado romance con Carolina princesa de Monaco.

Vilas tiene 67 años. Se casó con una bella tailandesa y es papá de tres niñas y un varón.

^{Vilas y su familia celebrando sus 67 años.}

Guilermo Vilas está en el olimpo de los deportistas del siglo XX junto a Maradona, Fangio, De Vicenzo y Monzón.

El Gran Willy fue constancia y dedicación. Trabajo y más trabajo.

Vilas llenó de gloria al deporte argentino. Le puso color a un deporte hasta entonces blanco y nos enseñó a disfrutarlo.

Fue el papà deportivo de los Nalbandian, los Gaudio, los Del Potro, los Coria y de Gaby Sabatini, entre otros.

Fue el que nos empujó a empuñar raquetas -en aquel entonces con marcos de madera- y nos emocionó con sus triunfos y con su entrega.

Con pinta de guerrero, este extraño de pelo largo y vincha se subió al poster de la gloria, para no bajarse nunca más.

Hay un antes y un después de Vilas en el tenis argentino.

Sin dudas, fue Guillermo Vilas quien popularizó el tenis en la Argentina. 

Con el mayor respeto al antes, a Morea, a Baylon, a Ganzabal y a toda la historia previa, le puedo asegurar que en nuestro país GUILLERMO VILAS INVENTÓ EL TENIS.